circle
Reels
El truco final de Pedro Sánchez, elecciones en julio
Diego Jalón Barroso
Diego Jalón Barroso
Lectura estimada: 5 min.

Tras la derrota del domingo, Sánchez ha convocado elecciones generales para el próximo domingo 23 de julio. Esta decisión define el siguiente calendario:

-30 de mayo: Disolución de las cortes y publicación de la convocatoria electoral en el BOE.

-9 de junio: Fecha límite para la presentación de coaliciones electorales.

-17 de junio: Fecha tope para la constitución de los ayuntamientos elegidos el 28 de mayo.

-Del 14 al 19 de junio: Presentación de las candidaturas electorales.

-21 de junio: Publicación de las candidaturas.

-7 de julio: Comienzo de la campaña electoral.

-13 de julio: Fin del plazo para solicitar el voto por correo.

-20 de julio: Último día para votar por correo.

-21 de julio: Fin de la campaña electoral.

-23 de julio: Celebración de las elecciones generales.

Conocidas las fechas cabe preguntarse por los motivos que han llevado al presidente del Gobierno a adelantar las elecciones y cuáles son para él y para su partido las ventajas de este adelanto.

En primer lugar y como se hizo evidente en el momento en el que Sánchez hizo el anuncio, lo primero que consigue es evitar que se hable de la victoria del PP en las elecciones regionales y municipales. La convocatoria electoral es ya el asunto de portada. Feijóo y los suyos no han podido disfrutar ni un solo día de su triunfo y deben centrarse ya en las siguientes elecciones.

Aunque desde el Partido Socialista y los medios afines se habla de "coherencia" y de "rendición de cuentas ante una derrota incuestionable", de "respeto a los votantes" y de un "acto de solidaridad" del presidente con los barones y los alcaldes socialistas que han perdido su poder, es evidente que la jugada de Sánchez no solo cambia la conversación sino que evita precisamente asumir responsabilidades y someterse a la crítica de su partido, en el que aumentaba el riesgo de que comenzasen a surgir voces disidentes. Sánchez evita cualquier rebelión interna, ya no hay tiempo y todos tienen que ponerse a remar para salvar al partido y con él al presidente.

Además, la campaña va a coincidir con las negociaciones entre PP y VOX para formar ayuntamientos y gobiernos regionales. El foco en esta cuestión permitirá al presidente evidenciar el peligro de que vuelva la ultraderecha y tratar de conseguir una movilización masiva del voto progresista. Sánchez hará una campaña de trincheras, de una España contra otra, y como lleva haciendo durante toda la legislatura, no tendrá reparo en llevarse por delante 40 años de convivencia democrática e institucional.

Al mismo tiempo y aunque pueda parecer contradictorio, las elecciones en pleno mes de julio, con media España de vacaciones afectará significativamente a la participación, lo que puede perjudicar las expectativas de PP y VOX, a los que, como hemos visto el pasado domingo, les va bien cuando la gente acude a votar. Aquí el problema para él podría ser el voto joven, ese que se empeña en recuperar, porque en la fecha señalada los estudiantes estarán de vacaciones y muchos no acudirán a votar. Puede ser una señal de que el presidente da este voto joven por perdido.

El presidente, en su comparecencia en Moncloa, dio otra pista fundamental que puede ayudar a entender su decisión: "Magníficos presidentes y presidentas autonómicos, alcaldes y alcaldesas socialistas, se van a ver desplazados con una gestión impecable. Y ello a pesar de que muchos de ellos y ellas han visto incrementado su apoyo en el día de ayer".

Si nos fijamos con detenimiento en los resultados electorales del 28-M, el PSOE ha obtenido un 28,1% de los votos, un porcentaje bastante similar al que consiguió en las últimas generales de 2019, que fue del 28,3%. Esto quiere decir que el PSOE aguanta y que la pérdida de poder territorial se debe en gran medida al hundimiento del espacio a su izquierda. Y el crecimiento del Partido Popular se debe también en gran medida a que el reparto de voto de la derecha se produce ahora entre dos fuerzas, y no tres, tras la desaparición de Ciudadanos.

Como también señaló Sánchez en su comparecencia, "numerosas instituciones pasarán a ser administradas por nuevas mayorías conformadas por el Partido Popular y por Vox. Y, aunque las votaciones de ayer tenían un alcance municipal y autonómico, el sentido del voto traslada un mensaje que va más allá". Y ese mensaje, si sabemos leer entre líneas, es que el PSOE es el partido que ha aguantado, a diferencia de Podemos y de los aliados de Yolanda. Y por lo tanto es el que puede enfrentarse a la unión de la derecha y la ultraderecha, es el partido en torno al que hay que concentrar el voto. Y así ocurrirá en muchas provincias, con una izquierda a la izquierda del PSOE desaparecida o a punto de hacerlo.

El adelanto electoral deja además a Podemos y a Yolanda Díaz un muy estrecho margen de maniobra y unos plazos más que limitados para conseguir cerrar una coalición y presentar candidaturas. Los sucesivos errores de Sumar y de Yolanda Díaz, incapaz de desarrollar su proyecto a tiempo y de conformar una opción sólida que desde otros partidos de la izquierda le llevan reclamando hace meses, la deja ahora con un muy estrecho margen de maniobra.

La vicepresidenta tendrá que correr mucho para poder ser un apoyo para Sánchez en el bloque de las izquierdas y sus expectativas, tras los resultados negativos del 28-M, se pueden ver muy reducidas. Esto puede por un lado ayudar a Sánchez a concentrar todo el voto de la izquierda. En el peor de los casos, el resultado del PSOE no sería tan malo, aunque pierda las elecciones. Y además ya hay quien especula con que Yolanda acabe integrándose en el Partido Socialista, o formando una coalición para presentarse junto al PSOE en muchas provincias, como ha señalado ya el propio Pablo Iglesias.

Yolanda no es la única a la que Sánchez va a coger con el pie cambiado gracias a este adelanto. Mucho tendrá que correr Feijóo para poder presentar a los españoles un proyecto político ilusionante, un programa de Gobierno capaz de reunir mayoría más allá de la derogación del sanchismo, que de momento ha funcionado solo a medias en las elecciones del 28-M. No olvidemos que la ventaja del PP sobre el PSOE se sitúa en 750.000 votos, muy lejos de ese millón que los analistas consideraban necesario para sumar una mayoría absoluta con el apoyo de VOX.

De nuevo en su comparecencia, Sánchez explicó que tras superar las crisis del Covid y de la Guerra de Ucrania "encaramos una senda clara de crecimiento, de creación de empleo y de cohesión social. Y a estas alturas de la legislatura, el Gobierno ha sacado adelante las grandes reformas comprometidas en el discurso de investidura, en el programa de gobierno y también en nuestro acuerdo con la Comisión Europea". La gestión será la segunda pata de su campaña.

Miedo a la ultraderecha y partido de gestión, con conciencia social y apoyo a las clases medias y trabajadoras. Así que, en resumen, el adelanto es un intento de lograr los mejores resultados electorales posibles. Si son lo bastante buenos, podrá conservar el Gobierno y si no, evitará una debacle electoral. Los más perjudicados serán los partidos a su izquierda. Es el último truco, el prestigio de un prestidigitador resistente.