Preoperatorio psicológico: preparando la mente para la cirugía
Ante una operación, se producen varias emociones, aunque hay una de ellas que predomina, el miedo. Miedo a lo desconocido, miedo al dolor, miedo al exceso de información a veces distorsionada por la propia experiencia, el temor a complicaciones.
A veces también hay rabia, ¿por qué a mí? ¿por qué otra vez a mí? ¿qué he hecho mal? ¿con lo que yo me cuido?
Y sí, también tristeza, el preveer que habrá cambios difíciles nos puede llevar a la tristeza.
Bien ¿qué podemos hacer? ¿qué necesitamos?
Va a depender del tipo de operación, algunas operaciones asustan más que otras. Las operaciones de corazón, las de la cabeza, las de cáncer, nos asustan más que las que son de extremidades, cuanto más alejadas del corazón y de la cabeza mejor. Las que duran mucho tiempo. Las que llevan asociada tiempo en la UCI.
Lo contrario del miedo es el amor, en estos momentos ayuda que la red de apoyo se ponga en funcionamiento, familia, amigos, vecinos, compañeros, saquen todo su poderío para hacer llegar el afecto. Las miradas húmedas, el contacto físico, los abrazos, las palabras que dan calor, por todas las vías. El bote de los 'te quiero', debe estar a rebosar. Y valen todos los medios, wasap, cartas a mano, llamadas por teléfono, pero las que más reconfortan son las presenciales.
Lo contrario de la tristeza, es la alegría, y momentos de distracción ayudarán, a que los pensamientos no vayan a su libre albedrio al rincón de la especulación temerosa.
Lo contrario de la rabia, es el empoderamiento, habrá que sacar la rabia sin lastimar a nadie, y en un ambiente protegido. Si hay que "cagarse en..." pues lo haremos. Pero luego, mirada al frente y cabeza alta. Pensar en nuestra red de apoyo. Si es algo demasiado grande para digerirlo tu sólo, compártelo.
Hay cosas que no podemos elegir, pero otras si dependen de nosotros, las que no elegimos, solo queda aceptarlas, colaborar con lo inevitable y si estamos bien, fluir con la vida. Lo que depende de nosotros son los pensamientos y la actitud.
Los pensamientos hay que domesticarlos, confiar en que tenemos muy muy buenos médicos y enormes equipos sanitarios, muy humanos. Estos nos pueden ayudar con frases como: Estaremos a tu lado, Te vamos a tratar muy bien, Estás en las mejores manos. No te vamos a dejar sufrir. Sin engañar, también se puede apoyar.
Tenemos que autoproteger nuestra mente, buscar imágenes positivas, en las pantallas, en la naturaleza, mucha vitamina N (vitamina de la naturaleza) verde de campo, azul de mar y cielo, animales enternecedores. Libros positivos, no se puede leer cualquiera cosa. Huye de internet, no leas lo que no debes y a veces ni entiendes.
Películas, series no vale cualquiera, prohibidas las de médicos, y tampoco las policiacas, y de terror.
Necesitamos información que tranquilice, y no la que asuste. No necesitamos una competición de a ver quién da más detalles escabrosos de la operación.
ESTRATEGIAS
Psicoeducación: Explicar el procedimiento, los riesgos y el proceso de recuperación ayuda a reducir la incertidumbre. Pero ¡Ojo! Tiene límites, "no podemos meter en la boca más que lo que podemos masticar". Agradecí mucho cuando la anestesista me dijo "Te voy a contar qué va a pasar, pero cuando quieras me callo".
Técnicas de relajación: Respiración profunda, meditación y visualización guiada pueden disminuir el estrés.
Apoyo emocional: Validar los miedos y proporcionar un espacio de escucha activa ayuda a generar confianza.
Identificar pensamientos negativos y reemplazarlos por otros más realistas mejora el afrontamiento.
Acompañamiento familiar: Incluir a los familiares en la preparación psicológica fortalece la red de apoyo del paciente.
Necesitamos esperanza y seguridad. ¡Ojalá este artículo un día te pueda ayudar! O mejor aún, ¡Ojalá! Nunca te haga falta.
"Y una vez que la tormenta termine, no recordarás cómo lo lograste, cómo sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa es segura, cuando salgas de esa tormenta, no serás la persona que entró en ella. De eso se trata la tormenta".
-Haruki Murakami.