Será la gran final del campeonato nacional OneToro – Tauroemoción con seis novillos de Andoni Rekagorri
Borrachera de trofeos con chupitos de toreo
Corrida triunfalista en la que Castella, Manzanares y Rufo (ocho orejas que puedieron ser 12) salieron en hombros junto al ganadero
Si a Castella no se le va la mano en el cuarto con un bajonazo sin paliativos y Rufo falla con los aceros en el sexto, la corrida se hubiera saldado con 12 orejas, 12. Todo un récord histórico, más propio de un festival benéfico que de una corrida de toros en una plaza de segunda categoría. Y eso que finalmente fueron 8 apéndices, 8 los concedidos por un palco que hoy estuvo de saldo. Con lo firme, equitativo y justo que estuvo el presidente en la corrida de victorino, hoy le flojearon las manos y apretó el gatillo fácil, especialmente en el primero de Castella que paseó las dos orejas, ante el desconcierto de mucho que intuían que un trofeo ya hubiera sido un premio excesivo a una labor demasiado intrascendente.
Ricardo del Río, ganadero de Victoriano del Río salió en hombros junto a su mayoral y toda la terna en una de las corridas más triunfalistas de las últimas ferias. Y que conste que el ganadero que reparte sus animales entre Guadalix de la Sierra y Mayorga echó una extraordinaria corrida de toros, de muy desigual presentación y con un segundo demasiado anovillado. Le faltó un punto o punto y medio de trapío (al menos en la primera mitad del sorteo) a un encierro de mucha calidad, pronto en las embestidas, humillador, con algunos toros con temperamento que arrastraron el hocico y se comieron la muleta. La salida en hombros del criador de los toros contrastaba con la ausencia de vuelta al ruedo a ninguno de los seis animales lidiados.
Pero a pesar de la excelente materia prima, a las seis actuaciones de Castella, Manzanares y Rufo les faltaron rotundidad. La borrachera de orejas apenas llegó con un par de chupitos de buen toreo. La faena más maciza, quizá, fue la quinta, donde el alicantino José María Manzanares estuvo digno, aunque sin rozar la excelencia de aquellas tardes donde en el Coso de Zorrilla consagró su toreo exquisito. Pero Aldeano quería mucho más y rebozaba el morro por el albero vallisoletano. Aquello pudo de ser de cante jondo y se quedó en una pegajosa melodía. La espada del alicantino hizo el resto. Dos orejas que, en comparación con el resto de los trofeos repartidos, fueron más meritorias.
Manzanares, uno de los consentidos de la afición vallisoletana, fue el triunfador numérico de la tarde, pues a su primero también le había cortado los dos trofeos por la inercia surgida del listón bajísimo que había puesto el palco en el que abría plaza. El primero del lote de Manzanares también tuvo extraordinaria calidad, pero le faltó presencia. El alicantino no llegó a romperse con el toro, y aunque anduvo con empaque, pinturero y hubo una media importante aquello no acabó de emocionar. Al menos al que suscribe estas líneas, pues el público y el palco lo premiaron desorejando al victoriano.
Si el primero de Castella no fue para dos orejas, en su segundo estuvo un punto más centrado, aunque es cierto que el de Victoriano se acabó afligiendo. Muy enfadado el francés con el bajonazo, que le quedó sin trofeos en el cuarto y es que tal y como iba la tarde, a buen seguro que hubiera sumado otros dos.
Tomás Rufo, aquel torero que sorprendió en su alternativa en este mismo coso, no fue el torero tan importante de otras ocasiones. Las dos orejas del tercero fueron demasiado premio a una faena poco reposada y equilibrada. Y eso que los inicios de hinojos prometieron un trasteo de mucha intensidad. Al sexto, el toro más grande y hecho de la corrida, lo pinchó. Exigió y, aunque con calidad, el de Pepino decidió ir recortando las distancias para pegarse un arrimón.
Al final, todos en hombros y el público, que es el 'paganini' de este espectáculo, contento. No es lo mismo decir a la salida de los toros que no hubo trofeos, a que todos los protagonistas se fueron en hombros; aunque el contenido de aquel espectáculo no fuera para tirar cohetes. El año que viene más, ya veremos si mejor.
Última de Feria. Media entrada en tarde calurosa. Se han lidiado seis toros de Victoriano del Río de desigual presentación y, en general, excelente calidad y buen juego.
Sebastián Castella. Dos orejas y ovación.
José María Manzanres. Dos orejas y dos orejas.
Tomás Rufo. Dos orejas y palmas.
Destacaron en cuadrillas Sergio Blanco, Fernando Sánchez, José Chacón, Diego Vicente y Andrés Revuelta.
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Sebastián Castella. Dos orejas y ovación.
José María Manzanres. Dos orejas y dos orejas.
Tomás Rufo. Dos orejas y palmas.
Destacaron en cuadrillas Sergio Blanco, Fernando Sánchez, José Chacón, Diego Vicente y Andrés Revuelta.