El objetivo es facilitar la accesibilidad del colegio público albense
El corazón del colegio de Tiedra vuelve a latir
Tras catorce años cerrado, el centro reabre sus puerta para cuatro alumnos de educación infantil y primaria
El inicio del curso escolar ha traído buenas noticias en la localidad vallisoletana de Tiedra. A 55 kilómetros de la capital del Pisuerga se ubica este localidad pucelana que cuenta en la actualidad con 285 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)y que desde principios del mes de septiembre cuenta con una nueva unidad educativa.
Tras 14 años cerrado, el colegio de Tiedra ha vuelto a abrir sus puertas con las mismas ganas de antes. Además según relata el alcalde de la localidad, Nunilo Gato, la noticia ha sido muy bien recibida entre los vecino. "Hemos tenido que trasladar el local de la Asociación de vecinos que estaba el colegio al bajo del Ayuntamiento y no han puesto más que facilidades. A los más mayores se les nota ilusionados con la noticia porque piensan en el futuro del pueblo", añade.
Según relata el edil el centro podría haber subsistido sin problemas, pero varias familias que tenían hijos en edad escolar decidieron llevar a sus hijos en el del CRA 'La Besana' con sede en Mota del Marqués, a ocho kilómetros de la localidad. Ahora la vida vuelve al centro de Tiedra, que gracias al uso que se le ha dado en estos últimos años no ha habido que acometer muchas reformas: "Ha sido necesario reformar los baños y una pequeña rampa de acceso. El resto de gastos de calefacción, luz y limpieza los acomete el Ayuntamiento pero esto no será mucho problema, más si se trata del futuro del pueblo".
Este año han entrado cuatro pequeños de Educación Infantil de 3,4,6 y 8 años y para el próximo curso la previsión es que se incorporarán otros dos. "El futuro está garantizado y queremos seguir creciendo, en número para garantizar que el colegio esté activo todo este tiempo", explica Nulino.
Al igual que Tiedra, otros municipios de Castilla y León han podido recuperar una unidad educativa. Es el caso de Villar de Peralonso (Salamanca), Villar del Río (Soria) y El Piñero (Zamora). Ninguno de ellos los 300 habitantes de población. Para Nulino recuperar esto es una gran noticia que ayuda en la lucha contra la despoblación rural, aunque "la tendencia de la gente joven no es a quedarse en los pueblos". "La única forma de mantenerlos vivos es haciendo que los jóvenes se queden y trabajen aquí", apunta.
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