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Por Jesús Antonio Zalama Collantes

Elige tu propia aventura, el disco de tu generación


Una generación abarca a todas las personas nacidas en un margen de veinte o treinta años, según está recogido. A mí me parece un abanico demasiado amplio; actualmente me dedico a dar clase a chavales a los que solamente les doblo la edad y les puedo asegurar que su generación y la mía no es la misma, que incluso ha podido haber otra de por medio.

Quizás porque los ritmos hoy en día son más vertiginosos, o quizás también porque hablando de música los pasos son más acelerados, comprimiría bastante la duración de una generación con respecto a esa definición. Dentro de la música que en este espacio se trata, siempre se ha aludido a Los Planetas como grupo generacional. Estoy de acuerdo por su importancia en unos primeros pasos de todo el movimiento independiente y en muchos de los temas que tratan sus letras, como la droga, por ejemplo.

Sin embargo, esa no es mi generación; ni poblacional ni musical. Tampoco siento que un referente como Vetusta Morla lo marque. Me niego a que Izal lo sea y Supersubmarina se fue muy pronto. Para que un grupo o un disco, puesto que el trabajo de una banda siempre será el sacar discos, se convierta en generacional tienen que exhibir un mensaje casi en cada letra, en cada canción. Un mensaje que hable, se ocupe, y haga extensivos los problemas generacionales. No es necesario que trate todos ni que solucione el tema de la vivienda, pero si tienes cerca de 30 años, que sepas, te guste o no, que hace una semana se publicó tu disco generacional. Voy a explicar el porqué sumergiéndonos, una por una, en todas las canciones de 'Elige tu propia aventura'. Ni el grupo era mi favorito antes de este trabajo ni musicalmente es este análisis el mejor posible, pero ahí van unos apuntes que considero interesantes.

1. Joderse la vida: ya desde la primera canción, este disco presenta una evolución del sonido Carolina Durante. Más melódico, menos agresivo, con la entrada de algún instrumento que rebaja la potencia de las guitarras, que aun así siguen siendo el centro del grupo junto con la voz de Diego, que va a transportarnos al corazón de una generación. 'Joderse la vida' es la ejemplificación de una actitud autodestructiva muy propia de la edad y la descripción de un estado de depresión. Es muy importante la enumeración de los lugares felices y las personas cercanas que se hace. Con ello nos enseña todo lo que se pierde en una vida que está jodida, ya sea por nosotros mismos o no.

2. Normal: cuando aquí he criticado lo ambiguas que son las letras de grupos como Arde Bogotá, lo interpretables y moldeables a la vida de cada uno que son, es para encontrar opuestos como esta canción. Un tío la jode con una tía y lo reconoce, pero ante todo deja bien claro que su vida estaría mejor sin haberla conocido. La voz femenina de Rosalía sirve para dejar claro que ella comparte también ese sentimiento, ya que muchas de las relaciones de hoy en día conducen a un daño por ambas partes y a tratar de llevar una cierta y extraña normalidad en el encuentro con esa persona que tanto te dañó. La influencia de Los Planetas se hace patente en el estribillo y la catalana encaja excelentemente en este registro porque es una estrella de la música.

3. Tomé café: una de las canciones que más nos podrían recordar a los Carolina Durante anteriores y que, a la vez, hablan de una droga más en esta sociedad. Podría parecer una canción superflua si no se enmarcara en, como ya hemos dicho, un disco generacional.

4. San Juan: "Tengo miedo de no ser quien quieres que sea. Tu vida es un puzle y yo con mi cuerpo hago una pieza". Estas metáforas crudas son las que echo tantísimo de menos en esos grandes grupos que llenan festivales. ¿Por qué no me hablas así del miedo a no ser suficiente para una persona? ¿Por qué no deslizas que la aceptación física para con otra persona es un grave problema que vivimos los jóvenes hoy en día? Tranquilos, ya lo hace Carolina Durante. Una armónica sonando en mitad de un tema y antes de espetarnos: "Siempre encuentras algún motivo para no suicidarte. Lo dijiste medio de coña, no lo dijiste del todo en serio. Lo sacaste de algún libro y puede ser que sea cierto". Me encanta como planea la sombra del suicidio, otro tema recurrente en gente joven, por todo el álbum y cómo aparece como quien no quiere la cosa en algunos momentos. Una personalidad destruida por el amor más tóxico posible: "Dime qué quieres, que yo seré lo que quieras". Una de las mejores canciones del disco, un canto generacional.

5. Verdes, Césped: el recuerdo de una persona amada a través del símil del vuelo de una mosca, que se posa y luego se aleja. Otra de esas canciones que muestran la evolución más melódica de Carolina Durante.

