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La noche de Javier Perianes

Nueva entrega de Palabras contra el Olvido

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La noche de Javier Perianes
Ágreda L.M.
Ágreda L.M.
Lectura estimada: 2 min.

El pianista Javier Perianes con su sola presencia es capaz de hacer más inteligente a la OSCyL y al público que esta noche llena la Sala Sinfónica Jesús López Cobos del CCMD. Hay veces en los conciertos que el espectador se topa con intérpretes que son capaces de despertar pasiones que hasta el momento solo permanecían latentes.  Sucede de improviso, como pasa esta noche, cuando esta sala de conciertos se convierte en un espacio entregado a la música, a la belleza y a la gratitud.

Un concierto es una experiencia compartida. La presencia de Javier Perianes une al pianista con la orquesta y con el  público. El Concierto para piano y orquesta nº 23 de Mozart ejecutado por la OSCyL con Javier Perianes de piloto y al piano despertó la imaginación del público y durante un rato largo logró recrear otro mundo donde no existía ni el dolor ni la envidia ni el miedo.

El acto de escuchar requiere tiempo. Mozart va sonando diferente en el transcurso del concierto. De repente la música adopta una ubicación no solo mental, sino también física.  Intentar comprender la música de Mozart es una experiencia extraordinaria.  La experiencia, el deseo de asimilarla hasta la última nota es lo que permite escucharla una y otra vez, una y otra vez, sin descanso.

Las obras de Mozart, esta noche estamos escuchando  el Concierto para piano y orquesta nº 23 y el nº 20 dicen cosas tan profundas  que para alcanzar a  saber su significado, su sabiduría, su riqueza es necesario escucharlas de manera humilde durante toda una vida. Una vida para leer y otra vida para escuchar a Mozart.

Escuchando y viendo como dirige esta noche Javier Perianes  a la OSCyL de manera, como decirlo, parece que se dirige a cada miembro de la orquesta por su nombre y apellido, y parece que les toca y les insufla vida y comienzan a tocar su instrumento de manera prodigiosa como nunca antes los había hecho. El día para descansar, los conciertos para imaginar.

Javier Perianes tiene un don privilegiado, es capaz de transmitir "el esperanto" de las emociones que tiene la música, la música de Mozart, su indulgencia y su fugacidad, la invitación al descubrimiento sin movernos de la butaca. Y sobre todo a irse de uno mismo cuando a uno le plazca.

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