Nunca me ha gustado realizar rankings. Creo que los rankings siempre son injustos, sobre todo con lo que no aparece en ellos. Pero es algo que les encanta hacer a las personas que les apasionan los deportes (mejor jugador del año, mejor quinteto de la liga, mejor partido de la década…) y les resulta muy cómodo a las personas que tienen que escribir en un blog semanalmente. Como es mi caso. Y como el ser humano es, al fin y al cabo, un conjunto de contradicciones, hoy voy a hacer mi propio ranking de criterios de selección de personal. Bueno, en realidad sólo comentaré el que para mí es el criterio mas importante en la selección de personal y cómo cumplirlo. Elegir un solo criterio no es un ranking propiamente dicho, pero los puristas probablemente argumenten en mi contra que el criterio que yo he elegido es el primero de la lista y los demás van detrás. Pues vale. Sé que dejaré de lado a muchos otros criterios muy importantes en un proceso de selección, pero espero que no se ofendan demasiado. El más importante solo puede ser uno.
Muchos dicen que estamos en un entorno VUCA, otros muchos que nos movemos en una modernidad líquida. En fin, Heráclito de Éfeso ya dijo que todo fluía, quedémonos con esa idea. La empresa que contrata a una persona hoy, dentro de seis meses no será la misma empresa. Las personas que toman decisiones en esa empresa pueden imaginárselo o preverlo, pero lo más seguro es que no lo sepan (como apunte: hace seis meses estábamos a principios de marzo de 2020, en los inicios de la pandemia por el COVID19). ¿Podrán saber entonces qué perfiles necesitarán en su organización para dentro de seis meses? Probablemente no.
Los conocimientos que demuestra un candidato en el proceso de selección no le garantizan su futuro profesional. Tampoco sus habilidades y sus competencias actuales. Pero sí que lo garantizan los conocimientos, habilidades y competencias que pueda tener en el futuro. Un proceso de selección no consiste en mirar una bola de cristal tratando de ver el futuro del candidato (aunque en todo proceso de selección siempre hay un poco de esto), pero en un mundo en constante cambio es importante evaluar si el candidato podrá cumplir con el perfil futuro de su puesto de trabajo.
Si hay una competencia que puede ayudar a asegurar, en cierta manera, que el candidato contratado hoy, va a seguir cumpliendo con el perfil requerido dentro de seis meses, un año e incluso siete años es su capacidad de aprendizaje rápido y autónomo. No es únicamente la capacidad de aprendizaje, ya que en mi opinión, todos somos capaces de seguir aprendiendo durante toda la vida. Sino es la capacidad de hacerlo rápidamente y sin que nada ni nadie esté detrás obligándote o animándote. Tampoco es ese concepto extraño que se ha acuñado hace tiempo de «aprender a aprender». No se está buscando un candidato que sepa cómo aprender, sino que lo haga y lo haga en tiempo récord y autónomamente.
Esta competencia de aprender solo y rápidamente es el compendio de muchas capacidades cognitivas: analizar, sintetizar, memorizar, relacionar conocimientos, fijar la atención, esforzarse, comprender, visualizar, planificarse, razonar… Innumerables capacidades básicas en las que requiere estar muy bien entrenado aquel que aprende bien y rápido. Y repito algo clave: estar entrenado. Porque cuanto más aprende una persona, más fácil y más rápidamente aprende.
Vete bien preparado a la entrevista de selección porque quizá te encuentres con un entrevistador que también esté convencido de que la competencia más importante de cualquier candidato es aprender solo y rápido. Entonces tendrás que demostrarle que has entrenado todas esas capacidades cognitivas contándole ejemplos concretos de tus aprendizajes más recientes. No me refiero a un curso online, no me refiero a un libro que hayas leído y no me refiero a un máster que hayas hecho. Me refiero a que tendrás que demostrar cómo has utilizado esos conocimientos adquiridos. Porque demostrar que aprendes rápido no sólo es demostrar que puedes apuntarte a un curso, seguirlo y hacer las tareas que te mandan. Lo más importante es demostrar qué has sido capaz de hacer con esos conocimientos, habilidades y destrezas adquiridas. ¿Hiciste un curso de excel? ¡Bravo! Explícame cómo estás poniendo en práctica tus conocimientos sobre tablas dinámicas. ¿Hiciste un curso de escritura creativa? ¡Fantástico! Dime donde tienes publicadas las historias que llevas escritas desde entonces. ¿Hiciste un curso de indicadores de gestión? ¡Fenomenal! Cuéntame qué indicadores estás utilizando en tu búsqueda de empleo. ¿Hiciste un curso de Swift, de PHP o de Python? ¡Magnífico! Muéstrame tu código.
El mundo cambia, la empresa en la que estás trabajando o la que te contratará también cambiará y en mucho menos tiempo de lo que puedas pensar. Por eso tendrás que estar aprendiendo toda la vida, es tu responsabilidad si quieres mantener tu empleabilidad. Y deberás aprender por voluntad propia y rápido. Pregúntate: ¿Qué fue lo último que aprendiste? ¿Cómo de rápido lo hiciste? ¿Cómo lo pusiste en práctica?
Gracias por leer.
Raúl García Díaz es director de la consultora de recursos humanos Entrepersonas