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El Euro, moneda única de la Unión Europea: del SME al euro

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El Euro, moneda única de la Unión Europea: del SME al euro
Ramón Tamames Gómez
Ramón Tamames Gómez
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La integración de la peseta en el Sistema Monetario Europeo (SME), anunciada el viernes 16 de junio de 1989 y llevada a cabo al siguiente lunes 19, fue una decisión importante. No tan sólo desde el punto de vista cambiario, sino también por el indudable propósito de contribuir a reforzar los objetivos antinflacionistas de la política monetaria.

El principal objetivo del mecanismo de cambios (MDC) del SME, consistió en estabilizar las relaciones cambiarias entre las monedas partícipes en la Unión, para garantizar un correcto funcionamiento del mercado interior único (MIU), al tiempo que preparar la adopción de la moneda única. Cada país fijó sus paridades con el resto de monedas del MDC, y con el ECU; siendo el marco alemán (DM) el ancla del sistema[1]. El SME fue, obviamente, la preparación de la unión monetaria, sobre todo después de la retirada del Reino Unido del SME.

Dentro del MDC, los Estados asociados adquirieron el compromiso de mantener las fluctuaciones cambiarias de su moneda en una banda, que inicialmente se fijó en un +/- 2,25 por 100, ampliada al +/- 6 por 100 en los casos de España, Italia, Portugal y el Reino Unido.

La experiencia, puso en evidencia que, con libre circulación de capitales, la estabilidad del MDC del SME, era difícil de conseguir cuando en los mercados se agudizaban las presiones vendedoras de una moneda ante las expectativas devaluadoras. Fue lo que sucedió en la crisis de 1992-1993, hasta que el 1 de agosto de ese último año, las bandas fueron ampliadas al +/- 15 por 100, para evitar el desmembramiento del sistema.

La evolución del SME hacia la Unión Monetaria (UM), quedó establecida con la ratificación del Tratado de Maastricht, de la Unión Europea, en octubre de 1993[2], y perfilada de forma más concreta en el Consejo Europeo de Madrid de diciembre de 1995[3]. Muy sintéticamente, se presenta a continuación.

La primera fase de la transición del ECU al euro, quedó cumplimentada desde 1990, con la libre circulación de capitales (en España, se decretó su entrada en vigor el 1 de febrero de 1992), lo que ocasionó las grandes turbulencias monetarias de 1992/93.

La segunda fase se inició el 1 de enero de 1994, con la puesta en marcha, por parte de los Estados miembros, de políticas tendentes a cumplir los criterios de convergencia acordados en Maastricht, en términos de inflación, tipos de interés, déficit público y deuda pública.

La evaluación del cumplimiento de tales criterios, requisito necesario para acceder a la UM, se hizo a lo largo de 1998 (abril/mayo), y quedaron ya definidos los Estados miembros que se integrarían en la UM. En el tránsito hacia la UME, la Comisión Europea preparó ad hoc un Libro Verde (por su carácter previo al Libro Blanco), que se presentó al Ecofin el 19 de junio de 1995. En abril de ese mismo año, el IME (Instituto Monetario Europeo), hizo público un avance sobre el propio tema. Con ambos documentos, el Consejo Europeo de diciembre de 1995 adoptó las prescripciones definitivas (Calendario de Madrid) para las etapas de la tercera fase, desde el 1 de enero de 1998 al 30 de junio del 2002.

Al inicio de la etapa A, el 2 de mayo de 1998, en Bruselas, el Consejo Europeo decidió sobre los Estados miembros participantes en la Eurozona. Previamente, el día 1, el Ecofin confirmó la Declaración de sostenibilidad (coordinación de política económica de los Estados miembros, control presupuestario, compromisos financieros, etc.). El día 2 se procedió a la votación formal de la lista de miembros de la UME, y se designaron los miembros del Consejo Ejecutivo del BCE. Por último, a las 18:00 horas del mismo día 2 se reunió un cuerpo decisorio formado por los once Gobernadores de los Bancos Centrales nacionales de la UME, una representación del IME, los miembros de la Comisión, y los Ministros de Economía y Finanzas de los Estados, que conjuntamente adoptaron los tipos de cambio bilaterales entre las monedas de los once países de la UM, para que desde el lunes 4 de mayo funcionaran efectivamente en el mercado.

Con los cambios bilaterales fijos se preanunció la conversión irrevocable al euro de 31 de diciembre, que entró en vigor el 1 de enero de 1999[4]. El Reglamento 14386/98 del Ecofin (166,386 pts.=1 euro), aseguró la coexistencia de las monedas nacionales en su papel moneda, y del euro como moneda escritural.

Finalmente, la etapa C (desde el 1 de enero del 2002) significó la retirada de la circulación los billetes y monedas nacionales, mediante el canje por euros; de ese modo, la peseta, creada en 1868, perdió definitivamente su status de moneda de curso legal. En agosto de 1999 el Ecofin decidió acortar el período de canje del semestre previsto en principio, a sólo los meses de enero y febrero del 2002, como así se hizo efectivamente.

