El edificio que ahora ocupa La Molinera ha sido vendido a otros propietarios el pasado mes de marzo por un valor aproximado de un millón de euros, según los responsables del centro. El nuevo comprador, con sede en un pueblo de Zamora, se dedica a la “compraventa de bienes inmobiliarios” y, a su vez, “depende de otra filial llamada Grupo Cobreros Gil”.

Además, esta sociedad, que recientemente ha adquirido el edificio que ocupa La Molinera, creó a finales de 2020 “otras tres filiales” dependientes del actual propietario con una empresa que era “adjunta a grandes fondos de inversión extranjeros”, explica Darío, miembro de La Molinera. Desde el centro social deducen que se ha vendido “por una tercera parte del precio base del inmueble, que eran tres millones de euros” y, por esa razón, consideran que la empresa vendedora “ha querido quitarse un problema de encima” dado que lo han vendido “a precio de ganga”.

No obstante, La Molinera manifiesta que los nuevos compradores “conocían la situación actual del inmueble”, ya que lo adquirieron “justo después de que se produjera el proceso de desalojo” el pasado 21 de marzo.

Desde el centro social destacan, por ello, que los nuevos dueños han conseguido “un chollo” dado que aseguran que la sociedad adquisidora “hace la misma labor que los fondos buitre en la especulación inmobilaria”, a pesar de no ser empresas de gran capital. Por otra parte, Darío sostiene que los actuales propietarios “no han declarado ni explicado” qué proyectos barajan o si quieren revenderlo. 

El centro social insiste en que el edificio es un “bien patrimonial” dado que sus orígenes se remontan a 1856 y tiene “mucha vinculación” con la historia de Valladolid. Además, La Molinera asevera que las instituciones públicas “no hacen nada por adquirirlo”, así como tampoco plantean una “línea alternativa” a la de los fondos buitre. En relación al tipo de negocio que podrían desarrollar los nuevos dueños, Darío explica que podrían hacer “otro hotel de lujo”.

La Molinera afirma que se enteraron de la compra del inmueble “inmediatamente” después del intento de desalojo. La empresa propietaria se ha querellado contra los integrantes del centro social y les acusa de “usurpación” a la vez que los antiguos dueños, la sociedad 'Kelona Invest', ha desaparecido de la escena puesto que “ya han vendido su activo tóxico”, declaran desde La Molinera. Invest comparte domicilio fiscal con cientos de empresas y con Hipoges Iberia, que es un “gran fondo a nivel internacional” creado en 2008 por directivos de Lehman Brothers al comienzo de la crisis económica.

Con todo y con ello, insiste en que estas operaciones de "gran calado" económico sugieren un “entramado especulativo” que refleja la realidad de las ciudades de nuestro país dado que están “desapareciendo” pequeños comercios, además de “incrementarse” el precio de los alquileres. Por esta razón, La Molinera considera que estos fenómenos especulativos están “relacionados”.

DESALOJO

Darío afirma que está “solicitado” un desalojo “exprés” para que los propietarios del inmueble “puedan llevar a cabo sus negocios” y que no se vean “perjudicadas” sus actividades empresariales.

La Molinera asegura que es el juez “quien tiene que decidir”  y que el procedimiento puede ser “más largo o más corto” en base a lo que “le parezca oportuno”. Los miembros de este centro social hacen hincapié en que los compradores “sabían que adquirían un espacio social activo desde hace cuatro años” y no entienden “las prisas” para ejecutar el desalojo. 

El centro social, asimismo, se defiende asegurando que harán “alegaciones” a pesar de que los propietarios esgriman un título de propiedad y sostienen que La Molinera “corroborará” su historial de actividades sociales públicas al servicios de Valladolid. 

Acerca de los apoyos con los que el espacio social cuenta, La Molinera sostiene que en la consulta popular de la semana pasada “miles de personas” se interesaron por su caso, además de apoyar “las labores” que realizan. De este modo, Darío explica que se sienten “amparados por el sector progresista de la ciudad” y destaca que los ciudadanos que no ven bien su labor se acercaron durante la consulta popular para debatir con ellos acerca de su situación actual y surgieron “debates muy interesantes”.

Aún así, La Molinera subraya que el apoyo que les interesa es el de la ciudad de Valladolid y remarca que no comprenden que las instituciones locales “por dejadez, por falta de fondos o por tener muchos frentes abiertos” dejen el patrimonio histórico de la ciudad en "manos privadas".