Lo ha dejado dicho el recientemente desaparecido director japonés Seiji Ozawa. "La música es tan internacional como una puesta de sol. Se puede ver desde París o desde Tokio. Pero siempre habrá gente que la disfrute o que la aprecie más". Esta noche en la Sala Cámara Jesús López Cobos del CCMD aparece Vasily Petrenko para dirigir a la OSCyL y ya sabemos que estamos ante un acontecimiento musical y que vamos a disfrutar como leones.

Es imprescindible llegar al Delibes con apetito de música. Y viendo a Vasily Petrenko te entra automáticamente. Tener apetito por la música es tener apetito por la vida. ¿Quién manda en un concierto, el solista o el director? Esta tarde después de abrir boca con la Fantasía Baetica de Manuel de Falla orquestada por Francisco Coll que se estrena en España aparece en escena el pianista Martín García García para ejecutar el Concierto para piano nº 1 de Chaikovski. ¿Y quién manda?   

Pues está claro que el que manda es Vasily Petrenko. ¿Será por su encanto, por sus dotes de persuasión, o será porque los músicos de la OSCyL saben quién el jefe? Aunque ya damos por sabido que el solista ha dedicado horas y horas en preparar el concierto y se nota.

Porque con la primera nota del Chaikovski, Martín García se sumerge por completo en su mundo y construye una música en vertical. Una música que entra por los pies a la cabeza. Una música con una firmeza y un encanto que permite una conexión de manera consciente con la música auténtica. 

Se ha establecido una confianza mutua entre la orquesta, el director, el pianista y el público. Vamos, un milagro para decirlo corto. El resultado es que estamos escuchando un Concierto para piano nº 1 de Chaikovski magnifico.

Tengo la impresión de que el sonido de la OSCyL cuando la dirige Vasily Petrenko cambia espectacularmente. Los primeros espadas de la orquesta: Urbán, Pinzón, Moreau, ten Voorde, Climent, Silva, Bodí, Stefan, Redondo, Martin y esta noche con el excepcional concertino Maxim Brilinski se ponen las pilas -como se dice ahora- y tocan todos para todos y eso llega al público que disfruta escuchándolos.

El sonido que "saca" Vasily Pretenko de la OSCyL tiene un leguaje secreto. El secreto de la esencia, Todo concentrado, todo condesado en esa muñeca izquierda de "Michael Jordan" que tiene el maestro y esa mano derecha que permite que la música sea más transparente para músicos y público.

Luego llegó Sibelius con su Primera Sinfonía y Petrenko se posicionó para quien esto escribe como el mejor director que ha pasado por aquí en años. Este acaba de titular en una grande.