Las acusaciones pública y particular y la defensa han acordado la imposición de penas que suman seis meses de prisión para un hombre que iba a ser juzgado este viernes, 10 de noviembre, en la Audiencia de Valladolid con jurado popular por delitos de allanamiento de morada, tenencia ilícita de armas y daños.

El pacto establece en concreto tres meses de prisión por allanamiento de morada, otros tres meses por tenencia ilícita de armas y el pago de una multa de 80 euros por un delito de daños.

El magistrado presidente ha leído el acuerdo en la Sala de vistas, con el que las partes y el encausado han mostrado su conformidad y que abarca la circunstancia de eximente incompleta por una anomalía o alteración psíquica del encausado.

También fija el pacto la prohibición de que el acusado, H.P.O., se acerque a menos de trescientos metros de la víctima, a su domicilio y su lugar de trabajo durante un periodo de tres años, además de la prohibición de comunicarse con ella durante el mismo tiempo.

La sentencia impondrá al procesado la medida de libertad vigilada por dos años y tratamiento ambulatorio adecuado a su patología.

El magistrado ha preguntado a las partes sobre su conformidad con el acuerdo, aunque no ha dictado sentencia in voce, ya que el procedimiento del tribunal del jurado así lo establece.

Las partes han convenido la suspensión de la ejecución de la condena, con la condición de que el procesado no delinca durante el periodo fijado, de que esté a disposición de la autoridad judicial y cumpla las medidas de alejamiento y tratamiento ambulatorio.

La acusación contra el procesado se centra en que el 24 de abril de 2022, sobre las 4.00 horas, enfadado porque su expareja había comenzado una relación sentimental con un amigo suyo, se dirigió al domicilio de ella, en un pueblo de Valladolid, y rompió a golpes la puerta, además de romper contra el suelo varios envases de vidrio de portaba.

Las conclusiones de la Fiscalía consideran además que, a la mañana siguiente, sobre las 11.00 horas, aprovechando que la puerta de la casa estaba rota, entró en la vivienda de la víctima sin su permiso y discutió con ella, quien le insistió en que abandonara el lugar.

Durante la disputa, el acusado llegó a arrojar una botella de vino que llevaba al suelo, mientras la perjudicada le advirtió insistentemente de que, si no se marchaba de la casa, llamaría a un hermano del encausado y a la Guardia Civil.

Aún así, el procesado permaneció unos minutos en el domicilio en contra de la voluntad de la mujer, quien estaba acompañada de sus dos hijas menores.

Tras abandonar el lugar gracias a la intervención de su cuñada, se fue en dirección a la iglesia del pueblo, donde asistió a misa, portando en la parte trasera del pantalón, tapado con el chaleco, un revólver fabricado en los años 20, en perfecto uso de funcionamiento, sin registrar y sin poseer permiso o licencia que habilitase su porte o su uso.