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El por qué del "Pezzolano dimisión"

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El por qué del "Pezzolano dimisión"
Juan  Postigo Vergel
Juan Postigo Vergel
Lectura estimada: 6 min.

Estos días han sido un auténtico revuelo en Valladolid. Normal, y es que no asciende el equipo local a la máxima categoría del fútbol español todos los días. Ya se sabe, en la ciudad del Pisuerga toca un año de alegría extrema y el siguiente de pena máxima, como si de un penalti se tratara. Pero bueno, uno de los puntos fundamentales ahora mismo para todos los aficionados blanquivioletas es qué narices pasará con Ronaldo y Pezzolano para la temporada 2024/2025, de nuevo con el equipo en Primera.

Y es que la imagen ha recorrido media España. Pezzolano, como un 'radical' más, cantando en el balcón del Ayuntamiento pidiendo a gritos su propia marcha. "Es broma, ¿no?", me han preguntado compañeros de fuera de Valladolid. "¿Pero y por qué se le odia tanto?". Es el siguiente interrogante cuando se les explica que, apenas un año después de su llegada, ya se ha convertido oficialmente en el entrenador más repudiado en Zorrilla desde hace décadas.

Para cualquier externo a la actualidad del Real Valladolid es ilógico. "¿Cómo se va a odiar al míster que os ha dado un ascenso?", suele ser la tercera cuestión del interrogatorio. Yo también me lo he preguntado en varias ocasiones, en realidad. En fin, lo primero a aclarar es que esta animadversión no es algo gestado de un día para otro. Ha resultado de un caldo de cultivo con el paso de los días, de las semanas y de los meses. Como en una relación rota, salvo que haya cornamenta de por medio, no suele ser solo uno el motivo del fin. Así que vamos con una pequeña enumeración:

-Descenso del año anterior: El primer epígrafe del argumentario es que, sí, efectivamente, Pezzolano ha llevado al equipo a Primera, pero también fue el míster con el que se descendió. Lo comido por lo servido. Cuando él llegó en abril de 2023 faltaban once jornadas de las treinta y ocho de Liga, y en ese momento el equipo se encontraba fuera de descenso pero con regulares sensaciones de caída libre. El resto de campeonato fue un despropósito que terminó con dos empates a cero en las dos últimas jornadas, sin siquiera tirar a puerta, para terminar de caer al pozo... y que son precisamente uno de los motivos de crítica habitual de la afición hacia Pezzolano; ser un entrenador 'amarrategi', con miedo al juego ofensivo y amante del destructivo, incluso cuando hay mucho en juego.

Situaciones que han llevado, y esto no es opinable, a partidos de auténtico bodrio esta temporada y con tropiezos demasiado sonados. Como el 5-1 ante el Eibar, un 2-1 contra un Andorra hundido en la clasificación o una cantidad nada desdeñables de empates a cero cuando el equipo necesitaba puntuar de tres. ¿Pero cuál es la realidad actual? Que el Éibar tiene complicado el ascenso directo, el Andorra está en Segunda B y el Pucela ha recalado en Primera. En cuanto a resultado... es incuestionable.

-Decisiones poco comprensibles: No se queda ahí la cosa. Marcadores aparte, el entrenador ha llevado a cabo decisiones cuanto menos rebatibles en base al rendimiento de algunos jugadores. Algunos de ellos con fallos constantes como fue el portero brasileño John Víctor parecían tener que jugar por decreto, como avalados por Ronaldo. Y es que a Pezzolano se le ha acusado desde el primer momento de 'enchufismo' por parte del presidente, ya que llegó procedente de su otro equipo en Brasil, el Cruceiro (que por cierto ya ha vendido).

Y por tanto se generó esa sensación de que siendo el hijo putativo jamás sería despedido bajo ningún concepto. De hecho, me reconocerán que es extraño mantener a un técnico descendido, por mucho que llevara solo dos meses en el club.

Más madera han sumado constantes desprecios, frases, gestos... del entrenador a la afición, haciendo ver que no se animaba lo suficiente o que le daban igual ciertas protestas de los fans. Han sido muchos, algunos más graves, otros menos. En ruedas de prensa, en aspavientos hacia la grada en pleno partido... Otros detalles se han visto simplemente en movimientos tácticos que parecían poco lógicos.