EL Banco Central Europeo (BCE)

El BCE y los bancos centrales nacionales de 19 Estados miembros, constituyen hoy el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), que dirige la política monetaria del Eurogrupo y, en definitiva, de la UE (Artículo 282 del TFUE).

El BCE se creó en 1998 y tiene su sede en Francort del Meno, Alemania[5]. Esa institución con personalidad jurídica propia, que constituye el núcleo del Eurosistema y del Mecanismo Único de Supervisión. El objetivo principal del Eurosistema es mantener la estabilidad de precios, es decir, salvaguardar el valor del euro, si bien es cierto que desde la crisis de 2008, también se preocupa del crecimiento de sus países miembros. En el cuadro 1 se presenta un detalle de los agregados monetarios del Eurosistema.

En el marco del Mecanismo Único de Supervisión del BCE es responsable de la vigilancia prudencial de las entidades de crédito radicadas en la zona del euro y en los Estados miembros participantes no pertenecientes a la misma. De ese modo, contribuye a la seguridad y la solidez del sistema bancario y a la estabilidad del sistema financiero en la UE y en cada Estado miembro participante; que en 2021 son 19[6]. El Banco Central Europeo está formado por los siguientes órganos de dirección y toma de decisiones:

  • El Consejo de Gobierno que es el principal órgano rector del BCE y tiene como misión adoptar las orientaciones y decisiones necesarias para garantizar el cumplimiento de las funciones que se le han asignado, y al Eurosistema y formular la política monetaria de la zona del euro. El Consejo está integrado por los seis miembros del Comité Ejecutivo y los 19 gobernadores de los bancos centrales nacionales de los países de la Eurozona. El Consejo de Gobierno se reúne al menos diez veces al año.
  • El Comité Ejecutivo que se ocupa de la gestión diaria del BCE y está compuesto por el presidente, el vicepresidente del Banco y otros cuatro miembros nombrados por los dirigentes de los países de la zona del euro por un mandato de ocho años. Es responsable de poner en práctica la política monetaria, gestionar las operaciones cotidianas del Banco, preparar las reuniones del Consejo de Gobierno y ejercer determinadas facultades delegadas por el propio Consejo de Gobierno.
  • El Consejo General del BCE tiene una función consultiva y de coordinación y ayuda a preparar la adopción del euro en nuevos países. Está formado por el Presidente, el Vicepresidente del BCE y los gobernadores de los bancos centrales nacionales (BCN) de los 27 Estados miembros de la UE. El Consejo General será disuelto una vez que todos los Estados miembros de la UE hayan adoptado la moneda única.
  • El Consejo de Supervisión que se reúne dos veces al mes para debatir, planificar y ejecutar las tareas de supervisión del BCE. Asimismo, propone al Consejo de Gobierno proyectos de decisiones de acuerdo con el procedimiento de no objeción. Está compuesto por un presidente (nombrado para un mandato de cinco años no renovable); un vicepresidente (elegido de entre los miembros del Comité Ejecutivo del BCE); cuatro representantes del BCE y representantes de los supervisores nacionales[7].

El BCE supervisa directamente las 114 entidades de crédito significativas de los países participantes, que representan el 82 por 100 del total de sus activos bancarios.

El Mecanismo de Estabilidad, MEDE, con una dotación de 420.000 millones de euros para grandes crisis de emergencia, depende del BCE.

Hasta la próxima semana, los lectores de Tribuna pueden contactar con el autor en castecien@bitmailer.net.

 

[1] Ramón Tamames, La Unión Monetaria, 3ª edición, Alianza, Madrid, 1996, pags. 323-331.

[2] Para una información más detallada de las fases y etapas de la Unión Monetaria, Ramón Tamames, Unión Monetaria y Euro: la recta final, ob. cit., págs. 75, 76 y 103.

[3] En esa fecha, se publicaron numerosos artículos dando la bienvenida a la nueva moneda común. Entre ellos cabe citar: C. Segovia y C. Sánchez, «La peseta cotiza hoy por última vez tras 130 años de historia», El Mundo (30.XII.98); Fabián Estapé, «Del origen y muerte de la peseta», La Vanguardia (1.I.99).

[4] R. Tamames et al, Informe sobre la Unión Monetaria Europea. Previsiones para las entidades de crédito, Castellana Cien, Madrid, 1996; con ulteriores ediciones hasta 2000.

[5] Portal Institucional del Ministerio de Hacienda y Función Pública. https://www.hacienda.gob.es/es-ES/Areas%20Tematicas/Internacional/ Union%20Europea/Paginas/Banco%20Central%20Europeo.aspx

[6] Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Francia, Finlandia, Grecia, Italia, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, los Países Bajos, y Portugal.

[7] https://www.bankingsupervision.europa.eu/about/thessm/html/index.es.html

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