Cuatro puntos. Esa es la diferencia que ahora mismo separa al Caja Rural Aula Valladolid del temido play-down. Las blanquiazules se hicieron con la victoria (34-26) ante el Gurpea Beti-Onak para dar un paso más hacia el objetivo final de la temporada: el play-off. Y lo hicieron en una gran segunda parte, en la que demostraron grandes momentos de juego y en la que volvieron a brillar jugadoras como Lorena Téllez, Amaia G. De Garibay, Irene Botella o Jimena Laguna. Un triunfo coral que permite a las vallisoletanas respirar ante del encuentro de la semana que viene ante el Balonmano Porriño.

Y eso que empezó con dudas el Caja Rural Aula Valladolid, que tras dos pérdidas, se vio muy rápido con dos goles de desventaja en el marcador (1-3, min.2:07). Y es que el Beti-Onak tuvo un gran acierto durante estos primeros minutos, con goles de su pivote y de su primera línea. Sin embargo, fallaron en el contragolpe y el partido volvió a la situación inicial tras un gol de Elba Álvarez (5-5, min.7).  En la pista se notaba todo lo que estaba en juego, con dos equipos que quieren evitar el play-down.

En el lado visitante, Valeska Andrea y Lyndie Tchaptchet le ponían las cosas difíciles a la defensa vallisoletana, que sí consiguió aportar los suficiente como para que apareciera Alicia Robles. Dos buenas paradas de la portera blanquiazul permitieron abrir una brecha de dos goles a favor de las vallisoletanas (10-7). Con la llegada del ecuador de la primera mitad llegaron los cambios de Miguel Ángel Peñas, que buscaba que la frescura de sus jugadoras llegara lo más lejos posible. Primero llegó el turno de Marcela Arounian, Lydia Blanco y Laura Bazco, a las que pronto se unió Teresa Álvarez para tratar de dar un impulso a un partido que había entrado en una fase de errores de los dos equipos.

La exclusión de Jimena Laguna puso en apuros al Caja Rural Aula Valladolid, que aguantó los dos goles de ventaja en la inferioridad gracias a un gran trabajo defensivo. Pero ahí no se acabaron los problemas de las blanquiazules, que volvieron a verse con una menos tras la exclusión de Savina Bergara. Aunque, en esta ocasión, la inferioridad le sentó bien al equipo de Miguel Ángel Peñas. Dos malas decisiones en ataque de las visitantes permitieron que las vallisoletanas colocaran los tres goles de diferencia a cinco minutos par el final de la primera parte (13-10).

Y esos últimos cinco minutos dieron para mucho. Para que llegara una nueva exclusión en el bando local, la tercera de la primera mitad, para que Caterina Benedetti pusiera una máxima renta de cuatro goles (16-12) y para que Eider Hernández recortara distancias casi sobre la bocina (16-13). En medio, hubo un problema entre los árbitros y la mesa por un gol que no había subido al marcador y que lo hizo con los equipos ya en el vestuario para colocar ese definitivo 16-13.

El paso por los vestuarios le sentó bien al Caja Rural Aula Valladolid. Apareció Alicia Robles y Amaia G. De Garibay para poner la máxima ventaja en el marcador (19-14, min. 34). Pero un siete metros y una exclusión de Jimena Laguna  iban a impedir que las vallisoletanas aprovecharan ese momento mágico que a veces sucede en una pista de balonmano. En inferioridad, el equipo local bajó las revoluciones para aguantar los cuatro goles de ventaja. Pero ese cambio de ritmo favoreció al Beti-Onak, que desaprovechó hasta tres ocasiones de ponerse a dos goles.

Y justo ahí llegó la primera exclusión para las visitantes. Con Lyndie Tchaptchet en el banquillo, las vallisoletanas apretaron en defensa para volver a colocar los cinco goles de diferencia (23-18, min.42). Una segunda exclusión casi consecutiva lanzó definitivamente a las vallisoletanas, que con un gol de Amaia G. De Garibay ponían el 25-19 en el marcador cuando quedaban algo más de quince minutos para el final. A partir de ese momento, todo fue mucho más fácil para el equipo blanquiazul, que se encontró cómodo en la cancha y volvió a dar la gran versión de Huerta del Rey.