El artista actuará el próximo 26 de abril en el parking del Estadio José Zorrilla
El bosque en los ojos
Palabras contra el olvido
Tiene en la Sala de San Benito una exposición de fotografías Juan Millás (Madrid, m 1975) que merece la pena echarla un vistazo. Llevan todas las fotografías el marchamo de la personalidad de su autor. El límite para Juan Millas siempre es la luz. Se podría decir que en esta exposición solo hay espacio para la luz. La luz del entendimiento.
Hay luz, pájaros y naturaleza. Equilibrio, en definitiva. Todo transfigurado en un blanco y negro luminoso. PhotoESPAÑA, de vez en cuando nos sorprende y trae a Valladolid algo que merece la pena ver y pensar. En este caso El bosque en los ojos es una mirtada personalísima, íntima se podría decir de un fotógrafo que le gusta recrearse en su entorno e interrogarse, hacerse preguntas. ¿Por qué están despareciendo lo gorriones?
El mismo dice que ha caído en un profundo sueño ornitológico, entomológico, y botánico del que ya no desea despertar. No fue, nos dice, un desplome repentino, sino un descenso progresivo hacia un universo cuya trama oscila entre lo vegetal y lo animal.
Hay en El bosque en los ojos una especie de misterio que el visitante tiene que descubrir por sí mismo. El tiempo, ese enemigo que marta huyendo parece tener un poder para despreciar el paisaje. Pero paseando por la Sala de San Benito que a esta hora no hay nadie y se agradece un montón el visitante mientras contempla las fotografías y respira el aire que hay en ellas.
La mirada campa a su libre albedrío por las fotografías de Juan Millás. Hay pocos seres humanos en las fotografías. Pero todo parece hecho para que el visitante se pare y se pregunte si todavía la utopía es posible. La apariencia de la utopía.
La apariencia de la utopía siempre es la ausencia del tiempo. En esta exposición de JM el fotógrafo está soñando con una naturaleza, está soñando con otro tiempo. La nostalgia de la naturaleza y su belleza intrínseca. Y el silencio.
Hay en El bosque en lo ojos un silencio blanco. El silencio siempre es blanco. De ahí toda la carga de expresividad que tiene esta exposición. Porque la fotografía de Juan Millas lleva implícita el sello de la generosidad. Un hombre que sueña con un jardín recreando en cada rincón, en todo lo cotidiano, en la belleza de lo que se ve por la ventana.
Sueña en definitiva con el soñado paraíso del que fuimos expulsados y del que va ser imposible regresar.
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