Reconocen así el trabajo del que ha sido cuatro décadas presidente de la Federación regional de Centros de Inciativas Turísticas
La Rondalla más numerosa de Tordesillas
Una nueva entrega de la sección ''Tordesillas, claveles del ayer'
Y esa fue la que preparó Juan Martín del Molino, un hombre que a la vez que trabajaba como dependiente en el Comercio de confección de Modesto Sigüenza en la Calle de Santa María, compaginaba la actividad como Sacristán en la Iglesia de San Pedro.
De esta forma su virtuosismo con la música le incitó a pedir a los chicos de catequesis, a sus amigos y a quienes desearan formar parte de un proyecto de creación de la que se conocería con el nombre de RONDALLA TORDESILLANA.
Su llamada fue escuchada por un número más que considerable de muchachos, chicas y chicos, que con sus guitarras, bandurrias y laudes, además de algún acordeón decidieron acudir a su llamada y dedicarse a amenizar muchos de los momentos tanto sociales como religiosos que se efectuaban en la Iglesia de San Pedro.
Eran tantos los integrantes de la rondalla que la foto en la que posaron para el recuerdo es un sitio que hoy está totalmente transformado: El barrio de la castellana, enfrente de la actual Rosaleda y ayer el camino del Tejar. En ese desnivel hoy se levanta la tapia del Colegio Pedro I de Castilla que delimita las pistas deportivas.
La fotografía por tanto es más que entrañable no solo por el número tan abundante de integrantes como por el transformado lugar en donde está realizada.
Juan Martín del Molino, 'Juanito el sacristán' encauzó a este grupo de muchachos haciéndoles amar la música y actuando con gran alegría en donde se les convocaba.
Como entonces no había sitio donde albergar los ensayos, ellos practicaban en la Iglesia de San Pedro cuando los cultos y ceremonias litúrgicas habían terminado. Allí las notas, el rasgueo de guitarras y contrapuntos de laúdes y bandurrias llegaron a ser uno de los puntales más armoniosos y apreciados en la localidad.
Con el tiempo, la Rondalla desapareció totalmente y Juan Martín del Molino decidió iniciar los ensayos con un coro de mujeres para amenizar las misas.
El señor Juanito que vivía al lado de la calleja del fuelle junto al contrafuerte de piedra de la Iglesia que sujeta el paramento de la torre y que es un pasadizo singular que aún se conserva en la Villa, trabajó con coros y música hasta que la evolución de la vida y la enfermedad de su esposa Sagrario que la postró en una silla de ruedas, le apartó para siempre de esta actividad musical.
Muchos de los tordesillanos, hoy hombres hechos y derechos, estuvieron integrados en esta agrupación musical que fue el orgullo de su creador, Juan Martín del Molino, y aquí posan en el retrato rescatado para recuerdo y memoria de su afición y actividad musical