'Al Baile por Ver Amores' hibrida pasado y modernidad en una fresca combinación de ritmos tradicionales y música urbana y electrónica
Autorretrato de Xavier Masero
Está Xavier Masero hasta el 26 de julio en el Museo Universidad de Valladolid (MUVA) con una exposición titulada Tan cerca, tan lejos. Diálogos con las colecciones del MUVA. Merece la pena acercarse hasta allí solo por el magnífico catalogo que Fernando Diaz-Pines Mateo, director del museo obsequia al artista y al visitante.
Vamos a ello. Antes, cono siempre que paso por la Plazuela del Colegio de Santa Cruz me quedo un rato mirando el tejo y el cedro que dan a la plaza un sabor antiguo, de plaza parisina. Por supuesto, paso a leer la placa situada al lado del Palacio de Santa Cruz, escrita por Leonardo Sicasica a su paso por Valladolid. "Valladolid era una hermosa y antigua ciudad donde me habría quedado para siempre, me gustan las pequeñas ciudades antiguas, espero acabar mis días en una ciudad como Valladolid, o como Siena, una ciudad en que el pasado del hombre está grabado en cada piedra."
Son las once en punto de la maña y acaba de abrir el museo. Bien sabe Xavier Masero (Barcelona, 1966) que para saber hay que tomar posición. Eso no es asunto sencillo, Aquí, viendo Tan cerca, tan lejos todo es relativo. Ramón y Cajal es admirado y estudiado por Masero con minuciosidad y le rinde homenaje en esta exposición. Hay mucha gente a la que admira Masero y eso dice mucho de su obra y de él por supuesto. Guinovar es otro artista que está muy presente en la sala.
Las piezas de Xavier Manero y las piezas de las colecciones de Medicina y de Historia del Arte del Muva parece que llevan toda la vida juntos. Ciencia y arte, como es sabido conforman distintas maneras de ver las cosas en busca de una compresión que sea capaz de calmar al hombre el miedo a la muerte.
Tan lejos, tan cerca es en gran medida una exposición sobre el pensamiento y la memoria como mecanismo de creación. Xavier Masero experimenta en su taller y mira al Monte Fuji para extraer el polvo volcánico con el que pinta sus cuadros y pinta su vida e ilumina al visitante para que toma conciencia de lo que significan las cosas.
En la medida en que Xavier Masero recuerda a sus maestros, recuerda también la vida de todos nosotros. Tiene esta exposición una potencia visual que inquieta. Como si ese dolor moral que atraviesa estos tiempos modernos tan contradictorios saliera al paso para decirnos que "Pulvis es et in pulverum reverteris".