Una serie de actividades ponen en valor el pasado histórico de la localidad tras la cesión del Museo Arqueológico Nacional de Madrid del monólogo ‘Wamba, dolor y muerte del rey godo
Wamba y su osario, un reclamo para los amantes de lo macabro
'Como te ves, yo me vi, como me ves te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás' reza su epitafio
Wamba, el pueblo vallisoletano cercano a Zaratán, es famoso por ser el único municipio del panorama español cuyo nombre comienza por W. Cuenta la historia que en el año 690 murió el rey godo Recesvinto y se nombró a su sucesor, el noble Wamba. Aquel rey dio nombre al pueblo que hoy conocemos todos.
El pequeño pueblo cuenta con una iglesia románica del S. XII, llamada Santa María. Dentro de ella se encuentra un cubículo cuadrado que alberga más de 3.000 huesos de entre los que se encuentran monges, mujeres y niños. Hace muchos años, dichos huesos rodeaban y cubrían todo el habitáculo pero se han ido cayendo y retirando del lugar. 'Como te ves, yo me vi, como me ves te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás' reza su epitafio situado a las puertas de la cripta.
En esta localidad, en la que viven menos de 200 personas, se apilan los citados huesos, cual tetris, en una cripta que hace muchos años era una antigua celda del monasterio de la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, justo al lado de la iglesia de Santa María. Maite Alonso, técnica de turismo de la localidad, explica que "la orden se instaló aquí por mandato real, de parte de la Infanta Sancha y su hermano Fernando Monje que donaron estratégicamente parte del territorio de los montes Torozos a para que se asienten aquí".
"A nivel nacional y por número de huesos es el mayor de España, porque lo que se ve actualmente, en realidad, es sólo un tercio de lo que había. Esto es una parte muy pequeña. Solo cráneos hay entre 3000 y 3500, sin contar lo que hay debajo. Eso es lo único que está contabilizado", revela atónita. En aquellos años no existían los cementerios. Por eso se enterraban en iglesias, y "cuando ya no había espacio, lo hacían alrededor", expresa.
Aunque este osario es el reclamo de la mayoría de los turistas que visitan el pueblo, también hay otros monumentos importantes en esta villa vallisoletana. Su iglesia y algún monumento son de origen románico, es por eso que muchos amantes del arte también lo visitan. El municipio consagra no solo por el morbo y lo macabro del ya citado osario sino porque esta villa tiene un pasado histórico de arquitectura, aunque las mayores visitas sean a la citada iglesia.
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