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Un Medinaceli a cuestas con aires del sur

Creada originalmente por periodistas en 1950, la Cofradía del Santísimo Cristo Jesús de Medinaceli, Nuestra Señora de la Divina Misericordia y Discípulo Amado procesiona con costaleros una iconografía de 'la sentencia'

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Un Medinaceli a cuestas con aires del sur
Santiago Capote, presidente de la cofradía, con el Cristo de Medinaceli a su espalda. Fotos y vídeo: Sergio Borja
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 4 min.
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¿Qué habría sido de la historia y la vida de Jesús de Nazaret si Poncio Pilato no lo hubiera sentenciado? Esa pregunta se hacen muchos fieles, entre ellos Santiago Capote, presidente de la Cofradía del Santísimo Cristo Jesús de Medinaceli, Nuestra Señora de la Divina Misericordia y Discípulo Amado, quien destaca ese momento esencial que da origen al sufrimiento de Jesús.

Por ello, la cofradía más joven de cuantas procesionan en la Semana Santa de Valladolid quiso situar este momento tan relevante dentro del recorrido de pasos de la Pasión vallisoletana empezando por incluir al propio Cristo de Medinaceli, también conocido como Nuestro Padre Jesús de Medinaceli o Jesús Nazareno Rescatado, imagen que evoca el momento en el que Pilatos lo presenta al pueblo. 

La cofradía de los periodistas

Situada en la Iglesia de San Martín, esta cofradía tiene una historia intermitente y curiosa, que la convierten, probablemente, en la más peculiar de la ciudad. "Se originó en 1950 y la rescataron en el año 1996, porque el Arzobispado no daba permiso para montar cofradías nuevas, pero si había alguna que estaba ahí en el olvido, que ya había sido existido anteriormente, sí dejaban rescatarla y que resurgiera otra vez", explica Capote.

Son los periodistas de la época quienes fundan esta cofradía "pero tuvo muy poquita vida, hasta el 56 solo", relata. "Creo que no fue aprobada canónicamente, pero sí procesionó en la Semana Santa de Valladolid con un calvario que llevaba un crucifijo, María Magdalena, San Juan Evangelista y la Virgen María. Eran imágenes de la cofradía de la Vera Cruz que se las habían cedido", indica.


Detalle del rostro del Jesús de Medinaceli. Foto Sergio Borja

Precisamente, sus creadores optaron por una vestimenta que, de hecho, se conserva igual en la actualidad: "la capa blanca, la túnica blanca y luego el capirote negro, en representación del lapicero, que era con lo que escribían los periodistas".

Tras su desaparición, seis años después, "el museo conservó, tres varas y un escudo". Dando un salto en el tiempo, "en el 1996 una serie de señores querían retomarla y al final lo consiguieron. En el año 2011 fue aprobada, que fue cuando vino el Cristo, Jesús de Medinaceli, y se hizo una procesión a la catedral, para bendecirlo", narra el presidente. Tras eso, en 2013, se aprueba su incorporación a la Junta de Cofradías y en 2015 salen por primera vez en la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor con el paso de San Juan Evangelista.

Por último, y por una cuestión de orden, tuvieron que dar un giro al propio nombre de la cofradía, puesto que cuando se creó "en verdad se llamaba el Discípulo Amado y Jesús de Medinaceli, porque como era la de los periodistas y San Juan Evangelista era el 'periodista' de la época, hicieron una vocación a San Juan Evangelista", cuenta Capote. "Claro, nos dicen en el Arzobispado que el primero es Jesús y después están los apóstoles, y es normal. Entonces tuvimos que hacer la vocación en un principio, cambiar el nombre y poner Jesús primero y después San Juan Evangelista. De hecho como también vamos a hacer a vocación mariana, y con el tiempo tendremos que traer una virgen, pues le pusimos el nombre", detalla. Por lo tanto, la Cofradía se llama hoy del Santísimo Cristo Jesús de Medinaceli, Nuestra Señora de la Divina Misericordia y el Discípulo Amado.


Paso de la Sentencia con el romano (i) y Poncio Pilato (d). Foto Sergio Borja

Los pasos, a cuestas

No es habitual en la Semana Santa vallisoletana, pero esta cofradía, que cuenta actualmente con cerca de 250 miembros, quiso ir más allá en su poner un punto distinto al procesionar de sus pasos. Al menos distinto a lo que se ve en Valladolid, por lo que optaron por sacar las imágenes con costaleros, al estilo andaluz. Una peculiaridad que se ha ido ganando su sitio dentro del corazón de los fieles de la capital del Pisuerga.

"En un principio, se procesionaba Jesús de Medinaceli solo, en el primer año. Claro, procesionar a un Medinaceli en Semana Santa en Valladolid, yo no le veía objeto, así que propuse en la cofradía hacer una iconografía de la Pasión de Cristo", afirma Santiago Capote, jerezano de nacimiento. "Analizando un poco los pasos y la Semana Santa de Valladolid, veíamos que le faltaba un momento de la Pasión de Cristo que es muy importante, que es cuando a Jesús le sentencian, cuando Pilatos se lava las manos y le entrega que lo crucifiquen", cuenta. "Entonces optamos por hacer un paso de misterio representando 'la sentencia'. Fuimos a hablar con don Luis Argüello y con don Ricardo Blázquez, que estaba entonces de Arzobispo, y se lo propusimos. Nos dijo que le presentáramos un boceto, se lo presentamos y nos lo aprobó", recuerda. "A raíz de ahí se está haciendo el paso de misterio de la sentencia".


Imagen de San Juan Evangelista. Foto: Sergio Borja

Con una primera imagen del Cristo, con la que ya se contaba, se han ido añadiendo figuras: "Se trajo al Romano, que fue el primero que procesionó al lado de Jesús; el año pasado vino Poncio Pilato 'el culpable', como digo yo, y este año viene Claudia Prócula, la mujer de Poncio Pilato", avanza. "Y lo que vamos a incorporar para el próximo año, si podemos, es el niño que sostiene la palangana donde Pilato se lava las manos", anticipa. Todas ellas, tallas creadas por la escultora hiperrealista gaditana Ana Rey.

Además de este paso en plena construcción, el Viernes Santo también sacan la imagen del Discípulo Amado. "Es el paso que procesionamos nosotros el Viernes Santo, porque nos dejan procesionar una talla completa, es decir, que no vaya vestida", explica. "En este caso San Juan Evangelista, que es una imagen cedida por la Catedral (atribuido a Pedro de Ávila, siglo XVIII). Con el tiempo a lo mejor la podremos hacer y tenerla, pero en un principio nos la cede la Catedral y está aquí en la Iglesia de San Martín", detalla.

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