Con los acordes de 'Zapateando' de Guadalupe Plata se abría la gala de inauguración de la 68º Semana Internacional de Cine de Valladolid, conducida por una espectacular Marta Nieto, quien hacía los honores vestida impecablemente con un vestido blanco, palabra de honor, con un drapeado de tul negro cruzado.

Con un inicio algo frío, con el público aun buscando su sitio, el acto arrancaba enarbolando los mantras que últimamente definen a la capital del Pisuerga: "Valladolid tiene el propósito de ser la casa del cine de autor" y "definitivamente, Valladolid es una ciudad de cine", leía la presentadora quien emplazaba a la audiencia a la cita del próximo 10 de febrero de la ceremonia de los Goya.

El arranque un tanto pausado fue un 'spoiler' de lo que serían los otros 45 minutos de ceremonia. Un resumen de lo que daría de sí el festival sin discursos políticos, eso sí, pero carente de ritmo con una Nieto que apenas levantó ni la vista del guion, ni la voz para poner algo de énfasis. Su locución se quedó en un constante susurro, casi como en esa nueva moda de los diálogos a media voz en el cine español.

Espiga de Honor a la ACE

La inauguración del festival acogió la entrega de la primera Espiga de Honor de esta edición, que fue para la Academia de Cine Europeo (ACE) como reconocimiento a su apoyo a la producción independiente. 

Todo un homenaje al cine del continente, que el próximo 9 de diciembre celebrará la 36ª edición de los European Films Awards. Antonio Saura, representante español en la organización, agradeció a Seminci que haya tenido la "deferencia" de otorgar este premio simbólico a una Academia Europea que, "no es solo los premios, sino también otras actividades pedagógicas y punto de encuentro, porque están representados 52 países". Fue el presidente de la Academia de Cine Española, Fernando Méndez-Leite, el encargado de hacer entrega de la Espiga no sin antes desear "que la gala de los Goya sea un éxito enorme".

El premio lo recibió la presidenta de la Academia y cineasta polaca Agnieszka Holland, quien además, comparece a esta edición con la película 'Green Border'. Holland remarcó, en un discurso corto y sin artificios, que "es muy importante en estos días que el cine europeo trabaje conjuntamente". "Unidos ganaremos", proclamó.

La gala siguió. En su tono y con su ritmo fue desgranando las distintas secciones de la 68º Seminci. Son 17 los autores que compiten en la Sección Oficial. "Algunos nuevos y otros llegan por primera vez", con una gran presencia de cine español. Sin más, se dio paso a la presentación del Jurado Internacional.

Jurado y recuerdo a las guerras

Accedieron al escenario Meritxell Colel Aparicio, Mike Goodridge, Jara Yáñez, Ivan Granovsky y Pan Nalin. Este último relató que estuvo "aquí hace dos años" y recordó aquello que le dijeron entonces de que Valladolid "es muy buena por la comida, los amigos y el cine". El cineasta indú reivindicó que es "lujo poder disfrutar del cine en los próximos siete días" cuando en el "mundo exterior" hay actualmente 32 guerras "en marcha". Por eso, en este momento, más que nunca, "necesitamos el cine, historias, cuentacuentos, más que nunca. De todas las tallas y todos los colores".

Con un nuevo repaso a las secciones: 'Tiempo de Historia', 'Punto de Encuentro' y, la nueva, 'Alquimias', se llegó a 'Memoria y Utopía', donde tomó la palabra la directora de la Filmoteca de Castilla y León, Maite Conesa, quien reivindicó que "restaurar lo dañado y documentar el legado cinematográfico es vital". Algo en lo que incidió el presidente de la Filmoteca de Cataluña, Esteve Riambau, quien hizo la reflexión sobre el futuro, ya que ahora existe la posibilidad de restaurar las películas de hace 100 años, pero en un entorno cada vez más digital "¿Cuántas películas de este año se podrán ver dentro de 100 años?"

Con un momento de protagonismo para India, país invitado en esta edición y "una de las industrias más importantes del planeta, que excede con mucho el tópico de Bollywood", destacó la presentadora, se llegó hasta los últimos invitados de la gala: el elenco de 'La contadora de Películas'. Uno a uno fueron pasando por el micrófono de forma tan breve, (y agradecida), que en comparación los 45 segundos que se permiten en el discurso de aceptación de los Oscar parecerían un discurso de Fidel Castro.

Y sin más, la música de Guadalupe Plata puso el cierre a la gala con 'Baby, me vuelves loco'. Ciertamente, fue lo más animado de la noche.