¿Por qué Europa debería controlar mucho más?
La UE no es ni puede ser un policía, pero algún control sí debe ejercer, y en cuanto a su legislación (reglamentos directivas y decisiones) lo hace a través de los tribunales nacionales. Los tribunales de cada país son también de la UE y están obligados a controlar el cumplimiento de las leyes de la Unión.
Luego, si los jueces nacionales son también jueces de la Unión Europea, algo podrán decir tanto la Comisión Europea como el Parlamento Europeo sobre los órganos judiciales nacionales. Y algo dicen, pero dicen poco.
¿Por qué dicen poco la Comisión y el Parlamento Europeo? Son múltiples las razones, pero en el fondo no hay más que una. Y vais a ser vosotr@s l@s que deduzcáis cuál es esta única razón del cuasi-silencio de Europa. ¿Tendrían acaso autonomía los eurodiputados del PP para oponerse a Feijoo, si este estuviera en el gobierno? ¿Tienen acaso autonomía los socialistas españoles para "chistar" lo más mínimo contra Sánchez? ¿Quién los elige primero a los eurodiputados los ciudadanos o el partido?
Respecto a la Comisión, no digo que el cuerpo de comisarios no tenga libertad de acción en su trabajo, pero se cuidan muy mucho de no molestar demasiado a los gobiernos de los grandes partidos, pues su elección, a pesar de precisar del visto bueno del Parlamento europeo, está muy politizada y su actuación políticamente muy amortiguada.
¿No tendrían mucha más libertad los eurodiputados y los comisarios, si dependieran más de los ciudadanos y menos de sus respectivos partidos políticos?
Si la calidad de nuestra democracia se mide por la libertad de acción de los organismos de control frente al ejecutivo, no podemos estar muy orgullosos de ella. Pero no son los órganos de justicia a los que estoy culpando, sino a los gobiernos por su intromisión en los nombramientos de los miembros de los supremos órganos judiciales e incluso en la acción misma de la justicia. Hay, además, muchos campos que quedan fuera de control de la justicia y que, sin embargo. deberían estar dentro, porque tienen una importancia vital para los ciudadanos y, además, suponen unos privilegios de los políticos. Por ejemplo, faltar a la palabra dada o incumplir un contrato privado puede suponerle al ciudadano serias penas, incluso prisión, pero Incumplir el programa electoral, que es un contrato serio entre el partido que llega al gobierno y sus votantes, es casi un orgullo para los políticos. Y son estos campos los que debería controlar la Comisión Europea, que es una institución muy exigente, cuando se trata de la entrada de un país en la EU, pero muy permisiva, una vez que los Estados se encuentran dentro de la Unión.
¿No está obligada acaso la Comisión Europea controlar el abandono de nuestros bosques por el gran perjuicio medioambiental que supone para toda la UE cualquier incendio producido en un país de la Unión? ¿No está obligada a controlar cómo se indultan o reducen las penas a los acusados de malversación de fondos de la UE, o incluso de cualquier fondo público? ¿No está obligada también a controlar si los Gobiernos nacionales cumplen con las obligaciones impuestas por los tratados de ?fomentar la cohesión económica, social y territorial y la solidaridad entre los Estados miembros? cuando un 20% o un 30% de los ciudadanos de la Unión está viviendo por debajo del umbral de la pobreza?
Necesitamos mucho más control ante tanto descontrol y tanta corrupción, pero, para esto, los órganos de control y la Comisión Europea tienen que tener las manos mucho más libres. No son los controlados los que deben elegir a los controladores, No son los políticos los que deben elegir a los Eurodiputados o a los miembros de la Comisión, ni tampoco a los jueces del Tribunal de Luxemburgo (y ni siquiera a los del Tribunal de Estrasburgo).