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Elisa Delibes: "En el colegio me preguntaban que quién era mi padre y yo solo sabía que no era médico"
La hija de Miguel Delibes se sincera en TRIBUNA y cuenta cómo fue su infancia, cuándo se dio cuenta de quién era y todo lo que ha aprendido del famoso novelista
El reconocido y famoso novelista Miguel Delibes está presente en cada rincón de Valladolid y, por supuesto, en cada rincón de la que era su casa, ubicada en la calle Dos de Mayo. Es fácil encontrar la misma, ya que hay una placa en el portal que no guarda este particular secreto. Es más complicado acceder, aunque todo lo que contiene en su interior se podrá ver en la Casa Museo Delibes que la Junta de Castilla y León pretende inaugurar a finales de este año.
Una de sus hijas, Elisa Delibes (Valladolid, 1950), recuerda la figura de su padre meses antes de que ese legado se traslade al palacio del Licenciado Butrón. Antes de que ese esperado movimiento se produzca, Elisa recibe a TRIBUNA en la vivienda de la calle Dos de Mayo, donde pudo disfrutar de su padre durante, nada más ni nada menos, que 59 años.
En esta segunda parte de la entrevista, ya que la primera relacionada con la Casa Museo se ha publicado, Elisa repasa cómo fue su infancia, cuándo se dio cuenta de quién era hija y el orgullo que siente cada vez que la dicen: '¿Te apellidas Delibes como el escritor?'. Y ella, acto seguido, responde: 'Es mi padre'.
PREGUNTA: ¿Los recuerdos son imborrables o cada vez que pasa el tiempo hay algo que se le escapa?
RESPUESTA: Todos los recuerdos no pueden ser imborrables. He vivido con mi padre 59 años y no puedes tener recuerdos de los 59 años. Muchísimos tengo, eso se lo puedo asegurar. Mi padre es la persona con la que más he vivido. De hecho, he vivido menos con mis hijos o con mi marido.
P: ¿Cree que la huella de Miguel Delibes en Valladolid permanecerá de por vida?
R: Sí, evidentemente. Y más ahora que van a poner en marcha una Casa Museo en el palacio del Licenciado Butrón. Aunque creo honestamente que no solo en Valladolid debería ser de por vida porque también lo debería ser en España. Un ejemplo que lo explica es que han traducido sus obras en 40 idiomas.
P: ¿Hay algo en concreto que hace a diario porque su padre se lo dijo en su momento?
R: Mi padre no imponía y tampoco creo que fuese una persona que diera muchos consejos. He cocinado para él, le gustaba mucho lo que cocinaba. Yo sigo, a día de hoy, cocinando y no porque a él le gustaba, sino porque sigue comiendo en mi casa muchísima gente.
P: ¿Cuándo se da cuenta de la relevancia y la repercusión que tiene Miguel Delibes en la sociedad?
R: Sí que recuerdo que hubo un momento determinante. En 1963 le hicieron un programa que se llamaba 'Esta es su vida', presentado por Federico Gallo. Las niñas de mi colegio me preguntaban que a qué se dedicaba mi padre, y yo solo sabía que no era médico... No sabía realmente en lo que trabajaba. Las avisé, al menos, de que lo iban a explicar en la televisión, pero creo que no se enteraron mucho.
P: ¿Él no se lo quiso explicar?
R: En mi casa no se hablaba de eso. Él daba clases en la escuela de comercio y, al mismo tiempo, escribía. Con el paso de los años, lo fuimos asimilando. Cuando eres muy pequeña no sabes muy bien lo que sucede, pero veía que a mi casa venía mucha gente, muchos periodistas, personas importantes, el teléfono sonaba constantemente...
P: ¿Le quedó por decirle algo y se arrepiente hoy en día de no habérselo comentado?
