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Raquel Fernández, la mirada vallisoletana detrás del nuevo proyecto de Netflix

Tras haber pasado Nueva York, Londres, Los Ángeles o Shanghai, está considerada una de las mejores directoras de fotografía de España y ahora prepara la serie 'Respira' que se estrenará en 2024

Fotografías de Raquel Fernández en distintos rodajes. TRIBUNA
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
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'Valladolid es una ciudad de cine'. Un slogan de moda que repetimos en estos tiempos de 'Voy a pasármelo bien' y 'Memento Mori', y se nos hincha el pecho de orgullo al describir nuestra ciudad como un set de rodaje. Pero resulta que esta capital hace mucho que podría haber enarbolado ese lema. Hace 51 años nacía en Valladolid Raquel Fernández Núñez. No, no habrán oído hablar de ella, tristemente. Solo está reconocida como una de las mejores directoras de fotografía de España. Solo recibió el Premio a la Mejor Directora de Fotografía en el Women's Independent Film Festival de Los Ángeles. Solo ha estado nominada y premiada en festivales la Berlinale, el Tribeca Film Festival o los Goya. No pasa nada. Si quieren saber más de ella pueden ir a Netflix y ver 'Baraja, la firma del asesino' la miniserie 'true crime' estrenada el pasado mes de junio; pueden esperar un año y ver 'Respira', la nueva serie Original Netflix con Najwa Nimri, Blanca Suárez y Aitana Sánchez-Gijón o, también, pueden leer ahora la entrevista que ha concedido en exclusiva a TRIBUNA VALLADOLID.

PREGUNTA: Está trabajando actualmente en un proyecto de Netflix, ¿qué nos puede contar de él?

RESPUESTA: Es una serie original de Netflix España que se llama 'Respira', de Carlos Montero (showrunner de 'Élite'), con la actriz Najwa Nimri ('La casa de papel') y Aitana Sánchez-Gijón. Se estrenará el año que viene y tendrá ocho capítulos. Estamos rodando en Madrid y en breve nos vamos a Valencia. Llevamos desde junio, terminaremos el rodaje en diciembre y empezará toda la parte de postproducción.  Somos dos equipos trabajando a la vez: dos 'dires' y dos 'directores de foto', de modo que nos dividimos los episodios y trabajamos en paralelo.

P: No es la primera vez que trabaja para esta plataforma, ¿verdad?

R: Sí, la anterior fue 'Baraja, la firma del asesino', también es original Netflix. Es un 'true crime', que es un género que tiene toda la parte de investigación del crimen y lo que hacemos la dirección de fotografía es cubrir todo lo que sean entrevistas y recreación de crímenes.

P: A la vez que rueda 'Respira' hay otro proyecto en el que ha trabajado y que ahora se moviéndolo por festivales. Háblenos de él.

R: Es el documental 'Anqa', que se estrenó en la Berlinale en enero, en Forum. Es un trabajo de dos años sobre el deshonor familiar. Matan a las mujeres en Jordania por 'haber generado algún deshonor', ya sea porque no llegan vírgenes al matrimonio o por las violaciones que hay dentro de las familias. Se hizo en dos etapas de dos años y ahora está en pleno 'tour' de festivales. Ha estado en Macedonia, donde yo estuve nominada por dirección de fotografía; en Oslo, donde estábamos nominadas la directora y yo, y donde yo fui premiada, y ahora en la Viennale. Es un proyecto bastante grande porque la directora se ha pasado seis años de investigación en Jordania sobre todos estos traumas y crímenes a mujeres, hasta llegar a quedarnos con tres que son con las que hemos trabajado el documental.

P: Usted ha trabajado por todo el mundo, ¿cómo llegó esa joven salida de la calle la Tórtola a trabajar por todo el planeta?

R: Empiezo en Valladolid, que me da el impulso y la inspiración. Mis padres me llevaban a la Seminci desde chiquita. Supongo que a partir de ese punto seguí imaginando que yo podía ser cineasta. Se inicia un periodo en Valladolid en el que paso por la Escuela de Artes y Oficios y tengo mi primer acercamiento a la imagen de vídeo. Estamos hablando del año 90. A partir de ahí, yo digo a mis padres que yo quiero hacer cine y en mi casa me dijeron '¿cómo que tú quieres hacer cine?'. Mi madre me quería avisar es que ellos no me podían ayudar y yo, que estaba en la adolescencia loca, le dije a mi madre que no necesitaba ayuda. Luego han ido pasando los años y te das cuenta de la gran sabiduría de mi madre en ese momento que sabía que el cine a menudo tiene que ver con mucha herencia. Ahora ya soy consciente de lo difícil que es hacer cine en este país sin tener un apellido que te proteja.

P: Su siguiente parada es Madrid. ¿Qué le aportó esa etapa?

