Después de comenzar la temporada con el acelerador pisado, el Caja Rural Aula Valladolid viajaba a La Rioja para medir sus prestaciones ante un recién ascendido como el Grafometal, que demostró que nadie regala nada en la élite del balonmano nacional. Tanto, que tuvo que sudar tinta para conseguir in extremis un punto territorio riojano.

El arranque del choque fue pesado en una equilibrada balanza en la que el Grafometal llegaba a la red pucelana desde los siete metros y el Caja Rural Aula Valladolid desde la inspiración de Jimena Laguna desde la primera línea. El intercambio de golpes fue parejo hasta la exclusión de Edina Demic. Las riojanas no sólo supieron contener esa inferioridad, sino que las espoleó para intentar una escapada construida por los cimientos de Carla Rivas y Marina González. Un 8-5 en el luminoso del Pabellón de los Deportes de La Rioja, que obligó a Miguel Ángel Peñas a pedir un tiempo muerto.

Las vallisoletanas no cambiaron el guión. Mantenían la solided de su eje en la defensa central y no se inquietaba con los largos ataques del equipo riojano, que coqueteaba una y otra vez con el pasivo en su búsqueda de un camino hacia la meta defendida por Laura Garnacho. Así, el Caja Rural Aula Valladolid consiguió devolver el encuentro a su punto de partida (11-11) ante un correoso Grafometal.

La solidez defensiva de las pucelanas no era acompañada por la fluidez ofen-siva. Inconexas en las circulación de la pelota, las chicas de Peñas no lograban crear un peligro real y constante sobre la meta de una inspirada Ariana Medeot. Tuvieron las visitantes la oportunidad de romper el marcador, pero no supieron sacar provecho de su tercera superioridad de la primera parte y dejaron los deberes por hacer para la segunda mitad, a la que se llegaría con 14-13 a favor de las locales.

La tónica en la segunda mitad fue similar a la primera: con el Caja Rural Aula atascado de cara a portería, pese a la iniciativa de O' Mullony, y sin saber ex-primir las superioridades ante un Grafometal que masticaba con calma cada ataque, dirigido por la batuta de Blanca Benítez.

El conjunto riojano sí supo exprimir las oportunidades que le tendía un errático rival y abría una pequeña brecha (19-17) que volvía a obligar a Miguel Ángel Peñas a solicitar un tiempo muerto para suturarla y encarrilar los instantes finales con todo por decidirse.

En ese cara o cruz al Caja Rural Aula Valladolid le tocó repartise la suerte. Así lo decidió un destino escrito por los propios fallos de las vallisoletanas y por el acierto bajo palos de Ariana Medeot. Sólo un postrero gol de Teresa Álvarez en los últimos segundos impidió una derrota pucelana, que vuelve con un solitario punto de la pista de un recién ascendido y bravo Grafometal La Rioja (23-23).