¡Ya está aquí!, ¡ya llegó!, la Navidad es una realidad y está a la vuelta de la esquina. Tras el puente de la Constitución  y la Inmaculada los vallisoletanos centran sus cestas de la compra en las festividades que celebraremos en dos semanas y cuyo coste es un quebradero de cabeza para muchas casas.

En las Navidades aumenta la alegría, pero también crecen los gastos, sobre todo en lo que respecta a los alimentos. Tribuna Valladolid realiza, anualmente, un exhaustivo estudio de los precios, observando la evolución de los alimentos típicos y esenciales de los menús de Nochebuena o Nochevieja.

En la primera recogida de precios, realizada el pasada 24 de noviembre, se observaban alimentos tradicionales tan caros como en 2022. Aunque no se evidencia un aumento claro respecto al año pasado, se debe tener en cuenta que los precios ya eran elevados en la Navidad anterior.

El Mercado del Val ha comenzado a notar el movimiento entre sus compradores que comienzan a agolparse, formando colas para reservar o preguntar por las variedades de pescados o mariscos que quieren servir dentro de un mes.

En los últimos años, la cesta de la compra navideña se ha encarecido de forma alarmante y los consumidores vallisoletanos han ido reduciendo la cantidad de productos o sustituyéndolos por otros elementos más económicos aunque menos tradicionales en esas fechas.

Guardar en el congelador el cordero, el besugo, las nécoras o el solomillo es cada vez una práctica más común. Aunque, por norma general, todos los productos alimentarios suben en estas fechas, el plato estrella de las Navidades, el lechazo, ya se encuentra en cifras muy altas.

Una vez que ha finalizado el puente de diciembre, los precios de los productos frescos siguen en alza. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) resalta que tenemos la cesta de Navidad más cara en los últimos ocho años, concretamente un 44% más.

Los productos que más se han encarecido son las almejas, el besugo, la merluza, los percebes e, incluso, la lombarda. Mientras que los langostinos y la lubina marcan una ligera bajada respecto a 2022, con un 13 y 12%, respectivamente.

La buena noticia es que los precios, de media, se mantienen respecto al año pasado. Las Navidades de 2022 también supusieron un crecimiento en el coste de estos productos según se iban acercando las fechas. La mala, es que se mantienen en máximos históricos.

La cesta navideña que suele solicitar el vallisoletano medio está compuesta por el cordero lechal para asar en cuartos, el redondo de ternera, la pularda, el pavo, el jamón ibérico de cebo al corte, la lombarda, la piña, el besugo, la lubina, la merluza, los langostinos cocidos, las almejas y la granada, según explican los comerciantes del Mercado del Val.