El Real Valladolid cayó en Valencia ante el Levante en un partido que mereció el empate, pero supo materializar sus claras ocasiones en los últimos instantes. La derrota, aun así, le deja en la misma situación con la que afrontaba el partido, ya que sus rivales directos también perdieron, lo que supone haber desaprovechado una ocasión de dormir entre los dos primeros clasificados de LaLiga Hypermotion.

POCA CONTUDENCIA INICIAL

El Real Valladolid entró dormido al partido. En una salida de balón, de hecho, demostró su falta de intensidad inicial con un error grosero de Boyomo. El central se la regaló a Sergio Lozano, que vio a Dani Gómez entre líneas. El delantero aprovechó la poca contundencia del '6' blanquivioleta para batir a Masip (1-0). El Ciudad de Valencia celebraba con ganas el tanto porque sabían que su técnico, Javier Calleja, se la jugaba. Pero el Pucela quería ser un artista, como su madrina, la talentosa Concha Velasco.

Los de Pezzolano trenzaron una buena jugada colectiva con Kenedy, Raúl Moro y Mamadou Sylla como protagonistas. El primero se la pasó al segundo y este vio al '7' sin oposición. El ariete empujó el balón al fondo de la red superando la salida de Andrés Fernández (1-1). Los blanquivioletas supieron reaccionar, pero no tras el gol. El encuentro entró en una ida y vuelta constante sin que nadie tomara las riendas del mismo porque las ocasiones caían tanto de un lado como del otro.

Entre tanto vaivén, Masip sacó a bocajarro una ocasión clarísima de Oriol Rey, que ya estaba celebrando el gol, y el fuera de juego no permitió ni el tanto pucelano ni el granota. El primer caso fue milimétrico e incluso dudoso, todo lo contrario que el de Dani Gómez. La preocupante lesión, poco después, de Sylla marcó los últimos instantes, que es justo donde encontraron los de Calleja un gol psicológico que, a la postre, fue el definitivo. Pablo Martínez, ante la pasividad de Monchu y Escudero, superó con su pierna izquierda a Masip (2-1). Llegado al descanso, el Ciudad de Valencia apretó para ovacionar posteriormente a los suyos en su despedida.

MEJOR ARRANQUE SIN ACIERTO

La reanudación le sentó mejor al Pucela, que arrancó con una marcha más que el Levante. Fernández volvía a solventar una intentona de Escudero, lo mismo que hizo Masip con Gómez. Calleja, con los nervios a flor de piel, agitó la coctelera para frenar el ritmo del Pucela, que merecía más de lo poco que estaba obteniendo. Aun así, el partido, con el paso de los minutos, lo definió los momentos. Y, en ellos, el Levante fue el que mejor los gestionó a pesar de que un gran Masip le parara a Kochorashvili un penalti por una acción desafortunada de Cédric, que continúa lejos de su mejor nivel.

Los de Pezzolano volvieron a dar un paso hacia adelante viendo que los granotas desaprovechaban la sentencia. Fue Iván Sánchez el que estuvo a punto de igualar la contienda, pero su remate lo escupió el larguero cuando parecía que el balón se colaba en la portería de Fernández. Los blanquivioletas comenzaron a asediar a su rival, que le esperaba en bloque bajo. No obstante, el Pucela sabía que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe... Como pasó. Una mano de Álex Muñoz daba la oportunidad a Monchu de empatar el encuentro desde los once metros. Sin embargo, Fernández adivinó sus intentenciones, las mismas que tuvo el centrocampista en Huesca. El '8' pudo redimirse, pero el portero granota volvió a aparecer para salvar la vida de su entrenador.

El descuento de Guzmán Mansilla (provocador en la mayoría de las acciones), que expulsó a Gonzalo Álvarez, el preparador físico del Real Valladolid, acabó con la balanza hacia el lado de los locales, que respiran y de qué manera a costa de un Pucela que desaprovecha una oportunidad de oro de asaltar los puestos de ascenso directo tras las derrotas de Leganés, Sporting y Espanyol, al que se enfrentará el martes en Copa del Rey.