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Gigantes y Cabezudos, fabricando sonrisas entre los pequeños vallisoletanos

En total 16 figuras recorren las calles de la ciudad al ritmo de las dulzainas

Gigantes y Cabezudos, fabricando sonrisas entre los pequeños vallisoletanos
Fotos: Sergio Borja
Eva Martínez Miguel
Eva Martínez Miguel
Lectura estimada: 2 min.
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Los niños siempre son una de las partes esenciales de las fiestas, y en Valladolid no iban a ser menos. ¿Qué sería de la infancia de los vallisoletanos sin los Gigantes y Cabezudos?

Esta tradición viene desde muy lejos, más concretamente desde la Edad Media. Y es que en aquella época su fin era muy diferente al que hoy les conocemos, por entonces la intención de estas figuras era la de asustar y advertir sobre los peligros de la fiesta y el desenfreno.

Hoy en día su presencia es símbolo de fiesta y diversión para pequeños y mayores. En Valladolid son en total 16 las figuras que salen a las calles durante las Fiestas de San Lorenzo bailando y haciendo disfrutar al ritmo de las dulzainas.

¿Sabían que los Gigantes representan a cuatro de los cinco continentes? Por las calles vallisoletanas desfilan los Indios, representando América, los 'Chinos' (Asia), los conocidos como 'el Moro' y 'la Mora' (África), y los 'Reyes' (se cree que representan a los Reyes Católicos).

"Miden entre los tres o cuatro metros", cuenta a TRIBUNA Valladolid uno de sus portadores. Su peso ronda entre los 38 y los 50 kilos, "te deja los hombre muy mal, siempre tengo que ir al fisio después de esta semana", nos cuentan.

Junto a estas espigadas figuras bailan e interactúan con los niños los Cabezudos. Sus grandes cabezas representan a las figuras del Indio, Bandolero, Torero, Pirata, Chino, Niño, Niña y la temida Bruja. Estas figuras no son para el gusto de todos, hay quienes les miran divertidos y juegan con ellos a su paso, pero para los más asustadizos estos personajes les traen más de un quebradero de cabeza y alguna que otra lagrima.

"A la mayoría le gusto", cuenta cargando su famosa escoba la bruja, "pero hay algún que otro niño y padre que algún que otro susto se llevan". TRIBUNA ha podido vivir desde dentro el esfuerzo que hacen las personas que articipan y que hacen posible que año tras año estas figuras salgan a las calles. 

Durante la semana de fiestas recorren las calles del centro de la ciudad al son de diferentes grupos de dulzaineros que amenizan el paso de esta reconocida tradición.