Tres de los cinco imputados en el caso de la conocida como "banda del BMW", dedicada a sustraer vehículos que posteriormente usaban para robar en establecimientos, han declarado este martes en el jucio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Valladolid, y han negado su participación en esos delitos. Mientras, los otros dos se han conformado con la imposición de dos años de prisión en cada caso. Además, se ha retirado la acusación contra otros dos procesados, quienes han podido abandonar la sala de vistas.

La fiscal ha eliminado la solicitud de un año y ocho meses de cárcel por un delito de integración en grupo criminal contra los tres hombres que se sientan en el banquillo de los acusados, para los que ha añadido la circunstancia de pertenencia a grupo criminal como agravante en un delito continuado de robo con fuerza en las cosas, y ha mantenido las acusaciones por receptación y falsedad en documento oficial.

Uno de los acusados, Rafael E.D., ha declarado que conoce de vista a los otros dos encausados con los que ha sostenido que no se reunía para cometer delitos, y ha dicho que se dedica a la venta de embutidos en ferias de muestras. Ha rechazado que la madrugada del 24 de septiembre de 2019 participara en un intento de robo en una gasolinera de Zaratán (Valladolid) y ha argumentado que, en esa fecha, se encontraba en un mercado medieval fuera de la provincia vallisoletana. También ha negado que usara un vehículo robado para dirigirse a la estación de servicio de Zaratán y que tuviera relación alguna con coches robados hallados en un garaje de la calle Gavilla de la capital vallisoletana.

Al ser preguntado por muestras de restos biológicos suyos encontradas en uno de los vehículos que fueron robados, ha considerado que alguna vez se le han olvidado los guantes que usa para ir en patinete en un bar, en el que ya no estaban cuando ha vuelto.

Otro de los procesados, Julio E.G., que igual que el primero ha manifestado que es inocente, ha expuesto que no conoce a los otros dos acusados y ha señalado que cuando ocurrieron los hechos trabajaba en una fábrica de pollos en Cuéllar (Segovia), tras lo que comenzó su actividad en la construcción.

Restos biológicos en un coche

Ha rechazado que mantuviera encuentros con sus dos compañeros de banquillo en el garaje de la calle Gavilla donde fueron hallados coches robados y ha dicho que en ese recinto arreglaba su propio coche, que no llevaba a un taller en el que tendría que haber pagado porque tiene tres hijos y muchos gastos.

No ha sabido explicar el motivo de que también aparecieran restos biológicos suyos en el interior de un vehículo robado.

El tercer encausado, Victorino V.M., se ha declarado igualmente no culpable, ha subrayado que se dedica al mercadillo con su suegro y ha admitido que tuvo dos coches por los que le ha preguntado la fiscal, aunque ha dicho no saber la razón por la que puso los vehículos a nombre de sus dos hijos menores de edad.

Ha negado que incorporara piezas de coches robados al suyo, que participara en el intento de robo en la gasolinera de Zaratán y que conociera que había vehículos robados en el garaje de la calle Gavilla, además de mantener que no sabe por qué aparecieron restos biológicos suyos en el volante de un automóvil robado.

Pasamontañas y guantes en un maletero

Como testigo, ha comparecido el guardia civil que instruyó el atestado sobre los hechos y ha expuesto que las sustracciones que cometían los supuestos autores se centraban en vehículos Volkswagen, Seat y BMW que usaban para robar en bares, restaurantes y gasolineras.

Pasa llevarse los coches, utilizaban un dispositivo tecnológico con el fin de poder arrancar el vehículo después de forzar la cerradura del conductor.

Fue la noche del 21 de octubre de 2019 cuando, tras recibir un aviso de la Policía Local, hallaron en el garaje de la calle Gavilla dos BMW, cuatro Seat León y una moto robados.

Uno de esos coches fue empleado para el robo en la gasolinera y dentro de uno de los vehículos los agentes hallaron una bolsa con pasamontañas y guantes, de las que se recogieron muestras biológicas.

La Fiscalía acusa de un delito continuado de receptación, un delito continuado de falsedad en documento oficial y un delito continuado de robo con fuerza en las cosas con agravante de pertenencia a grupo criminal, por los que pide siete años de prisión en el caso de Victorino V.M, y cinco años en el de los otros dos procesados.