Los detenidos son integrantes de un grupo especializado en robos con fuerza en domicilios
Vecinos en Vadillos, "asustados" por los okupas: "Uno de ellos me ha dicho que no quiere volver a la cárcel por haber matado a una persona"
Tribuna Valladolid se desplaza a la calle Azorín donde llevan dos semanas ocupando un domicilio causando "desperfectos" en el portal y amenazando al vecindario
El movimiento okupa sigue dejando su huella en Valladolid. En esta ocasión, son los vecinos de la calle Azorín los que denuncian la mencionada circunstancia ya no solo por los “desperfectos y los daños” que están causando “tanto en el interior como en el exterior del portal”, sino por el “miedo” que están sufriendo por las “continuas amenazas” de los okupas (una mujer y un hombre), los cuales han pedido “tranquilidad y que les dejen vivir”.
Tribuna Valladolid se ha desplazado al lugar de los hechos donde tres vecinas de la zona han querido manifestar una situación que empezó hace más de dos semanas. Todas ellas han preferido mantener el anonimato, pero no han evitado hablar de la situación para poder llegar a una “solución”.
LOS TESTIMONIOS DE LO SUCEDIDO
Una de las tres, como se puede apreciar en el vídeo situado en la parte superior de la noticia, ha explicado paso a paso cómo ha sido el guion de una película que parece eterna. “Se procedió a llamar a la Policía cuando descubrimos que ocupaban el 3B. Como no somos los propietarios, no pudimos hacer nada. Nuestra gestoría se puso en contacto con la responsable del domicilio y Servihabitat nos confirmó que era su piso. Dos días después, un vecino volvió a llamar y, de repente, ya no les aparece como suyo”, reconoce.
“Llevamos dos semanas sufriendo esta situación. Han causado desperfectos en la comunidad, escenas que no son adecuadas tanto en el interior como en el exterior del portal. Nos han amenazado, además, a varios vecinos. Nos han dicho que les dejáramos tranquilos porque se les pueden cruzar un cable. Uno de ellos ha comentado a una vecina que ha estado en la cárcel durante 25 años por matar a una persona”, añade.
Con esa misma vecina, este periódico ha podido corroborar que el comentario es cierto: “Estoy asustada. Conmigo están obsesionados. Al parecer, soy la causante de todos sus males. Llaman a mi puerta de manera constante. Me dijo que si no le dábamos la llave del portal que nos preparásemos porque tenía trastornos mentales después de matar a una persona y estar 25 años en la cárcel y no quería pasar otra vez por ello. ¿Y esto no es una amenaza? ”.
EL PRINCIPIO DEL FIN
Según los propios vecinos, el punto de partida está en el mismo piso, pero en la puerta de enfrente. “Sabemos que fue el inquilino del 3A, que tiene problemas mentales también, el que le dio una copia de la llave. Se conocían desde hace tiempo y ha sido el que les ha dejado entrar. Ahora, quiere dar marcha atrás porque se arrepiente de lo sucedido. A nosotros no nos vale el perdón porque lo queremos es que haya una solución. La Policía nos dice que como es un delito menor, no pueden hacer más”, comenta al respecto.
Una vecina, al ser preguntada por el origen, sostiene la misma teoría: “Han entrado a raíz de la ayuda del inquilino del 3A. Hasta ahora, nunca habíamos tenido problemas con él. Hemos visto que ha facilitado información sobre un piso que llevaba siete años deshabitado. De hecho, fue el que les dio las llaves y luego ha tenido que admitirlo después de lo que ha pasado”.
Otra de las vecinas no ha dudado en dar su punto de vista sobre la actual situación: “Antes entraban con la llave que les había dado el del 3A. Y ahora, se apañan para abrir la puerta que, como has visto, está reventada. Tenemos miedo de lo que pueda suceder porque las amenazas siguen existiendo. Estamos de los nervios porque te da rabia e impotencia”.
Después de conocer los testimonios y comprobar ‘in situ’ la situación, Tribuna Valladolid intentó, como se puede apreciar en el vídeo situado en la parte superior de la noticia, contactar con los okupas, aunque estos no quieren pronunciarse al respecto. Con todo y con ello, estos vecinos tienen como objetivo solucionar, sea cual sea la manera, una situación que, cada día que pasa, es mucho más difícil de digerir.