El incendio afectó únicamente al colchón de la habitación
El fallecimiento de dos guardias civiles cuya patrullera fue embestida por una narcolancha anoche en Barbate (Cádiz) se suma a otros sucesos ocurridos en los últimos años relacionados con el narcotráfico que han culminado con víctimas mortales.
Desde 2016, al menos 12 personas han muerto en uno en uno de estos episodios, la mayoría acaecidos en aguas del Estrecho durante una persecución.
El suceso con más víctimas mortales fue el que tuvo lugar el 3 de noviembre de 2016, cuando cuatro supuestos miembros de una red de narcotraficantes fallecieron al colisionar la planeadora en la que viajaban con una patrullera de la Agencia Tributaria que les perseguía a 11 millas al este de Punta Europa, Algeciras.
Menos de dos años después, el 14 de mayo de 2018, una lancha neumática semirrígida, del tipo de las conocidas como 'narcolanchas', se empotró contra una embarcación en la que estaban un niño de 6 años y su padre en Algeciras (Cádiz).
El pequeño murió; la Policía atribuyó el accidente a la "la temeridad" del piloto de la lancha, que estaba haciendo maniobras peligrosas, y lo desvinculó del tráfico de drogas, si bien la embarcación ya había sido interceptada dos semanas antes por la Guardia Civil cargada de combustible, presumiblemente, para abastecer a narcolanchas.
Mientras, el 24 de enero de 2021, un vecino de La Línea de La Concepción (Cádiz) que pilotaba una narcolancha, murió en aguas del Estrecho de Gibraltar después de que la embarcación en la que iba colisionara con un patrullero de Vigilancia Aduanera que le perseguía.
Pocos meses después, el 10 de mayo de 2021, otros dos vecinos de la misma localidad perdieron la vida cuando su embarcación naufragó mientras navegaban por el estrecho de Gibraltar, supuestamente después de llevar combustible a alguna narcolancha.
No fueron los únicos accidentes mortales de ese año: el 11 de julio, durante una persecución a una narcolancha en aguas del Estrecho, un funcionario de aduanas falleció tras caer al mar el helicóptero del Servicio de Vigilancia Aduanera.
El último siniestro ocurrido en aguas del Estrecho fue el que tuvo lugar el pasado 31 de enero, cuando un hombre que viajaba en una narcolancha pereció al colisionar su embarcación con una patrullera de la Guardia Civil en la desembocadura del río Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
Fuera de ellas, el 23 de septiembre de 2022, un hombre de nacionalidad rusa murió en Palma por las quemaduras sufridas en la explosión del velero en el que navegaba junto a otras cuatro personas en aguas de Argelia, al sur de Mallorca. El barco estaba presuntamente cargado de droga, motivo por el que sus tripulantes lo incendiaron al avistar una patrullera de la Guardia Civil.
Por último, el 18 de marzo de 2023, un funcionario de 58 años del Servicio de Vigilancia Aduanera perdió la vida durante un intento de abordaje para inspeccionar un velero, presuntamente cargado con estupefacientes, en aguas del Atlántico, al oeste de Canarias.
El incendio afectó únicamente al colchón de la habitación
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