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Nacho Carretero, ocho y medio

La crítica cultural de Ágreda en TRIBUNA

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Nacho Carretero, ocho y medio
Foto: Nacho Carretero.
Ágreda L.M.
Ágreda L.M.
Lectura estimada: 2 min.
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El fotógrafo Nacho Carretero tiene alma de gato. Es también amante de pescados y sirenas. Le gustan las bañeras de agua fría, la ensaladilla y el chocolate con churros. Y esconderse en las faldas de la camilla en noches de tormenta. Tiene una especial inclinación por las Vespas, los trenes y los BlaBlaCar. Lleva haciendo las mejores fotografías de teatro en el Lava un tiempo; antes se las hacía a los músicos en el Delibes, también hace fotos a gente y monta teatrillos y operetas y hace colmenas y pone tuercas, copas, y se pone la bata de enfermero de radiología y le nombran enfermero del mes y además de todo eso. Es un "peazo" artista como la copa de un pino.

Este tío con presupuesto no sé lo que sería capaz, pero siempre choca con secretarias, gestores, directores de museo y políticos que entienden de fotografía como yo de la fusión fría. Ahora en el LAVA le veo como trasiega con la máquina de fotografía con esa extraña forma gatuna de estar ganándose la vida, de esa manera tan elegante, siempre discreto, cauto, de superviviente. Siempre en la trinchera.

Demasiado consciente de que cualquier día le digan. "Nacho, hasta aquí hemos llegado, este otro nos lo hace gratis..."  Estar con Nacho Carretero es tener la risa asegurada. Sus fotografías que ilustran muchas veces estos escritos son una manera de educar la mirada, porque tiene la cualidad de ser artesanales. Y por eso reclaman nuestra atención -casi todas las compañías de teatro que pasan por el LAVA, le llaman para que les envié sus fotografías-.

Ha sido viendo las fotografías de los dos últimos espectáculos en el LAVA: Suttotos con Perdón y Rabia de Claudio Tolcachir cuando sus fotografías han alterado y puesto el foco en lo que verdaderamente merece mirar de las obras y tenemos derecho a disfrutar. Son toda una ética del saber fotografiar.

Sí, viendo sus fotografías se tiene la impresión de que se puede contener la obra entera de teatro en la cabeza, como una antología teatral. Fotografiar es apropiarse de los fotografiado. Significa trazar un puente con lo que pasa en el escenario y trasmitirle un conocimiento. Las fotografías siempre procuran pruebas. Son útiles. El registro de la cámara incrimina. Y en esto NC es un auténtico maestro. Sus fotografías son la prueba de lo que pasa en el LAVA por la noche.

Sí, todas las fotografías de Nacho Carretero llevan su sello: la emoción. Que es uno de los mejores, yo no tengo dudas

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