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Los psicólogos vallisoletanos recomiendan la terapia como "la única solución frente al suicidio"
Desde la plataforma para la Prevención del Suicidio aseguran que muchos niños que sufren acoso escolar en Valladolid "tienen ideas suicidas"
El suicidio sigue siendo uno de los mayores problemas de salud pública en nuestro país y, aunque no se puede atribuir a una única razón, el acoso escolar se presenta como un importante riesgo. En Valladolid, la problemática también existe y los centros escolares y psicólogos la estudian como una dificultad a tener en cuenta.
"Hay muchos motivos que para ellos están justificados. Las ideas suicidas se inician cuando anticipan que van a aliviarse de ese malestar, especialmente en aquellas situaciones que son incapaces de resolver en su vida cotidiana y que les producen malestar significativo" aclara Vicente Martín, coordinador del Grupo de Intervención para la Prevención del Suicidio de Castilla y León.
Muchos estudios afirman que el bullying y el suicidio van dados de la mano. Vicente Martín respalda estas investigaciones, considerando "que es cierto que muchos niños que sufren acosos escolar tienen ideas suicidas o ideaciones suicidas, no con una idea clara de tener que hacerlo, pero sí se imaginan que se pueden aliviar teniendo este tipo de pensamientos".
Según el Estudio sobre Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022) presentado por la Fundación ANAR, la cifra más alta de los últimos diez años se ha alcanzado en 2022, con 906 tentativas hasta el mes de agosto. En esta década los intentos de suicidio se han multiplicado por 25,9. Como indica Vicente Martín, "el motivo de este pensamiento suicida viene dado por una serie de anticipaciones negativas, que estas víctimas las ven como algo positivo".
Los menores de edad están más expuestos a discriminaciones y exclusiones, es por ello que el riesgo de intento o ideación suicida aumenta en los colectivos más vulnerables, destacando los niños y niñas que padecen alguna discapacidad, provienen de familias migrantes o forman parte del colectivo LGTBIQ. "Estas víctimas sienten dolor, desprecio, humillación y minusvaloración, y ven una salida a través de las redes sociales, ya sea porque lo hablan con alguien o porque las informaciones que dan los medios de comunicación afirman sus pensamientos suicidas" aclara el coordinador.
Los centros educativos juegan un papel fundamental en esta lucha. El rol de los profesores es muy importante a la hora de educar a los alumnos con valores como la tolerancia, el respeto, la comunicación y la empatía. La actuación de la mayoría de colegios e institutos españoles es insuficiente. "Todos los centros educativos deberían contar con un profesional que ofreciera a la víctima diferentes alternativas. Estos menores son personas que en un periodo determinado se sienten desamparadas, sienten que el centro escolar no hace nada y generalmente lo sufren en silencio" insiste Vicente Martín.
El coordinador reclama la importancia que tiene que los centros cuenten con especialistas o métodos eficientes para terminar con esta situación que aterra a millones de menores. "A falta de psicólogos, sería necesario un tutor que entendiera de este tipo de temas o bien una metodología que permitiera a los centros observar este tipo de comportamientos entre sus alumnos".
Es importante que el entorno familiar y escolar detecte la conducta suicida de un niño o niña. En el entorno familiar, se detecta "cuando hay un cambio significativo en el comportamiento diario del menor", especialmente "cuando el menor tiene un cambio muy brusco en su conducta y tiende a callarse, a no hablar bien de sí mismo, a no contar qué pasa en clase y a alterar comportamientos cotidianos, además de mostrarse triste o agresivo con la familia".
En el entorno escolar la situación no es mucho más diferente, ya que los profesores pueden detectar ese pensamiento suicida también a través de un cambio significativo en el comportamiento cotidiano del menor. "Suele ser una persona que está sola, se relaciona menos, tiene cara triste, obtiene peores notas, no colabora en clase y no tiene un grupo de referencia o de amigos o de apoyo" afirma Vicente Martín.
Terapia
La terapia psicológica para niños víctimas de acoso escolar sigue siendo necesaria. Este trauma puede afectar a los menores en el desarrollo social y de la personalidad y para ello hay que preservar su bienestar psicológico, e incluso su vida. "Habitualmente tenemos tres menores que sufren bullying, y pidieron ayuda psicológica cuando ya no veían más alternativa que o suicidarse o pedir ayuda, pero generalmente no son muchos los que acuden hasta que no se les detecta y se les sugiere o se les obliga a que vayan a un profesional" explica Vicente Martín.
Habitualmente son los padres de esos jóvenes o menores los que inician esa ayuda psicológica porque ven que su hijo ha cambiado su comportamiento. Sin embargo, como explica Vicente Martín "en muchos casos, el menor te cuenta problemas diferentes, insiste en que su problema es la ansiedad, la depresión o simplemente un mal día, pero a medida que vas hablando con ellos y se sueltan te van comentando el problema y ofreciendo datos decisivos que hacen que profesional detecte que efectivamente está sometido a bullying".
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