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La fiebre de las viviendas en bajos comerciales contagia a Valladolid: un nuevo modelo de casa
El concejal de Urbanismo y Vivienda cifra este nuevo modelo de apartamento en casi un centenar en los barrios de la ciudad
La escasez de la vivienda disponible ha disparado una nueva tendencia que no tardará en convertirse en fenómeno de ahora a cierto tiempo. Lo que eran locales comerciales en bajos ha comenzado a transformarse en viviendas en muchas calles secundarias de los barrios de toda España.
Valladolid no ha querido ser menos y ya ha empezado a dar pie a esta transformación que se hace visible con puertas y ventanas de domicilios donde antes había escaparates de comercios y tiendas tradicionales.
La normativa urbanística puede convertirse en una barrera para que un local se convierta en un domicilio ya que las reglas difieren en función de las ciudades y las Comunidades Autónomas. En Valladolid, la opción va cogiendo fuerza ya que se trata de una solución habitacional por un precio de 20.000 euros, frente a los precios habituales de viviendas que son mucho más elevados.
El concejal de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Valladolid, José Ignacio Zarandona, asegura que esta opción urbanística comenzó a coger fuerza en la capital del Pisuerga hace ya casi dos años, en el primer trimestre de 2022.
El edil vallisoletano explica a Tribuna Valladolid que se trata de un proceso que trabaja el Centro de Delineación, Cartografía y Evaluación Urbana del propio Consistorio y que las peticiones que continúan recibiendo están bastante repartidas por todos los barrios de la ciudad.
La transformación de las tiendas en viviendas a ras de calle se habilitó en Valladolid en junio de 2020, con la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que flexibilizó la normativa para impulsar el cambio de uso de locales que ya habían agotado su explotación comercial, a pesar de tantear sin éxito diferentes nichos de negocio.
Cuando entró en vigor el nuevo PGOU, el por aquel entonces alcalde de la ciudad, Óscar Puente, declaró que este nuevo plan serviría como "herramienta dinamizadora" del sector de la construcción, que ayudaría a dar impulso a esta actividad con la posibilidad de construir hasta 20.000 nuevos pisos.
Auge
"Siempre se ha podido hacer esto. No es algo nuevo. Solo que ahora estamos volviendo a ver un boom social con esta posibilidad", narra Zarandona. Y añade que "hubo una época en la que la gente comenzó a preferir tener su casa en lugares menos accesibles a las miradas curiosas. No es cómodo pensar que cualquiera que pasea por la calle puede asomarse a tu puerta o tu ventana".
El Ayuntamiento considera que el detonante de esta tendencia estos últimos meses ha sido la crisis económica derivada por la pandemia pero también "nuevas relaciones sociales menos tradicionales a las que se estaba acostumbrado hace tiempo", como familias monoparentales, personas que viven solas o jóvenes que no se plantean tener hijos y necesitan menos espacio.
Desde la Concejalía de Urbanismo y Vivienda destacan que es beneficioso para el Ayuntamiento y los barrios que "todos esos locales que han ido quedándose vacíos por el cierre de algunos negocios no queden deshabitados, y que nazca una nueva vida con estas posibilidades".
Parquesol o Huerta del Rey son dos de los pocos barrios que todavía no poseen viviendas en estos locales comerciales. A diferencia de Delicias, Vadillos, Batallas o Pajarillos que cuentan con un total de casi cien en toda la ciudad.
Cómo hacerlo
Actualmente, existen dos vías para realizar este cambio y conseguir el permiso. La primera es una Declaración Responsable de Obras y Usos, trámite bastante ágil y sencillo. Y la segunda consiste en presentar una licencia de obra que requeriría presentar el proyecto técnico, los planos, la dirección de obras y garantías económicas.
Zarandona considera que "no es necesaria una regulación" porque no augura que la tendencia vaya a continuar en alza demasiado tiempo y se trata de una muestra "poco representativa". Pero ven como algo "positivo" de regenerar ciertas zonas de la ciudad y evitar espacios vacíos "insalubres y poco favorables para la imagen de la ciudad que Valladolid busca".