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Loach aborda el origen del racismo en su filme 'El viejo roble'

Loach aseguró que Seminci "es un festival fantástico", y reivindicó el papel de estos certámenes, que considera que son "más importantes que nunca"

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Loach aborda el origen del racismo en su filme 'El viejo roble'
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
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"Fortaleza, solidaridad y resistencia". Tres palabras que conforman un lema, el que reina en la última película de Ken Loach, 'El Viejo Roble (The Old Oak)', con el que el británico regresa a la competición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

Catorce años después de abrir el certamen con 'Buscando a Eric', y cuando se cumplen 52 años de su primera participación en el festival, cuando se alzó en 1971 con el Premio Ciudad de Valladolid gracias a 'Kes?' la nueva cinta de Loach compendia con una mirada nostálgica pero no impasible, con un cierto regusto amargo pero sin bajar el puño reivindicativo, buena parte de los problemas que ha ido poniendo sobre la mesa el cineasta a lo largo de toda su carrera.

En este caso la historia se centra en el origen del racismo e intenta desentrañar los procesos que conducen a él, a través de la historia de un pequeño pueblo al que llegan inmigrantes sirios que no son recibidos con los brazos abiertos por buena parte de la comunidad.

El realizador, acompañado por Paul Laverty, guionista, ha asegurado en Valladolid que "para comprender cómo se desarrolla el racismo tenemos que ver cómo se despliega y las semillas de esa hostilidad hacia los inmigrantes". Por ello, al darle voz a los pensamientos de quienes se enfrentar a los nuevos habitantes, han querido explicar que "cuando una comunidad pierde la esperanza, cuando no hay trabajo, cierran los comercios, las casas se quedan vacías y el valor del resto de viviendas se desploma? Cuando el conjunto de la comunidad se ve abandonado, y la gente no ve una perspectiva de futuro, entonces caen en la desesperanza, y en ese momento la extrema derecha entra en escena y empieza a decir que a quien hay que echar la culpa es a los emigrantes, que en realidad están peor que ellos".

Para Loach, "donde hay que mirar es hacia el fracaso de los servicios públicos y de la economía", si bien para poner eso en acción le resulta "más interesante" contar una historia que lo muestre. Según comentó en declaraciones recogidas por Ical, 'El Viejo Roble' "no es un discurso político sino un relato, que muestra cómo hay buena gente, susceptible al problema del racismo". "La esperanza reside en la solidaridad. Si reconocemos lo que compartimos todos y nos apoyamos mutuamente, seremos fuertes, y si somos fuertes seremos capaces de encontrar una salida, pero sin esa solidaridad, si nos quedamos a nivel individual, perdemos empoderamiento", lamentó.

Además, recalcó que también es preciso inevitablemente "liderazgo político que nos muestre el camino del progreso y la senda que debemos recorrer". "Sin solidaridad no hay solución. Tenemos que intentar comprender por qué las personas acaban siendo racista", concluyó.

Valladolid, segundo hogar

El guionista agradeció la cálida acogida recibida en Valladolid, un festival donde, aseguró, se sienten "como en casa". "Esto es como una familia. Siempre nos han recibido con una enorme generosidad", afirmó antes de tener un recuerdo de gratitud con el exdirector del certamen, Fernando Lara.

En ese sentido, Loach aseguró que Seminci "es un festival fantástico", y reivindicó el papel de estos certámenes, que considera que son "más importantes que nunca". Para justificarlo, explicó que en Reino Unido "el predominio de las películas comerciales estadounidenses es abrumador", y como muestra, un botón: debido a la huelga de guionistas en Hollywood la industria cinematográfica británica se vio abocada al cierre.

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