Con la llegada de las vacaciones se tiende a pensar que es un tiempo para descansar, pero el no poder alejarnos del teléfono hace que sea una tarea complicada, siendo ya parte de nuestras vidas, tanto para los jóvenes como para los adultos.

Las razones principales de esta necesidad son el trabajo y las redes sociales, aunque algo tan simple como puede ser publicar una foto o leer un correo, puede terminar convirtiéndose en un problema. La mayoría de los españoles confiesan que miran el móvil nada más despertarse, mientras que es también lo último que hacen antes de irse a dormir.

"Todos podemos llegar a  ser adictos", comenta la psicóloga y miembro del grupo de trabajo sobre TIC del Colegio Oficial de Psicología, Begoña Díez Nieto, pero es cierto que este concepto está relacionado en mayor parte con los jóvenes ya que están más familiarizados con las nuevas tecnologías y es algo que les genera dopamina, teniendo así  más adicción, como por ejemplo el ver cuantos 'likes' tiene una foto que acabas de publicar.

La adicción genera una pérdida de control sobre lo que hacemos y puede generar consecuencias negativas como dolores de cabeza, ojos irritados... Y en las redes sociales lleva a un aumento de ansiedad  y necesidad de comparación al ver una "realidad inexistente" que se encuentra en las fotos publicadas.

Lo más común son casos de jóvenes con ansiedad e incluso algunos en estado depresivo, que van a las consultas por "la consecuencia pero sin relacionarlo con la causa". Pero la psicóloga confirma que la mayoría reconocen que "deberían manejar el móvil de otra manera", siendo esto algo positivo.

Nomofobia                                                        

La Nomofobia es el medio irracional a no tener el teléfono móvil, proviene del inglés (No Mobile Phone Phobia) y es considerada por muchos como la enfermedad del siglo XXI. Desde quedarse sin batería, olvidarse el teléfono en casa y no poder contactar con sus amigos y familiares son algunos de los síntomas de adicción. Mientras que algunas de las causas suele ser por la baja autoestima, los problemas a la hora de mantener relaciones sociales o inlcuso por el sentir que si te llaman y no contestas estás defraudando a los demás.

Casi la totalidad de los jóvenes poseen al menos un teléfono, lo que supondría un 90%, mientras que el 75% tiene tres o más dispositivos electrónicos. Incluso la franja de edad ha ido bajando y ahora se encuentra en niños entre los ocho y diez años no tanto por las redes sociales pero por los videojuegos.

Termina siendo un problema cuando la tecnología te controla a ti y siendo adicción si su uso afecta a las relaciones personales y al descanso entre otras cosas supondría el tener que hacer cambios y aprender a manejarlo. Debemos ser conscientes de que como añadía Begoña Díez, "es un aparato con el que vamos a convivir y hay que tener claro su uso" a la vez que comentaba que se debería reducir su tiempo de consumo.