Los Trastornos de Conducta Alimenticia (TCA) son problemas mentales que llevan a la autopercepción y distorsión de la imagen corporal. Llegando a desencadenar problemas no solo físicos pero también mentales, y en casos extremos puede llevar a la muerte. Hay varias partes que no se ven de esta enfermedad, en algunos casos es visible, ya sea por el más conocido, la anorexia pero hay otros factores como las emociones o inseguridades que no se ven.

El más común en Valladolid es el trastorno por atracón, pero últimamente está habiendo un repunte por anorexia nerviosa en adolescentes. Siendo las peores épocas en primavera por el miedo a su exposición corporal y los juicos de los demás y en otoño porque empiezan a pensar en las comidas navideñas. La mayoría de las que sufren esta enfermedad son las mujeres, en dos años la psicóloga y directora vallisoletana del centro Merak Psicología, Alma García, atendió a unas 70 personas, todas ellas mujeres. Los hombres, por su parte, también llegan a sufrirlo, aunque muchos tienden a no pensar en un TCA. En España son más de 400.000 personas las que lo padecen, pero muchos estudios afirman que irá en aumento con el paso de los años. Siendo, además, la tercera enfermedad crónica más frecuente entre los adolescentes.

No hay edad, sexo o peso concreto para sufrir esta enfermedad mental, cualquiera puede llegar a tenerla. Sin embargo, la psicóloga García comenta en declaraciones a TRIBUNA que hay algunos factores como el haber hecho alguna dieta anteriormente o ser perfeccionista. La psicóloga del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León (COPCYL), Mar Herrero, decía a este medio que por el peso tampoco se puede saber si una persona sufre o no un TCA, añadiendo que en la mayoría de ocasiones solo se tratan de problemas emocionales. "El infra peso o la obesidad pueden ser consecuencia, pero hay muchas personas con un peso saludable con estas patologías", reconoce.

Factores de riesgo 

La insatisfacción corporal es uno de los mayores riesgos en desarrollar un TCA. Hererro confimaba que la presión social sobre el cuerpo de las mujeres ha sido mayor hasta hace unos años en los que la presión sobre el mismo ya no distingue sexos. En el caso de los chicos, su insatisfacción tiende a estar de cintura para arriba, al contrario que en las mujeres. Sin embargo, también hay personas a las que no les gusta nada de su cuerpo.

Una vallisoletana de 20 años con TCA confesaba: "Son pequeños comentarios, la mayoría son de mi madre que me dice que si he engordado. Esto provoca que me obsesione y haga que necesite hacer una dieta". Los entornos familiares y de amigos son una parte que llega a afectar, donde García añadía que se debe aprender a no hacer comentarios sobre el físico ajeno porque no se sabe por lo que está pasando esa persona. 

Las redes sociales también son un factor importante, las cuales hacen que se piense que los cuerpos que hay son "normales". No por eso se deben dejar de usar, pero la psicóloga cree que se debe "seguir a perfiles que muestren cuerpos diversos". Una percepción sobre esta enfermedad es "que se curan solos, que son una tontería o que se hace para llamar la atención". Siendo la realidad otra, se debe intentar pedir ayuda a la vez que es una enfermedad que nadie elige tener y va mucho más allá de la alimentación: "De los TCA se puede salir, pero no solo".

Una relación sana con la comida

"Cuando no me muevo lo suficiente no como, es como un castigo por no hacer ejercicio", añadía la vallisoletana con TCA. La comida no es solo para alimentarnos, y no se debe generar un sentimiento de culpa a la hora de tomarla. Herrero comentaba que se debe disfrutar de lo que se está comiendo sin hacer dietas extremas ni tener alimentos prohibidos, ya que comentaba que muchas de las personas que lo sufren tiene una historia de dietas atrás. Si hay dudas sobre qué comer hay que acudir a un profesional de la nutrición y en el caso de la actividad física habría que ir a un entrenador como aconseja la psicóloga.