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Los hielos de invierno curten al ganado bravo

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Los hielos de invierno curten al ganado bravo
Dibujo: Acuarela de José Ramón MUELAS.
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
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Una de las últimas creaciones a la acuarela del pintor tordesillano José Ramón Muelas ofrece la explicación de los toros ramoneando en un majuelo como consecuencia del frío polar desatado en toda la meseta y en especial por las tierras de Tordesillas, según el relato de los documentos de la época. Uno de los cuales fechado en 1700 habla del frío polar que asoló tierras y pagos en aquel invierno y luego en el deshielo la crecida del río Duero desbarató las aceñas en las que se molían los granos.

Cuentan y no paran los papeles de nuestra historia que se albergan en el Archivo Histórico provincial de Valladolid de las heladas y fríos como la de 1658 en que se heló el río o la de 1729 cuando se congeló durante varios días de enero; en 1885 cuando se podía atravesar a pie andando e incluso con caballerías debido al grosor del hielo o en 1971 de aquel invierno helador donde se alcanzaron temperaturas de 20º bajo cero, sin olvidar el frío intensísimo del año 1980.

Pues bien, los fríos hicieron que los toros de la ganadería tordesillana de Juan Lozano de Yurreamendi pasaran de la dehesa de Valverde a los viñedos del llano de La Peña por aquello de facilitar algún alimento en aquellos días aciagos de frío y hielo.

Este es el motivo recogido, a falta de una fotografía por no estar inventada aún la máquina de retratar, en un dibujo especialmente bonito y hermoso. Dos cinqueños de aquella ganadería brava que dio prestancia y orgullo a la tierra de Tordesillas deambulan por los Llanos de la Peña, con el pelo de invierno.

El tiempo, cíclico como la vida, se repite estación tras estación y unos años más y otros menos, el frío, el agua, el viento echan su manto sobre la tierra obligando a todos los seres vivos a la adaptación necesaria.

En estos días, los toros están con el pelo de invierno con que su naturaleza les cubre para paliar los rigores del clima en un mes de enero remarcado por el refrán que en él "se hielan hasta las berzas en el puchero".

Estos dos cinqueños pintados por el ágil pintor tordesillano recordándonos a todos un hecho del ayer abre la mente, contemplando su porte y fenotipo, y hace concluir la normalidad de la naturaleza en sí misma, cíclica y repetitiva. Otra cosa es lo que quieren contar ahora con la memez denominada 'cambio climático' y así colocar a los animales abrigos, chaquetas y uniformes de lana para cobijo.