El conjunto masculino logró vencer al Erizos Rudos en Aranda, mientras que el femenino hizo lo propio con Lobas-Granja Pinilla en Íscar
El Real Valladolid Baloncesto muere con las botas puestas en su batalla particular con Estudiantes
El equipo de Paco García terminó sucumbiendo después del esfuerzo realizado y de haber forzado el cuarto partido de la serie
El UEMC Real Valladolid Baloncesto no pudo prolongar su sueño de seguir luchando por el ascenso a la Liga Endesa 2022/2023, algo que se veía inalcanzable por el estado anímico y, sobre todo, deportivo del equipo hace más de dos meses. La llegada de Paco García dió una vuelta de tuerca a unos jugadores que, a pesar de no rendirse hasta el final, no pudieron este domingo forzar el quinto y el último partido de la serie tras perder ante Estudiantes (59-85).
El partido no empezaba, de hecho, con el guion previsto, ya que la puesta en escena del equipo pucelano no era la adecuada y Estudiantes castigaba cada error de su rival. El equipo de Diego Epifanio no quería sorpresas de última hora para afrontar la Final Four sin la necesidad de jugar cinco encuentros, esfuerzo que podría costarle caro en las semifinales o, incluso, en una hipotética final.
El primer período terminaba, por esa razón, con un marcador abultado y con una ventaja que empezaba a ser significante (12-22). Sin embargo, entraba en juego el 'factor Melwin Pantzar' para poner nervioso a Estudiantes y recortar la distancia (20-25). Nadie decía que iba a ser fácil y la gran actuación del base sueco no iba a ser suficiente. Los jugadores se marchaban camino a los vestuarios con una renta similar a la conseguida en los diez primeros minutos (29-37).
Con todo y con ello, Estudiantes era consciente que la reanudación iba a ser clave para frenar la ilusión del Pucela Basket por volver a hacer lo imposible. Este hecho hacía que los madrileños estuvieran más acertados en el tiro exterior imponiéndose con claridad en la faceta reboteadora y, por último, dando un paso adelante en defensa, asignatura que tenían suspensa desde el pasado viernes.
La barrera de los 10 puntos, aun así, seguía intacta (49-59). Este era el marcador para afrontar un último cuarto que iba a ser definitivo, ya que el argumento de la película se vio modificado por un inspirado Johhny Dee, un sólido Felipe Dos Anjos y un voluntarioso Javier Beirán que deshacían cualquier atispo de esperanza blanquivioleta y cualquier tipo de reacción local. A pesar de ello y con el resultado más abultado de lo ofrecido por ambas partes, el Polideportivo Pisuerga ovacionó a los suyos con el pitido final al grito de "Orgullosos de nuestros jugadores". El mensaje quedó claro para un club que, para la próxima campaña, debería apostar por planificar una plantilla competitiva y seguir creciendo, paso a paso, como entidad.