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La rehabilitación del Lope de Vega, paso a paso: inicio de las obras, inversión y líneas de actuación

Los planes detallados, actualizados y contados por Óscar Ares, el arquitecto responsable del proyecto

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Fachada y aspecto exterior del Teatro Lope de Vega. Sergio Borja / TRIBUNA.
Alejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
Lectura estimada: 4 min.
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Cuenta atrás para volver a disfrutar del Lope de Vega. En pleno centro de la ciudad, Valladolid volverá a contar con un teatro compuesto por tres espacios polivalentes y multifuncionales que conservará la gran sala principal ambientada en el siglo XIX, pero adaptada a los nuevos tiempos. Según ha podido saber este medio, las obras comenzarán en cuanto salgan los pliegos de licitación que, además, provocarán que se apruebe de manera definitiva el presupuesto final, que asciende a los 11.700.000 euros. Por lo tanto, resuelta esta circunstancia en el mes de febrero, será en junio cuando las obras echen a rodar. Sin embargo, no será hasta el 2026 cuando veamos puestas en escena las ideas de Óscar Ares, el arquitecto responsable del proyecto.

Ares, en una entrevista concedida a TRIBUNA, reconoce que los primeros contactos con el Ayuntamiento de Valladolid tras ganar el concurso de ideas fueron en 2022 cuando el concejal Manuel Saravia lideraba el área de Urbanismo. El edil les exigió que la rehabilitación transformara al Lope de Vega en un teatro del siglo XXI, aunque ya en su momento "tenía una capacidad muy similar a la del Calderón". Sin embargo, modificaciones en los aspectos técnicos del estudio arquitectónico provocaron que perdieran todo el 2023 en la redacción del proyecto ya con el cambio del Gobierno municipal establecido.

La llegada a la concejalía de Ignacio Zarandona no ha variado la idea que planteó Ares en su momento, salvo algún detalle que tiene como objetivo "cumplir con todas las normativas" y "velar por la seguridad de las personas" cuando puedan acceder al Lope de Vega, que sigue "en ruinas". "Que nadie se piense que ahora es un palacio. Lo único que queda, afortunadamente, es la gran sala por la rehabilitación de la cubierta que se hizo hace poco", explica. Por esa razón, dividirán el Lope de Vega en tres partes: la sala histórica restaurada, el edificio María de Molina y el edificio Veinte de Febrero.

SALA HISTÓRICA RESTAURADA

La sala histórica mantendrá su estilo porque la idea es adaptar lo que, en estos momentos, no se encuentra derribado. No obstante, se adaptará la planta sótano a las características de un teatro moderno, se incorporará una zona de instalaciones con palco, butacas móviles y almacén que esté conectado con la planta baja. Es decir, se trata de conservar los elementos característicos del Lope de Vega, incluidos a su vez en un espacio flexible restaurado.

Desde el equipo de Ares trasladan que la finalidad es "garantizar que la sala permita a los ciudadanos y visitantes de la ciudad gozar de las virtudes del teatro clásico y mantener las principales características históricas del teatro Lope de Vega, como son la proximidad de los espectadores al escenario (menos de 20 metros desde el escenario hasta la última fila de espectadores). Así se mantendrá la esencia de la arquitectura de la Sala con patio de butacas y palcos".

Esta propuesta, además, lleva consigo un aforo del patio de butacas de más de 350 espectadores, que pueden llegar a superar los 500. Todos ellos podrán disfrutar de espectáculos como la zarzuela, danza con orquesta, funciones de teatro dramático, conciertos, monólogos... De hecho, que las butacas sean móviles facilitarán convertir la gran sala en teatro frontal, en un teatro que permita vivir los conciertos de pie, en un café teatro, cabaret...

Todo esto será posible por el sistema del 'mutawheel', una solución única y versátil de asientos móviles. "Gracias a su diseño ligero y a sus ruedas multidireccionales, se convierte en una opción rápida y fácil de montar. Las ruedas de este sistema proporcionan un fácil movimiento de toda la fila y con un simple sistema de palancas es posible ubicar los asientos en la posición deseada del teatro", apuntan. Los deambulatorios, por su parte, también serán nuevos y más accesibles.

EDIFICIO MARÍA DE MOLINA

Esta es la zona más pequeña que tendrá el Lope de Vega. Como explica Ares a TRIBUNA, es donde estaban antiguamente las "oficinas" del teatro, que pasarán a formar parte del edificio Veinte de Febrero. Por lo tanto, el espacio que quedará vacío en esta sala se recuperará para que funcione como teatro, sala de cine, sala de exposiciones o conciertos, aunque solo podrán acoger a unos 40 o 50 personas. Una de las iniciativas es que pueda convertirse en un espacio para representar funciones de teatro infantil en la que los alumnos puedan disfrutar de las representaciones sentados en un graderío informal, ya que Ares cree que el Lope de Vega no solo debe ser un teatro, sino un lugar donde se fortalezcan las relaciones sociales. El acceso, como el propio nombre de la sala indica, será por la calle María de Molina, como el anterior caso.

EDIFICIO VEINTE DE FEBRERO

Esta parte es más grande que la anterior. La propuesta es que sea la sala Ambigú del Lope de Vega. Es decir, un espacio en el que se programen ciclos de cámara, conciertos y actividades pedagógicas en un formato más íntimo y cercano con el espectador. Además, contará con un bar/cafetería que mediante una estructura-mueble reciclada puede cerrarse y pasar inadvertida. También tendrá unas cortinas acústicas que permitirán la segmentación del espacio, adecuándolo espacialmente a las necesidades concretas o requeridas en cada acto. Habrá camerinos tanto en la planta baja como en la primera planta. De hecho, en la planta baja se creará un espacio previo de acceso a los artistas, próximos al escenario, ya que se demolerá el antiguo edificio de instalación para crear uno nuevo que albergue camerinos de grupo e individuales en número, comodidad y espacio suficientes.

Se accederá a este edificio por la calle Veinte de Febrero, donde habrá una zona habilitada para la carga y descarga de camiones.

 

Más Info.

SEIS LÍNEAS DE ACTUACIÓN

1. Tres edificios en uno, que funcionen simultáneamente o de manera autónoma: La sala histórica restaurada; el edificio María de Molina, con un espacio escénico polivalente; el edificio Veinte de Febrero con un sala polifuncional.

2. Restauración integral de la sala histórica de teatro.

3. Intervenciones críticas espaciales para modificar espacios obsoletos normativamente.

4. Intervenciones críticas volumétricas para implementar condiciones adecuadas en escenario, camerinos y tramoya

5. Voluntad inclusiva del proyecto, adecuación de los espacios a las necesidades de las personas con dificultades sensoriales o motrices.

6. Integración de estrategias de sostenibilidad y compromiso social.

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Más Info.

SEIS LÍNEAS DE ACTUACIÓN

1. Tres edificios en uno, que funcionen simultáneamente o de manera autónoma: La sala histórica restaurada; el edificio María de Molina, con un espacio escénico polivalente; el edificio Veinte de Febrero con un sala polifuncional.

2. Restauración integral de la sala histórica de teatro.

3. Intervenciones críticas espaciales para modificar espacios obsoletos normativamente.

4. Intervenciones críticas volumétricas para implementar condiciones adecuadas en escenario, camerinos y tramoya

5. Voluntad inclusiva del proyecto, adecuación de los espacios a las necesidades de las personas con dificultades sensoriales o motrices.

6. Integración de estrategias de sostenibilidad y compromiso social.

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