Cada vez es más común observar a niños pequeños con un teléfono móvil o una tablet en sus manos, mirando ensimismados un vídeo de YouTube donde abren juguetes nuevos o ven dibujos animados. Unos hechos que, en los últimos años, se ha llevado a debate entre los padres. Pero aún existe un "salvavidas" para aquellos ligados a lo tradicional, que aún siguen confiando en los ya considerados, por unos cuantos, "antiguos" métodos de entretenimiento.

Lo que empezó como un trabajo de fin de grado del curso de Técnico Infantil para la vallisoletana Marta Bermejo, hoy es, por segunda vez, una realidad. 'Mara, la rana', según ha contado la autora, en una entrevista que concede a TRIBUNA Valladolid, "es un personaje que corre varias aventuras con el propósito de desarrollar la inteligencia emocional en los más pequeños".

En el primero de sus cuentos infantiles titulado 'Mara, la rana. En casa de sus abuelos' "se potencia la resiliencia, la aceptación a los cambios y el asumir que a veces no todo sale como queremos". En esta segunda historia, 'Mara, la rana. De aventura en el parque grande y en la playa', se va de excursión al Parque Grande (un guiño al Campo Grande de la capital del Pisuerga). "En este cuento intento desarrollar la autoestima, el creer en nosotros mismos, no hacer caso a lo que dicen los demás y la empatía", apunta Bermejo.

Un personaje basado en sus hijas pequeñas, Irene y Paula, y en algo que observó Marta durante la carrera como es "el desarrollo de la inteligencia emocional en los más pequeños". El pelo rizado y los ojos grandes de sus dos hijas pequeñas son algunos de los rasgos que Mara, la rana, porta con orgullo y que la ilustradora del cuento, Guadalupe Manzanares, supo plasmar "muy bien". "Ha sido maravilloso trabajar con ella", explica.

El cuento ilustrado será presentado este martes en la Feria del Libro y saldrá a la venta en las librerías de todo el país a partir del 1 de julio. La literatura infantil, para ella, es "fundamental" y asegura que en ocasiones, "no es fácil escribir un cuento infantil" porque "hay que saber comunicar y entender a nuestros hijos". Por ello, tratar temas que pueden resultar complicados como "la muerte, la autoestima o las rabietas" es difícil de "abordar".

Bermejo también reivindica la necesidad de mantener la hora de leer el cuento a los pequeños, aunque las tecnologías formen parte del día a día en las familias: "Para mí es el minuto de oro y ver sus caras de ilusión es importantísimo".