R: Recuerdo que él se arrepintió mucho de no decir a su mujer, a mi madre, lo muchísimo que la quería. Ella murió a los 50 años, y mi padre pensaba que iba a tener más tiempo para decírselo. Lamento que sus últimos 12 años fueran tan difíciles para él y para las personas que asumimos cuidarle. Me hubiese gustado hacerlo, quizás, con mejor cara. No me arrepiento de no haberle dicho algo, puede que alguna cosa, pero sería más en el ámbito privado.
P: ¿Qué se lleva de él?
R: Su austeridad y su generosidad. Fue generoso para dar todo lo que tuvo y austero porque en su vida no necesitaba cosas demasiado importantes para ser feliz.
P: ¿Le dijo, en sus últimos años de vida, que tenía cosas que preferiría no enseñarlas?
R: Antes de morirse, él dijo que todo lo que iba a decir, lo iba a decir en vida, no en un programa homenaje. Miguel, por ejemplo, no quería dejar nada en La Caja de Las Letras, y tuvimos que ser nosotros los que dejamos el manuscrito porque nos lo pidió García Montero.
P: ¿Le confesó la forma en la que le gustaría que fuese recordado?
R: A mí, principalmente, no me lo confesó, pero sí que lo comentó en alguna entrevista. Él decía que quería ser recordado como una persona buena, una persona decente.
P: Se cumplirán 15 años de su muerte en 2025. ¿Tiene pensado la familia hacerle un homenaje?
R: En estos momentos, no. La familia no lo prepara... de estas cosas se encarga la Fundación Miguel Delibes. Me imagino que algo harán, aunque seguimos haciendo cosas constantemente. 15 es una cifra importante, pero seguro que también lo será el 25 (ríe). En 2024 se cumplen 50 años de la muerte de mi madre y estamos tratando de hacer algún homenaje a ella, a su figura, y a la importancia que tuvo en la vida de mi padre. Siempre son años importantes. Por ejemplo, hace 75 años que publicó 'La Hoja Roja', hace 50 que publicó 'La Guerra de nuestros antepasados'...
La Fundación tiene su despacho en la calle Torrecilla, pero si pasan (los turistas) por allí no verán nada. Es en la calle Dos de Mayo, en esta casa, donde mi padre lo tiene todo, pero no pueden pasar. Solo los periodistas o los amigos de la familia son los que pueden acceder a la vivienda. Podrán ver todo lo que deseen en la Casa Museo que se abrirá en el palacio del Licenciado Butrón.
P: Personalmente, ¿el apellido Delibes conlleva algún tipo de desgaste?
R: Es mucho trabajo, pero a mí me encanta. Fueron a mi casa a repararme la encimera y me preguntaron: '¿Cómo se llama?' y respondí: 'Elisa Delibes, el apellido se escribe junto'. Y dijeron: '¿Cómo el escritor, entonces?'. Me ha pasado muchas veces y estoy orgullosa de que no se olviden de mi padre. Es un auténtico honor.
P: Por último, hablemos de la relación que mantiene con el actual equipo de Gobierno. ¿El alcalde, Jesús Julio Carnero, se ha puesto en contacto con Elisa Delibes en algún momento?
R: Sí, pero por una cosa distinta. Quería que estuviese presente en el Consejo de Participación del Ayuntamiento. Para la Casa Museo, es la Junta de Castilla y León la que se encarga de todo. Eso sí, esperamos que el Ayuntamiento tome parte respecto a, por ejemplo, la Plaza de las Brígidas porque está tan dejada de la mano de Dios...
P: ¿Qué le parece que el alcalde quiera que el aeropuerto lleve el nombre de su padre?
R: A él no le gustaba mucho montar en avión (ríe). A mí me parece bien todos los homenajes que le hagan. Lo que no me gustó es que crearon polémica con este tema desde el principio. Si se lo dan, pues se lo dan, no buscar el sí a uno o y el no a otros. Nosotros no nos vamos a manifestar en esta polémica. Eso lo tenemos claro. Me parece genial que lo luchen y lo consigan, pero que no lo polemicen. No será más Miguel Delibes por llevar el nombre en el aeropuerto, ni será menos si no lo lleva.
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