Quizá se pueda decir aquí que el uruguayo ha estado poco listo. En una ciudad de tamaño medio como es Valladolid hay que darle muy poco a los socios para que te quieran, y el menosprecio pasivo agresivo no se trata del mejor presente, claro. Cantar el "Pezzolano dimisión" en la celebración del ascenso, enfrentándose a la afición, es el mejor ejemplo.

Es visible que Pezzolano se trata de una persona con cierto carácter, lo cual no es bueno ni malo en sí mismo. Pero saber llevar los tempos de la gente también es parte de su trabajo. Él mismo decía que ha sufrido mucho en este año en Valladolid, que muchas críticas han sido injustas y que incluso ha dejado de llevar a sus tres hijos al estadio para que no escucharan lo que se decía de su padre. Estoy convencido de que ha sufrido. Mucho. Visto el espectáculo generado alrededor de su figura es imposible que no haya sido así.

-Falta de competitividad: Unido al juego austero y a decisiones cuestionables, se suma la falta de competitividad. Se ha dado durante toda la temporada la sensación de que si se ha logrado quedar entre los dos primeros es también en parte porque este año los tropiezos eran constantes entre todos los equipos punteros de la tabla. Mientras que en otras ediciones siempre uno o incluso dos terminaban por conseguir el ascenso de manera sobrada a principios de mayo o incluso casi a finales de abril, esta vez otros como Leganés, Eibar, Espanyol o Sporting no han dado la cara de manera regular en toda la temporada.

O lo que es lo mismo; en la afición del Pucela se piensa que ha terminado por ascender el menos malo, no el mejor. Y como muestra la última jornada, en la que el Valladolid terminó por imponerse de milagro al Villarreal B... después de 65 minutos de bodrio y con el Leganés y Éibar empatando ante Racing de Ferrol y Sporting respectivamente cuando también se jugaban todo.

¿Son suficientes estos motivos para detestar a un entrenador que, al fin y al cabo, ha cumplido su objetivo para esta temporada? Lo primero a tener en cuenta, y quizá lo más importante de todo, es que se trata de una estrategia de defensa de los aficionados. Con este juego rácano, ramplón y que ha sacado más zetas en la grada durante los partidos de Zorrilla que el propio apellido de Pezzolano, se teme que el año que viene, ya con los colosos de Primera División, termine el Pucela sin ganar un solo partido. En Segunda esta pizarra (también con z) puede valer. En la élite no.

Por último lo de Ronaldo es otro tema. La afición, también quemada de su gestión, espera que venda el club confiando en que otro vendrá que peor le hará. Atrás queda aquel 2018 en el que el brasileño adquirió el equipo, con una ciudad repleta de ilusión y pensando en cotas mayores que la permanencia o un ascenso.

Precisamente la poca vinculación que parece haber desarrollado con la ciudad desde ese momento, sumada a cuestiones como el fallido cambio de escudo que enrabietó a los socios por la falta de consulta previa, también han ayudado de aquella manera al desprecio hacia Pezzolano, al considerársele su válido. En definitiva, la corriente ahora mismo es aquella de que Ronaldo y el uruguayo son el mismo ente… al que no se aprecia, pese al ascenso. Un complicado entramado el del "Pezzolano dimisión".

4 Comentarios

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usuario anonimo 5/30/2024 - 3:54:29 PM
De acuerdo en todo.Perfecta descripción.
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usuario anonimo 5/29/2024 - 7:36:15 AM
No hay nada mas que añadir, señoria.
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pedro riachuelo 5/29/2024 - 7:20:39 AM
El Pezzolano dimisión viene, como muy bien explica el artículo, de un juego penoso durante toda la temporada, incluso ganando no se jugaba a nada ni se podía disfrutar. Ha querido de forma premeditada excluir a la afición del equipo. Con casi todos los entrenamientos a puerta cerrada, con críticas y desprecios constantes hacia ella. Posiblemente haya sido una estrategia que ha salido bien, las críticas se han centrado en él dando más tranquilidad a los jugadores. Su última rueda de prensa, tras el ascenso no es para echarle inmediatamente del equipo, sino para echarle de la ciudad. Sólo le voy a reconocer un mérito a su forma de jugar. El pasarse 70 minutos tocándose los huevos a dos manos ha hecho que se llegara bien físicamente al final de los partidos y ahí se han conseguido muchos puntos.
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usuario anonimo 5/28/2024 - 6:03:40 PM
perfecta descripción
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