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Valladolid, capital del universo... literario
De izq. a dcha: Francisco Umbral, Rosa Chacel, César Pérez Gellida, Miguel Delibes y Gustavo Martín Garzo. TRIBUNA
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 6 min.
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Qué tendrá la ciudad de Valladolid para ser atractivo literario y de literatos. Quizás sirvan de inspiración sus fríos inviernos o sus sofocantes veranos; tal vez afloren los sentimientos en la crudeza de un abandonado entrono rural o, al mimo tiempo, la belleza ocre de sus campos, puede ser que evoque nostalgia la historia de una gloria ya lejana o es posible que las musas lleguen gracias al esplendor cultural que vive la ciudad en la actualidad. Lo cierto es, y en realidad no hay que buscar explicación, que Valladolid es tierra de escritores.

El vallisoletano medio no es muy avocado a hacer patria de su tierra de cara al exterior, pero si surge la ocasión, se le hincha el pecho recordando que su ciudad es la única con un estadio de fútbol con nombre de escritor: José Zorrilla. El más ilustre de los ilustres vecinos históricos de Valladolid. La ciudad no reparó en reconocimientos al poeta y dramaturgo nacido un 21 de febrero de 1817 en la capital del Pisuerga. No se habían inventado todavía los premios literarios cuando el escritor y relator de la Real Chancillería regalaba al mundo una extensísima y magistral producción escrita, con gran predominancia de obras teatrales, entre ellas, la más recordada 'Don Juan Tenorio'. O un sinfín de leyendas, como 'La leyenda del Cid' o aquella titulada 'Recuerdos de Valladolid'. Zorrilla, que fue miembro de la Real Academia de la Española (RAE), dejó una herencia en la ciudad que fue recogida por otro ilustre literato vallisoletano: Narciso Alonso Cortés (1875).

De hecho, ambos coincidieron en el tiempo durante 18 años, hasta la muerte en 1893 de aquel que da nombre a la vía principal de Valladolid, a una plaza, a un instituto y, por su puesto, a su casa. Alonso Cortés basó su obra en la propia ciudad. Este ensayista, escritor, poeta y profesor, también miembro de la RAE en su momento, ya obtuvo el Premio Fastenrath y la Medalla de Oro de la Ciudad en 1955. Reconocimientos ganados gracias a una colección de obras, principalmente ensayos, basados en su ideal castellanista, como los 'Ensayos sobre literatura regional castellana'; o su estudio de la cultura local, como 'Miscelánea Vallisoletana' o 'El teatro de Valladolid durante el siglo XIX'. Tanto Zorrilla como Cortés descansan en el pabellón de los Ilustres del Cementerio del Carmen de Valladolid.


Narciso Alonso Cortés (i) y José Zorrilla (d). TRIBUNA

Premios Nadal, Cervantes y otros

Coetánea de Narciso Alonso Cortés es la escritora de la Generación del 27 Rosa Chacel. Esa estatua tan peculiar, en la Plaza del Poniente, sentada en un banco, parece haberla dejado inmortalizada en uno de su 'Versos prohibidos': "Eterna, eternamente, un universo a imagen tuya". La autora de 'Barrio de Maravillas' dejó un legado de obras entre las que hay novelas, cuentos, poesía y ensayos. Ganó una Beca Guggehnheim, un Premio de la Crítica Española, un Premio Nacional de las Letras Españolas, un Premio Castilla y León de las Letras y una Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. También descansa entre los ilustres de la ciudad.

¿Qué decir de Miguel Delibes? ¿Se puede escribir solo un párrafo del escritor, columnista, caricaturista, ensayista, periodista? Uno de los más premiados, reconocidos y recordados literatos vallisoletanos. Recibió el Premio Nadal en 1947 por 'La sombra del ciprés es alargada'; el Premio Nacional de Literatura en 1955 por 'Diario de un cazador'; el Premio de la Fundación Juan March en 1959, por 'La hoja rota'; el Premio de la Crítica en 1962, por 'Las ratas'; el Premio Ciudad de Barcelona en 1987, por 'Madera de Héroe', y el Premio Nacional de Literatura en 1998, por 'El hereje' (eso que se convirtió ruta turística). Esta es solo una lista fría y sin alma de lo que dio de sí su producción escrita. Para palparla, sentirla y disfrutarla de cerca, siempre es posible presencia la obra teatral 'Cinco horas con Mario' que tan magistralmente interpreta otra grande de la ciudad: Lola Herrera. O, quizás, desde casa visualizar las adaptaciones cinematográficas de algunas de sus obras 'El camino', 'Los santos inocentes' o 'El disputado voto del señor Cayo', entre otras.