6. Elige tu propia aventura: la canción que da nombre al disco resulta ser, durante un buen trecho, un canto de Diego con un simple acompañamiento instrumental que a veces recuerda a la etapa de Robe Iniesta en solitario. Al final estalla en ser un hijo de puta, en no cuidar de los demás, en ser un egoísta, en crucificar al padre, dando paso a las trompetas. "Imagina ser lo que odias es mi nuevo juego favorito. Perdón, lo siento por todo". Una generación, la de los cercanos a los treinta, que está pidiendo perdón por casi todo constantemente no podría no hacerlo al convertirse en lo que siempre odió. La paradoja de todo esto es que, teóricamente, hemos sido libres para elegir nuestra propia aventura y hemos acabado siendo una generación de hijos de puta.

7. Misil: de las canciones más flojas en cuanto a mensaje del disco. Nos cuenta lo mismo que Ferrari de Cala Vento, pero con bastante menos arte. El símil de la velocidad no es casualidad. Sin embargo, como todo el disco, muy asumible y disfrutable para el oído.

8. Tempo 2: un tema realmente curioso. Me gusta mucho casi todo: el humor de la letra, el cameo de la BSO de Shrek, las referencias explícitas a las drogas. Dos minutos y medio de descanso para la conciencia.

9. Monstruo: solo dos minutos para empezar a situarnos de nuevo, otra transición para preparar lo que se viene. Volvemos al tema de sentirnos unos monstruos, de ser unos hijos de puta, pero de una forma más desenfadada y bailable que en 'Elige tu propia aventura'. No es que nuestra generación sea la primera en serlo, pero sí que igual es la primera en saberlo y reconocerlo. Este es otro de los grandes temas del disco.

10. Hamburguesas: hemos de detenernos aquí. El disco presenta una unidad y, también, momentos de respiro emocional. Lo que comienza con Hamburguesas es la traca final. La crudeza de una letra y una realidad generacional, el tema de la depresión: "He vuelto al agujero del que te hablé". Eso sí, por fin, un atisbo de esperanza, porque 'Hamburguesas' es una gran canción de esperanza basada en las que parecen pequeñas cosas y no lo son tanto. Diego dice que saldrá solo esta vez, de ese pozo, gracias a las pequeñas cosas del heterobásico moderno: hamburguesas, el fútbol, la mamá y los amigos que son más que los demonios. Muchísimas gracias, Carolina Durante, por componer una canción y escribir una letra que aporta esperanza en cosas tangibles, que tenemos ahí, sin chorradas psicológicas tan invisibles. Ojito a los índices de suicidio del hombre. "Sísifo me come la polla", ¡qué cierre de canción!

11. Dios Plan: se continúa con una visión esperanzadora, pero ya algo más escéptica. Esto se percibe en la idea resignada de que Dios debe tener planes para uno mismo, ya que no tendría sentido el sufrimiento al que se ve sometido.

12. Interludio: otros dos minutos, esta vez de recogimiento. "Creo en cosas que no son verdad" para tirar por tierra la canción anterior del disco. Otro leve acompañamiento instrumental para sumirnos de repente en la más triste de las depresiones. "¿Cuántas veces te mentí diciendo que estaría siempre junto a ti? ¿Cuántas veces iba ciego y no vi que todo lo que busco ha estado siempre justo aquí? Miro dentro, pero hay un desierto que travieso a corazón abierto". Yo me pregunto cómo es posible condensar un disco y una generación en tan pocas palabras, cómo se puede llegar a expresar tantísimo con tan poco en forma de canción de transición. Otra maravilla absoluta de Carolina Durante y que eleva aún más la idea de disco unitario y conceptual.

13. Probablemente Tengas Razón: la sublimación absoluta. Desde los primeros acordes, tanto en música como en letra. Una canción que mira de frente a un gran problema generacional como es el de las relaciones esporádicas y la basura mental que crean. En la era de Tinder, ya era hora de que alguien hablara de esta forma tan descarnada sobre esto. Esta forma de relacionarse no es más que la consecuencia de la generación que somos. "Y seguro que ahora piensas que soy como todos esos. Probablemente tengas razón". Una forma de aceptar que nosotros somo esos, que todos formamos parte de la deconstrucción de la manera de relacionarse íntimamente con las personas. Y lo peor no es eso, lo peor ya nos lo dice Diego: "¿Y qué pasará si nunca vuelvo a existir en ti? Nunca pasa nada, seguro que esta vez tampoco. Este bisturí no corta y a veces debería cortarme un poco". ¿Qué generación somos si nos mostramos indolentes ante la realidad de no importar nada o de que no nos importe nada alguien que acaba de estar con nosotros? La metáfora del bisturí es una genialidad total: no podemos pretender que todo el mundo y cada relación nos lleve la vida, pero quizás sí debería, cada persona, importarnos un poco, ¿no? Indolencia, números, cero humanidad. La forma de tratarse que ha elegido como aventura nuestra generación. "¿Qué nos ha pasado si no ha pasado nada?" La cuestión que podría definir a cualquier persona que ronde las treinta primaveras.