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El callejón de San Francisco, una joya oculta en el corazón de Valladolid
Se denominó así porque ahí se encontraba el convento con el mismo nombre
Hubo un tiempo que Valladolid tenía una calle más. Un acceso a nuestra tan preciada Plaza Mayor. En vez de tener nueve accesos (Jesús, Viana, Calixto Fernández de la Torre, Pasión, Santiago, Ferrari, Lencería, Plaza del Corrillo y Manzana), había diez, ya que entre la calle Manzana y la Plaza del Corrillo existía otra calle más, la ahora denominada Callejón de San Francisco.
Actualmente, en el fondo de esta pequeña calle, ahora cerrada a viandantes hacia la Plaza Mayor, existe un mural que replica lo que se vería si la calle estuviera abierta al público hacia esta céntrica plaza donde se sitúa el Ayuntamiento. Está formado por un bajorrelieve realizado en cerámica, el cual no puede abrirse paso hacia la citada plaza por situarse justo detrás el Banco Santander.
Enfrente de esta pequeña callejuela, escondida para la mayoría de vallisoletanos, se encontraba un convento que replica el nombre de este callejón, el Convento de San Francisco, demolido en 1836. En una zona de la calle, un poco escondido, se encuentra una placa en honor a Red Hugh O'Donnell en la que se dispone el siguiente texto: "El gran héroe irlandés Red Hugh O'Donnell, tras haber muerto en Simancas el 10 de septiembre de 1602, fue enterrado en el convento de San Francisco, cuya fachada está reproducida en este bajorrelieve de cerámica".
En verano del 202 se realizaron excavaciones en la actual calle Constitución, donde se encontraron restos del príncipe irlandés, lugar donde se situaba el antiguo convento.
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