Junto a él, coetáneo y también con pasión periodística, está Francisco Umbral. Vale, su partida de nacimiento dice que nació en Madrid. Pero solo eso, nació allí. Fue en Laguna de Duero donde dio sus primeros pasos y en la capital pucelana donde creció y vivió. Hay quien dice que no amaba Valladolid, algo que es difícil creer leyendo las frases que le dedicó a la ciudad en el pregón que ofreció en 1970: "Una ciudad muy vivida, bien vivida, dolorosamente vivida, como yo he vivido Valladolid, es poema en la memoria, lirismo, temor y temblor. Nada más. Vengo aquí con el poema en prosa de mi Valladolid de entonces". El novelista, biógrafo, ensayista, poeta y periodista también destaca por haber sido galardonado con el Premio Nadal (1975) con 'Las Ninfas', el Premio Princesa de Asturias de las Letras (1996) y el Premio Cervantes (1975). De su extensa producción cabe señalar 'La noche que llegué al Café Gijón' (1977), 'Diario de un escritor burgués' (1979), 'Memorias de un hijo del siglo' (1986), 'La forja de un ladrón' (1997) y 'El socialista sentimental' (2000), entre sus obras narrativas.

Acercándonos en el tiempo, la historia nos trae hasta Gustavo Martín Garzo. Nacido en 1948, fundó las revistas fundador de las revistas literarias 'Un ángel más' y 'El signo del gorrión'. En medio de la literatura cotidiana de Delibes y la novela negra de César Pérez Gellida, se encuentra la obra mágica y mitológica de Garzo. Hombre discreto, presentaba hace solo unos días su cuento infantil 'El Hada del agua' que cuenta con ilustraciones de los participantes en el proyecto de inclusión creativa MIRAR 3.0. Recibió el Premio Nacional de Narrativa en 1994, el Premio Nadal en 1999 por 'Las historias de Marta y Fernando' y Premio Nacional de Literatura Infantil en 2004.

La era del 'gellidismo'

Y llegamos hasta Gellida. Su nombre se hizo hueco en los hogares vallisoletanos gracias a su triología 'Versos, canciones y trocitos de carne' que incluye los títulos 'Memento Mori', 'Dies Irae' y 'Consummatum est'. Con un estilo narrativo vibrante, rico en detalles y en precisión histórica la saga fue todo un éxito. Poco después llegó una segunda triología: 'Refranes, canciones y rastros de sangre', que incluye 'Sarna con gusto', 'Cuchillo de palo' y 'A grandes males'. Para entonces, ya había empezado a recibir premios: Racimo de Oro de Literatura 2013, Premio Piñón de Oro 2014, Medalla de Honor de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses en 2014, Premio a la mejor novela negra del año por 'Todo lo mejor' en el festival Valencia Negra 2019, Premio Conde Ansúrez de Literatura en octubre de 2019 y el Premio Alcaide de Honor del Museo Nacional del vino en diciembre de 2019.

Mientras seguía escribiendo y publicando, salía al balcón de la ciudad en 2018 para dar un pregón de las Ferias y Fiestas de San Lorenzo, que bien podría traducirse como 'La Bilia del vallisoletanismo'. Llegados a 2022, su primera triología daba el salto audiovisual y la adaptación a serie de 'Memento Mori' empezaba a rodarse en la ciudad, para estrenarse en octubre de 2023 en Amazon Prime, donde permaneció en el número uno de series nacionales durante 11 semanas seguidas. Como corresponde que haya "un sitio para cada cosa y una cosa para cada sitio", en 2021 puso en marcha el certamen de literatura y música Blacklladolid, que se celebra en Valladolid, que es su sitio. Y así, casi sin solución de continuidad, los Reyes Magos 2024 trajeron a César, pero también a Valladolid, un nuevo Premio Nadal. Este por la novela que se estrenará el próximo 7 de febrero 'Bajo tierra seca'. 

Así, Gellida forma ya parte de una larga saga de literatos vallisoletanos. No cualquiera forma parte de ella. Jorge Guillén, Nuñez de Arce, Leopoldo Cano, Hernando de Acuña, Emilio Ferrari. La lista, aunque estuviera completa, no honraría su legado. Ni el de los que, no siendo vallisoletanos, llegaron a la ciudad, se establecieron y escribieron: Miguel de Cervantes, Góngora, Quevedo'...

Quizás es momento, para ese vallisoeltano medio, de empezar a sacar pecho y ver a la capital del Pisuerga como la describe, precisamente, Gellida: 'Valladolid, capital del Universo'. Al menos, del universo literario.

2 Comentarios

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usuario anonimo 1/8/2024 - 11:53:15 PM
No lo dudes Raul.
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raúl gonzález 1/8/2024 - 3:41:01 PM
A lo mejor es un poco pronto para poner al Gellida al lado de los otros...
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