El Real Valladolid empató (0-0) ante el Elche en el Martínez Valero tras un encuentro en el que las ocasiones de gol brillaron por su ausencia. Los blanquivioletas no fueron a por el partido en ningún momento y tampoco tuvieron ocasiones clarísimas de marcar, ya que lo poco que generó en la primera parte quedó en el olvido en una segunda en la que mereció perder por no tener ambición o, al menos, por no ir a buscarla. La nota positiva del encuentro es la actuación de Boyomo, que volvió a demostrar su buena evolución. De hecho, es prácticamente lo único salvable porque ni Juric se encontró cómodo. 

SIN ALMA

El Pucela empezó el encuentro con una idea clara en su cabeza: el empate no era del todo malo. A partir de ahí, su falta de gol se juntó con la de su alma, que la empieza a echar en falta. Sus primeros y tímidos acercamientos a la portería de Dituro daban la esperanza de que los de Paulo Pezzolano viajaban a Elche para romper su mala racha de resultados. Sin embargo, las malas decisiones en los últimos metros y una posesión estéril en la que mantenía el balón con dificultades por la presión de los ilicitanos dejaban claro que estaba en el Martínez Valero, pero solo en modo supervivencia para poder regresar a Valladolid con un punto más en la clasificación.

A partir del momento en el que el Elche se dio cuenta de las intenciones blanquivioletas, el partido varió de dueño, aunque realmente nadie lo era. Los de Sebastián Beccacece subieron la intensidad, al menos, en ataque y empezaron a generar ocasiones serias de peligro. El larguero de Rodrigo Mendoza fue una buena muestra de ello y avisó al Pucela de lo que podría pasar en la segunda mitad. 

DEFENDIENDO LA RENTA

Parecía que el Real Valladolid se había adelantado en la primera parte por cómo se tomó los segundos cuarenta y cinco minutos. A pesar del serio aviso de Mendoza, los blanquivioletas no aprendieron la lección y empezaron a achicar aguas ejerciendo de Bomberos. Una buena combinación ilicitana dejó la oportunidad a John Donald de abrir la contienda, pero Jordi Masip se lo impidió ante las atentas miradas de sus pasivos compañeros. 

El reloj corría a favor del Real Valladolid, que seguía aguantando las acometidas de su rival. El propio Donald tuvo en su cabeza otra ocasión de gol, pero su intentona salió ligeramente desviada. Seis minutos antes de esa acción, Pezzolano, con las opciones en ataque que tenía en el banquillo, decidió dar la oportunidad a César de la Hoz y a Lucas Rosa dejando clara su postura de sobrevivir hasta el minuto 90. Beccacece, en cambio, sabía que podría llevarse el partido, pero sus cambios ofensivos no surtieron efecto.

El técnico blanquivioleta, finalmente, dio entrada a Raúl Moro y a Kenedy, algo que reclamaba el partido, pero ya era tarde para reaccionar porque el Elche seguía con los 10 jugadores en campo rival. Ya en el añadido, los locales no encontraron forma para superar a Masip a pesar de las ganas que tenían de hacerlo. Como se quedó sin tiempo, el Pucela respiró en una versión poco convincente de un equipo que quiere ascender de forma directa, un objetivo que tiene, sorprendentemente, a solo tres puntos, los mismos que buscará en casa ante el Racing de Santander.