¿Qué efecto producen las imágenes de la pintora zamorana Delhy Tejero (Toro, 1904-Madrid 1968) en el visitante de las Salas 1 y 2 del Patio Herreriano? Porque es evidente que esta estupenda exposición provoca algo que hay que ponerle palabras... el instante donde las palabras tienen la obligación de decirte la verdad. La Verdad de Delhy Tejero.

Los cuadros, los dibujos, la obra de la artista iluminan su vida y la del visitante. Es una exposición-maratón que te va dejando sin aliento. Cuando se consagra toda una vida a una cosa, a pintar y dibujar lo que ves, el tiempo convierte al artista en errante. La toresana errante.

¿Tiene estilo Delhy Tejero? Pues sí tiene estilo y lo más importante: acento. Su manera tajante de dibujar, por así decirlo, va siempre cargado de deseo. Un deseo de extraer de su experiencia viajera, de su infancia, de su experiencia misma un proyecto donde las imágenes y la memoria conviven en el mismo territorio.

Esta magnifica exposición supone toda una experiencia sensorial, el mundo de Delhy tiene un aire, un paisaje y un paisanaje que hay que sentirlo. El trabajo de toda una vida expuesto a los ojos del visitante del Herreriano. El trabajo y el pensamiento que constituye una poética pictórica muy singular porque se salta todos los límites y movimientos contagiándose lo imprescindible para que nadie le aparte de su discurso, de lo que realmente ella quiere: pintar.

Hay mucho que ver en esta imprescindible exposición. Hay algo que me ha llamado poderosamente la atención y es la sencillez tan elegante que gasta Delhy Tejero. Te acercas, hay que pegar la nariz al cuadro para no perderse nada y te das cuenta que construye sus cuadros de manera arquitectónica, casi piramidal: piedra a piedra.

Por eso es tan difícil de ubicarla en una época concreta de la historia de la pintura. ¿Es moderna, surrealista, clásica, vanguardista, cubista, impresionista...? Lo que sí que sabemos viendo su obra es que es una de las artistas buenas que hay que ver y descubrir. Toda su vida la dedicó al arte.

La vida y la obra de Delhy Tejero se pueden ver paso a paso en esta exposición. Una exposición donde el visitante tiene que construir con las imágenes que ve las secuencias de toda una vida y, como Ícaro, desplegar la vista al punto en que los ojos descubran el horizonte de la historia de una mujer que supo paladear con cada pincelada su ascetismo y esmero singular.

Uno siente la compañía de Delhy Tejero, sientes que estas a su lado mientras recorres la exposición.