R: En Madrid estudié en dos escuelas. La primera de Formación Profesional y nada más acabar empecé a trabajar en iluminación de teatro, cámara ENG y todo lo que se podía. Luego tuve mi primer trabajo en una película de Pilar Miró, que fue mi madrina y la que me dio el empuje para entrar como meritoria de cámara en la que fue su última película ('Tu nombre envenena mis sueños', 1996). En ese momento, no había mujeres en los departamentos de cámara. Pilar me avisó que no me iban a dar ninguna oportunidad como no me formara. Terminé la película de Pilar y con todo ese conocimiento que adquirí pasé las pruebas de selección de la ECAM (Escuela de Cine). Mi compañera Juana Jiménez y yo fuimos las dos primeras mujeres que entramos en la Diplomatura de Dirección de Fotografía.

P: ¿Cómo empieza su 'vuelta al mundo'?

R: Desde que dejé la escuela, empecé a trabajar en productoras, en el punto más bajo de la cadena. Ahí me di cuenta que los directores de fotografía eran todos señores con canas, con barbas y puros. Entendí que en España no iba a tener un espacio, así que me fui a Nueva York. Fueron cuatro años de pura supervivencia. Yo pensaba que tenía inglés y, por supuesto, no tenía nada. A la vez que sobrevivía en esa ciudad tan maravillosa como terrorífica, empecé a hacer mucho cine gratis. Trabajaba en restaurantes y luego me dedicaba a hacer cualquier  proyecto que me llevara a estar involucrada en rodajes, a aprender el vocabulario técnico y a hacerme mi pequeño grupo de sostén. Era un grupo dentro de la comunidad colombiana con el que pude realizar mi primer largo como directora de fotografía ('Dead four batteries', año 2004). Cuando cayeron las torres gemelas cambiaron todas las visas y la mía dejó de tener valor, así que me fui a Londres. Allí pasé otros cuatro años. Empecé a dar clase en varias escuelas, lo cual me daba una base de trabajo muy estable y a la vez iba consiguiendo rodajes.

Entonces, una clase de alumnos que yo tenía abrió una productora en Shanghái y ellos fueron los que me vincularon a Asia. Al final me fui con ellos a vivir a Shanghai y me pasé en China otros tres o cuatro años. Luego me fui a Los Ángeles, ya con una visa de artista que ya me daba acceso a algo más.

P: Aprovechando que habla de Los Ángeles, ¿qué piensa de la huelga de guionistas y de actores? ¿Le afecta?

R: Todos mis compañeros de Londres y Los Ángeles llevan parados meses. Hay muchos nervios pero me parece absolutamente coherentes ambas luchas. Están pidiendo que haya una nueva valoración de lo que es ahora mismo la industria, que ha cambiado 100% pero no han cambiado ni nuestros salarios ni nuestros contratos. Les apoyo totalmente. Por esas luchas suyas saldremos beneficiados todos. Está clarísimo que hay plataformas que se están viendo beneficiadas de los 'streaming' y ese beneficio no lo reparten.

P: También en Los Ángeles le dieron el Premio a la Mejor Directora de Fotografía (Best Female Cinematographer Award) y es una de las mejores cinematógrafas de España, sin embargo apenas se la conoce, ¿le gustaría que se tuviera más reconocimiento de la profesión?

R: Yo, particularmente, no busco un reconocimiento personal, pero sí que me gustaría que no tuviéramos que estar demandando más visibilidad para nuestro trabajo sino que fuera absolutamente normalizado. No deberíamos de estar creando colectivos ni tratando de llamar la atención de los compañeros de dirección para decirles que existimos. Yo me fui de Los Ángeles y me di cuenta de que hacía 20 años que me había ido y la situación en España seguía igual. Así que, nada más llegar, inicié el colectivo de directoras de fotografía. Empezamos 15 y ahora somos el doble. Nosotras siempre estamos en presupuestos más bajos, en el límite de la industria porque la industria nos coloca ahí, no porque nuestros ejercicios profesionales no valgan.

P: Como buena 'semanista', ¿ha podido, en alguna ocasión, presentar algún trabajo en la Seminci?

R: Estuve con dos largometrajes: con 'Rastro de Sándalo' (2014), con la directora María Ripoll, y 'Las Furias' (2016, con Miguel del Arco). Ambos abrieron la Seminci. Luego también he participado con un documental con Sally Gutierrez  'Do you remember the Philippines?' (2017), que también es parte de la colección del Reina Sofía. He estado también de jurado de documentales y he dado algún premio de dirección de fotografía. A la de este año no he presentado nada, porque los proyectos que tengo al estar ya estrenados no pueden estar en la Seminci.

P: ¿Y los Goya? ¿Podría estar en los Goya, que además este año se celebran en Valladolid?

R: En los anteriores estuve con una película documental que estuvo nominada: 'Memoria', de Nerea Barros. Todavía no han salido las nominaciones así que no lo sé. Podría ser con 'Anqa', la película documental jordana, ya que tiene producción catalana.

P: ¿Se imagina recibir un premio Goya en Valladolid?

R: Creo que lo mejor que puede pasarte a nivel profesional es trabajar mucho. Es verdad que hay mucha vinculación que tiene que ver con estar nominada o premiada para poder trabajar, pero para mujeres 'dires' de foto, estar en activo, es el gran premio.