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La consagración de Tábata Cerezo
La crónica cultural de Ágreda en su 'Palabras contra el olvido'
Tábata Cerezo es una actriz que sabe que la vida es mucho más amplia que la posibilidad de representarla. Pero ella, -los que estuvimos viéndola en el LAVA con La Gaviota o lo hijos de fuimos consciente de ello-, es capaz de atrapar la vida con su voz, con su cuerpo, con sus caladas al cigarrillo, con sus silencios. La contundencia de su interpretación deja la estela en las tablas de enseñanzas de una alumna aventajada de Stanislavski o de Lee Strasberg.
Los cinco pilares de la interpretación son: relajación, concentración, palabra y acción. Estos pilares son los que Tábata Cerezo trabaja diariamente para poder acercarse a lo que quiere ser y a dónde quiere llegar como actriz. En su paso por Valladolid pudimos saborear su técnica y su inspiración para construir y confrontar un personaje chejoviano que cautivó al público y a la crítica.
Tábata está alerta para saber lo que existe fuera, alejándose del dogma en la enseñanza teatral y no se deja llevar por lo estereotipado, lo trillado, lo visto y por eso se lanza sin paracaídas para encontrar lo que hay en su interior y regalárselo a público. El teatro bueno empieza siempre con un encuentro entre dos personas que quieren entenderse pero siempre surgen imponderables que les lleva al enfrentamiento.
Esto es para Tábata la razón del teatro. Las expectativas levantadas por esta actriz revelación del año para quien firma esta crónica son altas. Su exigencia a la hora de prepararse los papeles es la misma que la va exigir el público. Si consigue, como lo consiguió en el LAVA, que las historias y los personajes lleguen al espectador, entonces todos sabemos que estamos ante un momento único, especial.
Porque el público sabe de sobra si una obra y una actriz es de calidad o no. Tábata Cerezo demostró la otra noche que es capaz de sacar a la luz todos los matices y de sumergirse en el papel y absorber con pasmosa facilidad la esencia que requería su personaje.
Aquí hay una primera actriz en ciernes. Es intensa, tiene encanto y recursos, autoridad escénica, exhala convención y tiene soltura. Tiene que controlar la emoción y ese poderío que en su primera aparición cortó la respiración del público.
Es un gusto conocer el mundo a través de los personajes que encarna y encarnará Tábata Cerezo. Porque el teatro como bien dice Juan Mayorga es el lugar idóneo para examinar el mundo con ojo crítico y para imaginar utopías. La utopía y el encanto de Tábata Cerezo.
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