Que la Marcha Contra el Cáncer de Valladolid aglutina más que ninguna es un hecho sabido, pero no todos los 'andarines' y 'corredores' de este evento solidario salen de la capital. La llamada de la AECC llega a muchos lugares y es oída casi ya con devoción por muchos ciudadanos que se desplazan desde los pueblos de la provincia, en gran medida gracias también a los autobuses que fleta la Diputación Provincial. También de otros puntos de España y del Extranjero. La solidaridad no entiende de fronteras.

"Somos de Aldeamayor, venimos todos los años y espero seguir viniendo", dice una participante. Con la AECC colabora activamente. "Llevo 20 años por mi problema, pero soy voluntaria porque soy voluntaria", sentencia. La lluvia ha retraído a algunos de los participantes "teníamos un autobús con 45 plazas, al final hemos venido 14", indica.

Mucho colorido, también, ponen lo puestos de merchandishing de la asociación: "Tenemos cosas muy bonitas y baratitas: tenemos cerditos-huchita, para los niños, precioso; bolígrafos; bolsas para el móvil; agendas; bolsas; pulseras, post-its; llavero para el carrito de la compra, que hace mucho servicio; osito-llavero; botellitas; bragas para el invierno, a tres euros, camisetas..", relatan las voluntarias con emoción. Una variedad que llama la atención de los participantes que siguen aportando a la causa haciendo gasto en estas tiendas.

La fidelidad es una de las características de quienes acuden a esta Marcha. "Ya son once veces que vengo", explica una capitalina, que considera este evento "muy importante". "Yo he pasado por ello hace diez años", explica. "Cáncer de mama", añade. Ahora aprovecha la jornada para juntarse "con un grupo de amigos" y juntos van todos a comer después. "Es un día muy especial", aporta.

Otras dos mujeres, en esta ocasión de Valdestillas, reconocen que llevan viniendo "muchos muchos años", reclamando que "haya más investigación y que las autoridades o el Gobierno invierten más en investigación, que falta hace".

Por supuesto, no solo las mujeres han participado en esta marcha. Hombres jóvenes y mayores ha corrido y/o recorrido todo el trazado con todo el cariño y ánimo de aportar a la causa: "Llevamos viniendo cuatro o cinco años aproximadamente", cuentan dos hermanos llegados desde Simancas. "Hemos ido una vuelta corriendo y otra andando", explican. A pesar de su juventud, entienden perfectamente que el cáncer es "algo duro, sobre todo para las familias", afirman. "Hay que tomar medidas y esta es una manera buena", añaden. "Nosotros tuvimos un familiar" afectado, indican, "pero éramos muy pequeños los dos y no llegamos a vivirlo", apuntan.

Y es que no hace falta haberlo vivido en primera persona para unirse a una marcha solidaria cuyo propósito es un beneficio para todos.