Las empresas respaldadas por Iberaval consiguieron un 10,9 por ciento más de financiación bancaria durante 2019 en comparación con las compañías que no fueron apoyadas con esa garantía. Pero, además, las pymes que accedieron a un crédito gracias al apoyo de la sociedad de garantía (SGR) consiguieron un incremento adicional en recursos a largo plazo de un 16 por ciento frente al resto. Por su parte, las que recurrieron al corto plazo -inferiores a un año- lograron un diferencial del 6,2 por ciento. Son las principales conclusiones del III Informe sobre evaluación de la adicionalidad económica y financiera de Iberaval, realizado por dos profesores de la Universidad Loyola de Andalucía.

El documento señala que las empresas garantizadas por Iberval pudieron aumentar su acceso a financiación (deuda financiera) en un 18,8 por ciento frente al 8,7 por ciento de las no beneficiarias del respaldo de la sociedad de garantía para obtener un crédito. Es por ello que el director general de Iberaval, Pedro Pisonero, aseguró este miércoles en Valladolid que estos datos ponen en valor el “plus” y el “compromiso” de la sociedad para ser “útiles” a las pymes, autónomos y emprendedores.

No en vano, subrayó que cumple con la función social de hacer llegar la financiación que es la “sangre” y el “oxígeno de las empresas". Y lo justificó, según recogió la Agencia Ical, con que Iberaval ha financiado más de mil millones de euros desde el inicio de la pandemia del Covid, en marzo de 2020 así como que el 85 por ciento que se propone en la sociedad de garantía “sale adelante”. Un porcentaje que, precisó, es “infinitamente” superior a la financiación bancaria.

El estudio realizado por los expertos académicos en sistemas de garantías, los profesores Mariano Carbonero, Horacio Molina y Jesús Ramírez, compara cada empresa que ha recibido financiación de Iberaval con otra pyme que tiene características similares como facturación y empleo. Carbonero, como profesor de Estadística, señaló que, tras cuatro años de análisis, hay “indicios” para asegurar que la adicionalidad de Iberval ha sido “exitoso”. En el mismo sentido, se pronunció Molina al apuntar que se mantienen las cifras en todos los parámetros principales, salvo en el último informe, donde ha habido bajadas por el impacto de la pandemia.

 Puso el ejemplo del incremento adicional en recursos a largo plazo que este año fue de un 16 por ciento frente al 20 por ciento de los tres ejercicios previos. “Esta financiación a largo plazo suele financiar inversión en bienes de capital, que permiten que una empresa sea más competitiva. Tradicionalmente, era del doce por ciento aunque este año se quedó en el siete por ciento”, señaló. Lo mismo ha ocurrido con el impacto de esta financiación en el empleo, que en años anteriores se han movido entre el nueve y el once por ciento a favor de las empresas respaldadas por Iberaval, pero la llegada del Covid supuso un freno a la actividad de las pymes, por lo que el incremento se quedó en el dos por ciento en 2020.

Además, este experto destacó la importancia del crédito adicional que no solo tiene un impacto en la economía sino también en la economía real, ya que el dinero que recibe una empresa genera más inversiones, ingresos y empleos.