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Dávila Miura une la devoción mariana con el arte de torear

Lo hizo con temple y arte, emoción y sentimiento poniendo las cosas en claro de la sensibilidad torera cuando se mira la estampa

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Dávila Miura une la devoción mariana con el arte de torear
Dávila Miura en la sacramental de las Angustias vallisoletana. Santos García Catalán y Jesús López Garañeda.
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
Lectura estimada: 2 min.

Viernes de Cabildo en la sacramental de las Angustias vallisoletana con la presencia del Teniente Hermano Mayor de la Macarena Eduardo Dávila Miura quien puso sobre la mesa la importancia de este acto programado para hermanar estas dos figuras celestiales de la advocación de la Madre de Dios: Nada menos que la Macarena sevillana y las Angustias de Valladolid.

Y lo hizo con temple y arte, emoción y sentimiento poniendo las cosas en claro de la sensibilidad torera cuando se mira la estampa, vestido de luces, y antes del paseíllo en la capilla de la plaza instantes previos de enfrentarse a los cuernos de la muerte, musitando la plegaria. La misma con la que se abrió el acto en el salón de Cabildos vallisoletano, rezando un avemaría y un Gloria Patri, encomendándose todos los presentes a la acogida del manto de Nuestra Señora de las Quinta Angustia vallisoletana.

Dávila Miura estuvo presentado por Juan Tejedor quien hizo una breve glosa del motivo por el que se ha llamado al diestro, Hermano Mayor de la Cofradía macarena sevillana, quien pese al frío seco de la noche y la helada marcando de blanco los tejados, corrió la llave de esta emocionante, anecdótica y bonita charla coloquio en donde los asistentes también tuvieron oportunidad de preguntar al torero, aplaudiendo al final y entregándole un regalo de parte de la Cofradía de las Angustias.

Entre los asistentes estaba el viejo alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, gran aficionado y leal personaje que hizo de esta ciudad un cambio singular y que cuando miraba los repasos del agua y goteras en uno de los paramentos del histórico inmueble exclamó a mi lado: Esto ya lo habría yo solucionado.

Dávila Miura acompañó la fría y gélida noche vallisoletana con el calor de una palabra auténtica, veraz y sinceramente sencilla, preñada de galanura, amenidad y acogida por la que los aficionados que se dieron cita en sus bancos aplaudieron de verdad.

2 Comentarios

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usuario anonimo 1/21/2024 - 7:40:05 AM
No sabía que la voz en off del NO-DO seguía viva
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usuario anonimo 1/20/2024 - 2:59:44 PM
La cofradía de las Angustias se ha lucido con este emotivo acto. ENHORABUENA.
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