El Real Valladolid no logró pasar del empate (3-3) ante el Mallorca en un partido vibrante con seis goles y remontadas incluidas tanto por un lado como por el otro. Con el 3-2 en el minuto 90 a favor del equipo pucelano, Muñiz Ruiz señaló penalti (previa revisión en el VAR) por mano de Cyle Larin en una acción defensiva local que terminó con el gol visitante de Muriqi desde los 11 metros. Las tablas dejan al Pucela con 29 puntos y a los de Javier Aguirre con 34, pero con la mirada puesta en el encuentro entre el Almería y Valencia, dos rivales directos por la permanencia.

MIEDO A FALLAR EN LA PUESTA EN ESCENA

El Pucela no empezó bien el partido y el Mallorca se aprovechó de las dudas surgidas iniciales por el debut de Pezzolano y por los pitos de Zorrilla, que se impacientaba con el paso de los minutos. La nula reacción de los suyos, a pesar de la importancia que tenían los tres puntos, provocaba que los visitantes dieran un paso hacia adelante acercándose, a su vez, con más peligro a la portería de Masip.

De hecho, fue el cancerbero catalán el que salvó al conjunto blanquivioleta de las intentonas bermellones. Amath pudo adelantar a los de Aguirre en un mano a mano que solventó el mencionado capitán del Real Valladolid que se sumaba a la acción posterior donde el '23' visitante no logra regatearle antes del tanto pucelano. Fue Lucas Rosa, ya en el área mallorquinista, el que ponía un centro a Kike Pérez que, de volea, hacía el primero (1-0). El gol daba oxígeno a los de Pezzolano que se fueron al descanso por delante en el marcador sin merecimiento por las prestaciones ofrecidas.

REMONTADAS A CONTRARRELOJ

Al equipo que mejor le sentó el descanso fue al Pucela. El Mallorca no subió la intensidad, lo pagó, pero no se vio penalizado por la falta de pegada local que se manifestó en la primera ocasión del segundo acto. Óscar Plano tuvo en sus botas en la reanudación el segundo gol blanquivioleta, pero su disparo a bocajarro fue directamente al centro donde estaba bien colocado Rajkovic. El error en una portería se convirtió en acierto en la otra. Un centro de Maffeo encontró la cabeza de Muriqi, que ganaba en el salto a Joaquín batiendo, a su vez, a Masip (1-1). 

Los visitantes se vinieron arriba y entre tanto combate de boxeo, el que cayó a la lona fue el equipo de Pezzolano porque el gol del 'killer' bermellón generó al Mallorca ese arreón que demandaba Aguirre desde la banda. En menos de 10 minutos, el conjunto mallorquinista remontó con un gol de Morlanes (1-2) después del rechazo de la defensa pucelana en una falta peligrosísima que acabó con amarilla a Javi Sánchez sin que este interviniera en la acción. La remontada de los de Aguirre noqueó a los de Pezzolano, ya que estaba más cerca el 1-3 que el empate local. 

REACCIÓN A TIEMPO

El técnico uruguayo, que se estrenaba en el banquillo del Pucela, tuvo que cambiar 'cromos' para despertar a los suyos. Iván Sánchez y Amallah entraron por Roque y Plano, que fueron sustituidos y pitados por Zorrilla. Estas salidas modificaron el guion del encuentro hasta el punto de obtener el tanto del internacional marroquí (2-2) con un pase de un Larin estelar dentro del área que dejaba a placer el remate al '9' pucelano. En esos momentos, le tocaba el turno a los locales. De hecho, la continua montaña rusa de emociones se teñía de blanquivioleta.

En ese intercambio de golpes, Kenedy y Monchu, que acababan de entrar, fabricaron el tercer gol y la remontada pucelana (3-2). El gol de cabeza del '8' con centro previo del '19' parecía que podría ser la sentencia. Sin embargo, la película no tuvo ese final porque el VAR intervino en una nueva mano de un jugador del Real Valladolid dentro del área que desencadenaba el enfado local y la esperanza visitante. Muriqi aprovechó la polémica y, desde los 11 metros, puso el empate (3-3). Las más de 18.000 personas no se podrían creer que, de nuevo, volvía a estar el VAR como protagonista en un partido que terminó con Muñiz Ruiz pitando el final antes de tiempo, momento en el que el drama firmó el punto y final.

En cualquier caso, el definitivo reparto de puntos dejó a los visitantes con mejor sabor de boca porque los locales tuvieron una oportunidad de oro de alejarse del descenso después del relevo en el banquillo tras caer estrepitosamente en el Bernabéu (6-0).