¡Pero bueno! ¡Que estamos en la jornada de reflexión! ¿Nos vas a hablar de política tú también? Sí, pero no. Os voy a hablar de política americana, que no influye en la decisión que vayas a tomar mañana. 

Y, como ya os adelanté en mi anterior post, sí. Los actores también se han puesto en huelga. Así que tenemos que seguir tirando de series antiguas y terminadas, para no quedarnos en un cliffhanger que nadie sabe cuándo (o si) llegará.

Además de la imprescindible El Ala Oeste de la Casa Blanca, un clásico de siete temporadas disponible, en Prime Video y HBO Max, con un Martin Sheen que es ya todo un experto en interpretar a Presidentes de los USA (porque los empleados de la Casa Blanca también tienen vidas. Y líos). Os traigo dos series más:

House Of Cards

Netflix

La serie comenzó con un (ambiciosísimo y manipulador) congresista demócrata que sueña con llegar a ser Secretario de Estado, y cómo no, Presidente. Aunque las cosas parece que no van por el camino deseado ya que el puesto que anhela ha sido asignado a otro; pero no está dispuesto a claudicar. 

Y para cambiar el curso de los acontecimientos, va a contar con el más fiel de los jefes de equipo, la ayuda circunstancial de una periodista y el apoyo incondicional de su mujer Claire (la elegantísima Robin Wright-sin-Penn).

Por cierto. El congresista demócrata estaba interpretado por un un magistral Kevin Spacey, antes de ser defenestrado por una acusación de abuso sexual, tras la avalancha del #MeToo.

Tiene seis temporadas. Las tres primeras son imprescindibles.

Sucesor designado

Netflix

El sucesor designado es una figura real del ejecutivo estadounidense, y define a un miembro del gobierno (generalmente de perfil bajo) que debe permanecer en un lugar diferente y seguro cuando el presidente, el gabinete, los congresistas y senadores se reúnen, siendo el sucesor elegido si todos ellos fallecieran a la vez (si hubiera un atentado, vamos). Cuántas veces habremos pensado, en esas ocasiones que vemos el parlamento engalanado y todos los escaños ocupados, «madre mía, la que se podría liar aquí, si cae una bomba». Imaginad.

Tom Kirkman (Kiefer Sutherland) es el equivalente a un secretario de estado de vivienda, poco menos que un concejal de Cuenca, que diría Chiquito de la Calzada, al que nadie escucha, que no importa a nadie, y al que están a punto de cesar. 

Como ya habréis supuesto, el Capitolio vuela por los aires. Así, de la noche a la mañana, Tom, digo, el Señor Presidente, va a pasar de estar viendo el debate en la tele tranquilamente con su mujer, tomándose una cerveza en sudadera y deportivas, a convertirse en POTUS.

Tiene tres temporadas.