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La complicada situación de la agricultura en Valladolid: "Los fertilizantes han subido un 300%"
Los agricultores vallisoletanos y ASAJA denuncian el difícil panorama que vive el sector en la actualidad y la problemática de la nueva PAC
La agricultura es uno de los sectores básicos de la economía vallisoletana. Desde el inicio de la invasión a Ucrania, los costes de producción no han dejado de subir para un sector fundamental para la población.
Juan Ramón Alonso, presidente de ASAJA Valladolid, relata como la subida de los costes de producción ha puesto en una situación límite al sector: "El coste de las materias primas que utilizamos en la agricultura ha ido creciendo hasta límites insospechados en el medio rural. Los fertilizantes han subido hasta un 300%. Los carburantes y los lubricantes, un 120%. Los piensos, un 80-90%. Todo lo que usamos para producir se ha disparado en el último año y medio. Esta cosecha va a ser producida con unos costes altísimos".
Los fertilizantes, básicos para la producción, suponen el mayor coste para los empresarios:"Estamos hablando que el mayor coste en la agricultura son los fertilizantes. Hace dos años una tonelada de abono nitrogenado estaba a 240 euros la tonelada. Actualmente, se ha llegado a poner a 900 euros la tonelada. Todo eso ha hecho que tengamos que haber gastado grandes cantidades en en fertilizantes. Los números no salen", narra.
A nivel provincial, Valladolid representa una región de gran peso para el sector nacional, aunque la situación actual puede perjudicar a una industria potente a nivel local. "Valladolid es una provincia que tiene varios tipos de agricultura, de regadío y de secano. Tiene una agricultura muy potente, dinámica y profesionalizada a la que le afecta todos los problemas. Necesita un consumo importante. Es un freno para una agricultura potente y puntera", describe el presidente de ASAJA.
Jesús Fernando, agricultor de patatas en Campaspero, describe un panorama similar dentro de su campo. El miedo ante un posible desabastecimiento ha llevado a los agricultores a comprar mayores cantidades de producto de cara al futuro: "El abono ha pasado de estar a 300/400 euros, ahora se ha puesto por los 900. Cómo nos metieron miedo de que no iba a haber, todos hemos reservado, pagándolo a un precio muy elevado. Pero sin abono no podemos trabajar".
Un precio elevado que se suma a unos gastos de inversión que no siempre son rentabilizados con la venta del producto. "Hace dos años, antes de la guerra, la inversión por hectárea en patatas podría rondar entre los 5.000 y los 6.000 euros. Este año va a superar los 9.000 euros por hectáreas. A cada cultivador nos ha tocado hacer muchas cuentas para ver cuánto podemos asumir", confiesa Jesús.
Otro de los problemas que describen desde ASAJA es el incumplimiento de la Ley de la cadena alimentaria. Esta normativa protege a los agricultores, prohibiendo la venta del producto por debajo del coste. Sin embargo, la realidad es muy diferente."Es importante que la Ley de la cadena alimentaria se cumpla. Lo ideal es que el precio no bajará de los 18 céntimos, que es lo que nos cuesta a nosotros producir. Lo que queremos es que la ley se cumpla y que no baje de ese precio", demanda Jesús.
Dentro de esta cadena, los agricultores se encuentran en una posición de inferioridad con respecto al resto de agentes."El cultivador es el eslabón más débil, porque todos pueden apretar a su eslabón inferior en cuanto al precio, pero nosotros no podemos apretar a nadie", relata.
Las asociaciones agrícolas demandan más ayuda a las instituciones públicas para impulsar un sector estratégico a nivel nacional. "Desde ASAJA, llevamos mucho tiempo pidiendo medidas al Gobierno, tanto al Ministerio de Agricultura como al Ministerio de Hacienda. Pedimos que flexibilicen algunos asuntos, como la rebaja del IVA de algunos alimentos.También demandamos la bajada del IVA de los carburantes. Son medidas que puedan aliviar la presión que hay sobre los precios. En algunos casos nos han tenido en cuenta, en otros no. Sí que han dado algún tipo de ayuda.Han dicho que van a dar una ayuda por hectárea para cubrir la subida de los fertilizantes. Lo pedimos hace 8 meses ya. No son grandes cantidades pero sirven para aliviar algo el asunto" , describe Juan Ramón
De cara al futuro, la inversión en la zona es clave: "Aquí tenemos gente y terreno, las administraciones tendrían que potenciar el consumo local. La guerra de Ucrania nos ha enseñado la necesidad de que cada país tenga cierta solvencia alimentaria", explicaJesús. Sin embargo, la falta de relevo generacional supone un peligro para el sector. "Cuando nos jubilamos, no hay gente".
El problema con la nueva PAC
La nueva normativa europea ha entrado en vigor el pasado 1 de marzo. Desde el sector, llevan tiempo reclamando cambios en una ley que afecta de manera negativa a la industria."Desde ASAJA, lo dijimos hace mucho tiempo. Esta PAC es negativa para el campo y para el agricultor profesional que vive de la agricultura. Nos tienen que dejar un marco de libertad de poder llevar prácticas agronómicas que nosotros las conocemos porque llevamos toda la vida en el medio. Somos conscientes de que hay que ser respetuosos con el medio ambiente porque vivimos ahí. Todas estas cosas que nos imponen desde Bruselas o desde el Ministerio de Transición Ecológica son muy negativas para la agricultores", afirma Juan Ramón.
"Lo llaman subvenciones, pero a mí no me gusta llamarlo así. Son una compensación a la pérdida del valor real del producto. Ha habido una reforma donde se ha ecologizado demasiado la PAC. En Europa, hay unos lobby de presión muy fuertes que obedecen consignas ecologistas ridículas. Todos somos ecologistas, como agricultor, soy el ecologista, me gusta ser respetuoso con el medio ambiente a la hora de llevar mis prácticas al campo. Nos están poniendo unas medias burocráticas dictadas desde los despachos de Bruselas".
Unas fuertes condiciones a los productos que no siempre se aplican a los alimentos llegados desde otros países. "Estamos bajo lupa de los productos que echamos y luego te encuentras que están importando de terceros países extracomunitarios patatas que incumplen todo lo que a nosotros nos piden. Entendemos que es una competencia desleal. Nosotros hacemos que la patata de Castilla y León sea de una excelente calidad y luego te encuentras patatas de otros países que no cumplen. Al venir tanta patata francesa, hace que baje nuestra patata. El estado no nos protege. Nos gustaría que el consumidor pudiera ver de una manera más clara de dónde son las patatas que está comprando", sentencian.
Ramón, agricultor de remolacha,también se muestra crítico con la nueva PAC: "Lo que viene a ser es muchísimo más burocrática. Un agricultor tiene que dedicar más tiempo a la gestión que a estar en un tractor. Con la nueva PAC, no se puede plantear una explotación de tamaño medio sin tener gente que le ayude con todos los trámites. Es una PAC con un tinte medioambientalista y de carácter anti productivo. Se nos están limitando las materias activas y poniendo muchas condiciones, que no están llevando a tener menos producción, todo ello en una situación alimentaria complicada. La PAC va en contra de sistemas productivos que nos permiten ser más independientes desde el punto de vista alimentario", asegura.
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